Disfrutar de la ciudad
Asociamos la segunda residencia con el exterior de la urbe ¿Pero y si ésta estuviese en la ciudad y la principal en las afueras? Contra todo pronóstico y alejándose de los estereotipos, en este proyecto de Pepe Cabrera la segunda vivienda se sitúa en el c
Ubicado en el centro de la vida nocturna y social de Valencia, el espacio se contagia del carácter del barrio al que pertenece para enfocar la vida de la vivienda en sí misma.
Ruzafa, reconocido como uno de los barrios más cosmopolitas de la ciudad de Valencia, centro de artes y de vida nocturna, acompañado de la vida tradicional -y diaria- de barrio, se adentra ahora en este ático.
La peculiaridad de esta vivienda parte de las necesidades de una familia que vive a las afueras, donde disfruta de una vida alejada de los ruidos y las actividades de la ciudad.
Esta idea se convierte en el centro de un proyecto que busca la vida social como base en su desarrollo, pensado para el disfrute no solo de la familia, sino también de sus invitados. Dos viviendas se unen para conformar el ático. Con una distribución y geometría complejas y la premisa de evitar los pasillos, dos entradas dividen ahora el espacio entre las zonas de día y las zonas de noche.
El acceso principal se dota de un distribuidor para los dormitorios y el salón, mientras que el acceso de servicio cuenta con una entrada directa a las cocinas. Esta distinción se plantea en función de las necesidades de la familia, pues las reuniones sociales forman parte de su día a día en este apartamento y era necesaria esta división para aislar -en caso de necesidad- la cocina.
Desde este recibidor se distribuyen los dormitorios: la habitación principal con baño privado, dos dormitorios infantiles, una habitación para el servicio conectada a un patio interior con la lavandería y dos baños.
Para la disposición de los dormitorios se intervino en sintonía con la materialidad y texturas presentes en la zona del recibidor. La intención era “coger la esencia de Valencia” sin olvidar la importancia de crear espacios donde los inquilinos se sintieran en casa.
De esta manera se dispuso de papel de pared en los tres dormitorios, como un juego entre lo clásico y lo contemporáneo, interviniendo con actitud y al mismo tiempo con respeto, haciendo un guiño al pasado de la finca, de las iglesias y los palacetes valencianos, generando espacios más acogedores y tranquilos sin olvidar la importancia de la luz.
Desde Pepe Cabrera se presta especial atención al uso de materiales y a una selección de acabados y de mobiliario, estudiando en detalle cada una de las piezas, garantizando así unos acabados de calidad acordes con las prestaciones y las necesidades de los propietarios de esta vivienda. El suelo de madera envejecida se extiende a lo largo del ático hasta llegar a las zonas comunes de la vivienda. Es así como el salón-comedor se abre al espacio y lo ennoblece. La minuciosa selección de mobiliario llega a su punto más álgido en esta zona de la vivienda donde todo está pensado hasta el más mínimo detalle.
El aire acondicionado se oculta, apareciendo unas discretas perforaciones en varias paredes de forma simétrica ocultando la impulsión y el retorno de los mismos, dejando los techos libres y ganando altura, permitiendo el uso de una selección de luminarias.
Un apartamento pensado para compartir con familiares y amigos, conectando todos los espacios a excepción de esta discreta división visual y auditiva. El detalle, el mimo y el buen pensar de los usos y los objetos hacen de esta segunda vivienda un espacio perfecto para compartir con invitados o disfrutar en familia. Un proyecto de Pepe Cabrera que da una vuelta a la vivienda “al uso”, adaptándose a las necesidades de los propietarios sin olvidar la relevancia de los acabados y el diseño como un ejercicio intemporal, ajeno al paso del tiempo y de las modas.