Una arquitectura concebida para ser vivida, en la que se ha pensado en todos los sentidos
Estas estancias están precedidas de elementos de protección solar como son el voladizo en las habitaciones y el porche en el comedor-salón. En la orientación Noroeste se adosan al cuerpo principal dos volúmenes iluminados cenitalmente que alojan los baños y el vestidor, que se revisten de zinc para otorgar un mayor contraste al conjunto. El proyecto busca coser verticalmente los espacios de la planta baja y sótano mediante patios acristalados proporcionando un interior lleno de luz. Tanto en el exterior como en el interior predominan los contrastes de materiales y colores jugando siempre con el blanco como el material dominante y los tonos grises oscuro en carpinterías revestimientos, escalera, cocina y suelos. Otro factor que se ha tenido en cuenta a la hora de crear esta casa ha sido el clima mediterráneo. Con veranos calurosos y húmedos e inviernos fríos con capítulos de fuerte viento, se ha adaptado la construcción al clima a través de sistemas de climatización pasivos, activos y a través de la configuración de la propia arquitectura. Esto completa una arquitectura concebida para ser vivida, en la que los autores han pensado en todos los sentidos para ofrecer estímulos visuales, olfativos, sonoros e incluso para el gusto.
En resumen, se presenta esta casa como un espacio cómodo, habitable, funcional y sobre todo adecuado a la manera de vivir de sus propietarios.