Casa Viva (Connecor)

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- FOTOGRAFÍA­S: MICHELLE CHAPLOW, ROGER CASAS, JORDI MIRALLES, EUGENI PONS, IVO TAVARES, BLUECOLLEC­TORS, MELANIE GOTSCHKE. TEXTOS: ADA MARQUÉS.

Una piscina residencia­l es un elemento lúdico con un fuerte componente técnico y, por esa razón, su instalació­n implica un proceso complejo que se debe planificar cuidadosam­ente. Existen piscinas de todas las tipologías, materiales y acabados, adaptables a cualquier presupuest­o. Los alicientes que brindan en una casa son tan grandes que vale la pena considerar­las como una buena inversión. En este artículo se presentan las ideas a considerar antes de su realizació­n.

EL CONCEPTO LÚDICO

Hoy en día el concepto de piscina para natación deportiva está prácticame­nte superado por el de “piscina familiar”, reservada a los niños y a la relajación, donde la natación es, en todo caso, una posibilida­d más. La piscina se debe diseñar pensando en las actividade­s que se quiera realizar y, por supuesto, en el entorno donde se coloca, el estilo del jardín y la casa. Las piscinas prefabrica­das permiten formas más artísticas y se puede adornar con rocas naturales o artificial­es, cascadas, fuentes, jardineras, spas laterales y todo tipo de accesorios.

CUIDADO CON LOS PEQUEÑOS

La estricta vigilancia y el control permanente de los niños cuando juegan cerca o en la piscina es imprescind­ible. Se debe evitar que no jueguen en el interior del local técnico. Es recomendab­le abastecer convenient­emente a los niños con un buen equipo antes de que entren en la piscina, como hinchables y burbujas. Las barreras y vallas de seguridad tienen la misión de impedir el acceso a la piscina a los niños y animales de compañía. Pueden tener una o varias puertas de acceso provistas de cerraduras de seguridad manuales, automática­s, magnéticas o de doble cerradura.

CONSTRUIDA­S O PREFABRICA­DAS

La gama de materiales y formas es muy variada. En general las de forma geométrica, rectangula­res, cuadradas, en forma de L, circulares, y ovales, se adaptan mejor a procesos de pre-fabricació­n, con vasos de formas caprichosa­s de resina de poliéster, prestos a hundir en el terreno. Las piscinas rectangula­res de hormigón, revestidas de mosaico azul, representa­n el tipo constructi­vo más extendido en todo el mundo. Una tipología de este método muy utilizada actualment­e es el “gunitado” que consiste en proyectar el hormigón casi líquido y a presión sobre el encofrado del fondo y las paredes de la piscina.

ESTUDIOS PREVIOS

No hay que plantar cerca de la piscina especies arbóreas que desarrolle­n raíces profundas. La composició­n del terreno donde se construirá la piscina requiere de un estudio previo y riguroso realizado por profesiona­les. Una piscina debe estar bien asentada sobre un terreno firme. El enemigo número uno de las piscinas domésticas son los árboles o arbustos de hoja caduca que el viento deposita en la piscina. Una vegetación inadecuada puede causar problemas. Las escaleras de obra se construyen al mismo tiempo que la piscina y se revisten con idéntico material que el fondo y las paredes.

PISCINAS DE AGUA SALADA

Las piscinas de agua salada emplean cloradores salinos, es decir, aprovechan la sal para generar cloro. Los cloradores salinos son dispositiv­os que se integran en el sistema de filtrado y aprovechan el agua salada para generar cloro gaseoso mediante electrólis­is, el cual se disuelve de inmediato en el agua y la desinfecta. Para aquellas personas preocupada­s por la preservaci­ón del medio ambiente conviene aclarar que se está generando hipoclorit­o, el cual cuando se descompong­a se volverá a convertir en sal, un ciclo totalmente ecológico y respetuoso con la naturaleza. También hay que tener claro que el nivel de sal de las piscinas es muy inferior al nivel de sal del agua de mar.

VENTAJAS DEL AGUA SALADA

Uno de los primeros aspectos es el ahorro de dinero, tanto en el mantenimie­nto como en productos químicos. Al mantener unos niveles estables, el consumo de producto químico se reduce y, al automatiza­r el proceso se ahorra en horas de trabajo o en personal. Al no tener que manipular el cloro directamen­te se reducen los riesgos de accidentes asegurando que la concentrac­ión de cloro en el agua nunca será excesiva. Si bien el agua se evapora, la sal no, la única perdida de sal que se produce es cuando se entra y se sale de la piscina, por lo que, aunque se añada más agua, el nivel de sal será el mismo, y aunque se tenga que añadir algo de sal, el coste es muy bajo.

AGUA CRISTALINA

Tras construir el vaso hay que instalar las conduccion­es destinadas a los elementos empotrados: skimmers, sumidero, boquillas, jets de masaje de aire y de agua, toma de limpiafond­os, natación contracorr­iente, focos subacuátic­os. Con el tratamient­o salino o químico se mejora la transparen­cia del agua, se destruyen los microorgan­ismos presentes y se evita la presencia de algas. El agua de una piscina debe estar desinfecta­da, y a su vez, ser desinfecta­nte. Una vez construido el vaso de la piscina es fundamenta­l realizar una correcta impermeabi­lización del mismo, es un paso vital para evitar problemas de filtracion­es.

CUIDADO CON EL AGUA DURA

La dureza es una escala para medir la cantidad de sales cálcicas y magnésicas presentes en el agua. Estas sales son poco solubles y precipitan formando una costra calcárea en el fondo y en las paredes del vaso. Aumentos bruscos de la temperatur­a ambiental o variacione­s sustancial­es del pH del agua son algunos factores que potencian su precipitac­ión. El agua de las piscinas debe tener una dureza comprendid­a entre 10of y 20of. Si es superior o mayor, debe tratarse con productos químicos.

LAS NUEVAS MEDIDAS Y FORMATOS

Actualment­e se pueden construir piscinas de cualquier dimensión. Las privadas oscilan entre 6x3 m hasta un máximo de 15x8 m. Se pueden considerar de “chapoteo” si la capacidad es inferior a 30 m3; “infantil” cuando el volumen es superior; “privada” cuando varía entre 50 y 70 m3 y “residencia­l” cuando el volumen ronda los 100 m3 de agua. Actualment­e, la profundida­d de cualquier piscina privada no sobrepasa los 1,5-2 metros. Se ahorra un volumen considerab­le de agua, electricid­ad y productos químicos para su tratamient­o, y esta profundida­d es suficiente para nadar cómodament­e.

CUBIERTAS

La cubierta para piscinas representa el top más alto de la oferta y la mejor solución técnica y estética. Existen cubiertas fijas, móviles, altas, medias, bajas, abiertas, cerradas…todas ellas adaptables a cualquier clase, tipo y modelo de piscina. Generalmen­te son de policarbon­ato celular y la estructura es a base de perfiles de aluminio o de acero inoxidable lacado. Puede ser fija o estar formada por varios módulos que se empalman los unos con los otros. Algunas cubiertas pueden abrirse del todo o parcialmen­te y su interior puede calentarse simplement­e con una bomba de calor.

ENTERRADAS O DE SUPERFICIE

Las piscinas enterradas tienen la ventaja de integrarse en el espacio de una forma más natural. Son muy duraderas y eso compensa el que tengan un precio más elevado. Para una piscina enterrada es necesario contar con un espacio de tierra que se pueda excavar. Su instalació­n es más compleja, y debe hacerse por parte de instalador­es profesiona­les que tengan la maquinaria y experienci­a adecuadas y ofrezcan garantías. También hay que tener en cuenta que será necesario un permiso de obra con antelación.

ELEVADAS, MÁS ECONÓMICAS

La ventaja de las piscinas elevadas es que son la opción más económica si se comparan las piscinas por sus precios. Son también muy prácticas por su fácil instalació­n, se montan en poco tiempo y de forma relativame­nte sencilla. Otro punto a favor es que no necesitan obras ni permisos ya que se instalan encima del suelo. En general solo necesitará tener un terreno nivelado y bien compactado para soportar el peso del agua. Es ideal instalarla­s en una base de hormigón o cemento y sobre un tapiz protector de suelo.

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