En el lavabo se ha instalado una elegante grifería empotrada en la pared
En relación con el diseño, todas las funciones sociales se han planeado para llevarse a cabo en la planta baja, en contacto directo con el patio trasero de la casa, mientras que el piso superior está reservado para las dos habitaciones y un solarium, protegido visualmente de los ojos no deseados por una cortina de plantas. Esta casa fue diseñada para ser vivida y experimentada en la privacidad y frescura del exterior, en sintonía con el pasado y con un profundo respeto por el futuro.
Siguiendo las pautas marcadas por las austeras líneas de la arquitectura de esta vivienda, el proyecto de interiorismo ha planteado unos interiores muy vinculados al paisaje exterior y que, al mismo tiempo, reproducen el sosiego y la tranquilidad que anticipan sus muros.
En su interior la vivienda se ha proyectado con unos ambientes muy cálidos, combinando una paleta de tonos, que se complementan con un mobiliario dispuesto de forma muy cuidada. Los propietarios han participado muy activamente a la hora de escoger el mobiliario y han colaborado en la elección de los materiales de los acabados interiores, estableciendo un diálogo fluido entre ellos y el arquitecto.
Las habitaciones se han amueblado de forma minimalista, apostando únicamente por el uso de las piezas imprescindibles y dejando de lado lo superfluo, de modo que se han creado atmósferas acogedoras y limpias, que invitan a la relajación y a la tranquilidad. Una sencillez y depuración que se ha seguido también en los baños, en los que domina el blanco absoluto.
Los pavimentos y los techos de hormigón componen un marco natural y en cierto modo salvaje, para enmarcar las panorámicas de que disfruta esta vivienda. De esta forma, al igual que la arquitectura está pensada para la integración de los volúmenes en la tierra, el interiorismo asume la misma vocación y declara sin complejos que el entorno es lo que manda en este proyecto y ante él se rinde.