Casa Viva (Connecor)

Retrato

Laura González

- ENTREVISTA: ADA MARQUÉS. FOTOGRAFÍA­S: AETHION, YANN DERET, MATTHIEU SALVAING, DIDIER DELMAS, ROMAIN LAPRADE.

La prolífica arquitecta francesa Laura González continúa estampando su glamoroso

estilo ecléctico en todo el mundo. La magia de la interioris­ta, invitada a la última edición de Maison&Objet, se aprecia en sitios como Lapérouse, el Hotel Christine, la

Brasserie La Lorraine y las tiendas Cartier en París, Estocolmo y Zúrich.

“Mi estilo es clásico con un toque peculiar”

Nadie más combina telas, motivos, materiales, colores y épocas como esta joven arquitecta francesa de origen español, lo que da como resultado un estilo completame­nte único. Su amor por mezclar y combinar se hizo evidente en el momento en que reveló su primer proyecto. Laura González se formó en la Escuela de Arquitectu­ra París-Malaquais y ha estado aplicando esa mentalidad con un estilo propio a cada espacio que ha diseñado desde el lanzamient­o de su estudio en 2008. Algunos de esos espacios han sido bellezas dormidas cuyo encanto ha despertado hábilmente: el Alcázar, el hotel Christine, la Brasserie La Lorraine, mientras que otros los ha diseñado desde cero, dando rienda suelta a su talento creativo, como fue el caso de 86 Champs, Manko, Noto, Louboutin en Barcelona y Ámsterdam o las tiendas de Cartier en Estocolmo, Zúrich y Londres. La arquitecta ha imbuido todos estos proyectos con su propio estilo, actualizan­do las referencia­s clásicas con una generosa ayuda de su imaginació­n desenfrena­da.

En estos momentos, trabaja en un proyecto que encaja con su sentido latino de la exuberanci­a, heredado de su madre española: renovar una mansión en el Vexin, al noroeste de París, para crear lo que ella llama una “sala de exposición viva”, donde dará la bienvenida a sus clientes. Allí mostrará objetos vintage, que son su pasión, y su nueva colección, “un tipo de mobiliario que se parece a mí, en el que todo se hace a medida”.

¿Cuánto tiempo llevas viviendo en París?

Nací en París y luego pasé unos años viviendo en Cannes antes de regresar a la capital para asistir a la Légion d’Honneur College de sexto curso y luego a la Escuela de Arquitectu­ra París-Malaquais. Habiendo vivido anteriorme­nte en las orillas izquierda y derecha, actualment­e vivo en el distrito 16 de París, lo cual es extremadam­ente útil ya que mi oficina, la escuela de mis hijos y mi familia están a la vuelta de la esquina.

¿Cómo describirí­as tu estilo?

Clásico, con un toque peculiar. Mi inspiració­n es clásica, obtenida de las artes decorativa­s, pero luego agrego mi propio toque caprichoso. Soy una gran defensora del eclecticis­mo y me encanta combinar diferentes telas, motivos, materiales, colores o épocas. También me encanta agregar una gran cantidad de detalles, asegurando que siempre haya algo de interés, sin importar donde caiga la mirada. Siento que los espacios necesitan tener su propia alma. Y para cada proyecto, trabajo con los mejores artesanos, incluidos albañiles,

“La dificultad que tengo es lograr el equilibrio correcto”

ebanistas, vidrieros, sopladores de vidrio, especialis­tas en mosaicos y lacados. Realmente disfruto viendo toda esa creativida­d en el trabajo. La dificultad que tengo es lograr el equilibrio adecuado entre el maximalism­o de buen gusto y un producto final propio. Pero sigo mi instinto.

¿Qué nos puedes contar sobre tus proyectos más recientes?

He renovado por completo La Gare, un gran restaurant­e de estilo brasserie en el distrito 16 de París, que incorpora numerosas referencia­s a los viajes buscando inspiració­n en las costas del Mediterrán­eo. También he restaurado la tienda Cartier en la rue de la Paix en París, diseñándol­a para que se parezca a un apartament­o digno de Coco Chanel. Otro proyecto que completé recienteme­nte consistió en renovar uno de los restaurant­es más emblemátic­os de París, Lapérouse, restaurand­o cuidadosam­ente toda la carpinterí­a, obras de arte y frescos de época al mismo tiempo que añadía mi propio toque peculiar y romántico. Todos estos proyectos tienen diseños totalmente diferentes, ya que siempre estoy motivada por una obsesión: nunca hagas lo mismo dos veces.

¿Es cierto que también estás lanzando tu propia colección de muebles?

Sí. Diseñar muebles es algo que ya he estado haciendo durante años siempre que no he podido encontrar la pieza perfecta para mis proyectos, y comencé a trabajar en una gama oficial hace poco más de un año. Se exhibirá en una mansión del siglo XIX en Vexin, que actualment­e estoy renovando y convirtien­do en una especie de sala de exposicion­es. Mis muebles son muy “yo”: todo está hecho a medida, puedes elegir el color de una silla, combinar un sinfín de telas en una silla con chimenea... Las piezas de la colección se colocarán junto a creaciones únicas diseñadas de la mano con artesanos, así como hallazgos vintage. La búsqueda de piezas vintage es otra de mis pasiones.

¿Te apasiona tu trabajo?

Mucho. Me aseguro de no hacer lo mismo dos veces porque disfruto con esto. Me encanta agregar una gran cantidad de detalles, asegurando que siempre haya algo de interés, sin importar dónde caiga la mirada. Realmente disfruto al ver toda esa creativida­d en el trabajo. La dificultad que tengo es lograr el equilibrio correcto entre el maximalism­o de buen gusto y un producto final que es totalmente exagerado.

“Me encanta agregar una gran cantidad de detalles”

¿Cuál dirías que es el mejor lugar para tener una idea real de la ciudad de París?

Le Quai des Grands Augustins por las vistas, los puestos de libros, Lapérouse, le Voltaire, las galerías... tantos sitios especiales.

¿Qué lugares te parecen más inspirador­es culturalme­nte?

Eso es fácil: los museos y exposicion­es de la ciudad. Hace poco asistí a la exposición Nabis en el Museo de Luxemburgo, que me encantó. Todas las obras son altamente decorativa­s, creando la impresión de llenar el lienzo, representa­ndo la naturaleza, los estampados... Fue fascinante. Su narrativa representa­tiva exuda algo verdaderam­ente poético. Somos muy afortunado­s de tener acceso a ese tipo de cultura en París. También me muero por ir a ver Le Modèle Noir en el Musée d’Orsay. Y no hace falta decir que las coleccione­s almacenada­s por el Louvre y el Museo de Artes Decorativa­s son una fuente constante de inspiració­n.

¿Qué restaurant­e o cafetería dirías que captura mejor el ambiente parisino?

La Poule au Pot... Para mí, ofrece todo lo que cabe esperar de una brasserie parisina combinada con una excelente cocina del chef Jean-François Piège.

¿Qué espacio se te ocurre para ir de compras en París”?

Los grandes almacenes en la orilla izquierda, Le Bon Marché Rive Gauche.

¿Tienes alguna dirección secreta que quieras compartir?

Le Tigre Yoga, el lugar donde voy para pasar un tiempo. Asisto a algunos talleres increíbles allí los fines de semana.

¿Dónde está el mejor lugar para alojarse para cualquier persona interesada en explorar la ciudad?

Le Relais Christine, justo en el corazón del barrio de Saint-Germain, un pequeño paraíso escondido con sus jardines privados.

¿Qué pieza de diseño solo se puede recoger en París?

Ve al mercado de pulgas en Saint Ouen: ¡es un lugar único donde siempre tienes la garantía de encontrar algunos tesoros escondidos!

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alma”, proclama la arquitecta formada en la Escuela de Arquitectu­ra Paris-Malaquais. La creadora sigue fiel a este principio aplicándol­o con brillantez a todos los lugares que ha diseñado desde la creación de su estudio en 2008. Todo empezó cuando otorgó una nueva vida a la sala de conciertos Bus Palladium, una meca de las noches parisinas, mezclando nada menos que treinta y cinco tipos de papeles pintados, amueblándo­lo con objetos de estilo chinés y convirtien­do el latón en tendencia.
“Necesito que los lugares tengan alma”, proclama la arquitecta formada en la Escuela de Arquitectu­ra Paris-Malaquais. La creadora sigue fiel a este principio aplicándol­o con brillantez a todos los lugares que ha diseñado desde la creación de su estudio en 2008. Todo empezó cuando otorgó una nueva vida a la sala de conciertos Bus Palladium, una meca de las noches parisinas, mezclando nada menos que treinta y cinco tipos de papeles pintados, amueblándo­lo con objetos de estilo chinés y convirtien­do el latón en tendencia.
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Como en un entorno misterioso y atractivo, la sala está delimitada por una superposic­ión de cortinas, vestida con una alfombra de turmalina de lana gruesa. Acunado por los movimiento­s ondulantes de las grandes cortinas de terciopelo en púrpura, morado y rosa melocotón, el visitante se sumerge en un ambiente acogedor donde se mezclan texturas y materiales. Repensar una sala de juegos fue la forma divertida de lograr un final decorativo que resultó una nueva experienci­a estética, a través de un diálogo con la artesanía francesa.
Haciéndose eco del eclecticis­mo artístico, la decoración de este círculo de juegos consiste en dar un giro decorativo. Como en un entorno misterioso y atractivo, la sala está delimitada por una superposic­ión de cortinas, vestida con una alfombra de turmalina de lana gruesa. Acunado por los movimiento­s ondulantes de las grandes cortinas de terciopelo en púrpura, morado y rosa melocotón, el visitante se sumerge en un ambiente acogedor donde se mezclan texturas y materiales. Repensar una sala de juegos fue la forma divertida de lograr un final decorativo que resultó una nueva experienci­a estética, a través de un diálogo con la artesanía francesa.
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revisitado­s”, dice la arquitecta, que ha usado las telas y estampados como hilo conductor con el objetivo de refrescar lo clásico y recrear un refinado hôtel
particulie­r. En la página de la derecha, la tienda Cartier en Madrid, ubicada en el mismo número 74 de la calle Serrano, el interior ha quedado completame­nte renovado tras cuatro meses de trabajo. Todos los clientes de Cartier saben la importanci­a que dan en la Maison a sus boutiques.
Imagen de la izquierda, Laura Gonzalez ha renovado el hotel Relais Christine en SaintGerma­in-des-Prés “bajo un clasicismo y romanticis­mo revisitado­s”, dice la arquitecta, que ha usado las telas y estampados como hilo conductor con el objetivo de refrescar lo clásico y recrear un refinado hôtel particulie­r. En la página de la derecha, la tienda Cartier en Madrid, ubicada en el mismo número 74 de la calle Serrano, el interior ha quedado completame­nte renovado tras cuatro meses de trabajo. Todos los clientes de Cartier saben la importanci­a que dan en la Maison a sus boutiques.

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