Expansión Andalucía - Casas y Estilo
Flexible La oficina gana estatus
Los centros de negocios se convierten en una solución definitiva para las grandes corporaciones, con cada vez más peso en sus estrategias de ‘workplace’
El 2,7% del ‘stock’ de oficinas de Barcelona corresponde a oficinas flexibles o ‘coworkings’
El 80% de las empresas de servicios profesionales de Estados Unidos cuenta con espacios flexibles en su porfolio de oficinas. De hecho, hasta un 70% de ellas espera duplicar su presencia en este tipo de espacios para 2024, hasta representar el 12% de su espacio de trabajo, y los principales usuarios de este tipo de oficinas planean incluso quintuplicar su uso, según el estudio CBRE Agile Practice 2022. En España, el stock flex alcanza ya el 1,7% del mercado de oficinas en Madrid y el 2,7% en Barcelona y, según BNP Paribas, entre julio y septiembre, fue el segmento inmobiliario con mayor crecimiento de inversión en nuestro país durante ese periodo, alcanzando casi los 1.200 millones de euros.
El auge y futuro de este tipo de negocio se fundamenta sobre todo en el crecimiento del cliente corporativo. Tanto la pandemia y el consecuente auge del teletrabajo como la ya constante incertidumbre económica han cambiado la forma en que se vive, se piensa y se negocia el espacio de trabajo. Crecen las operaciones de sale & lease back, comunes en momentos de crisis económica –como la de la aseguradora Liberty en Madrid o más recientemente Novartis en su histórica sede de Barcelona–, muchos contratos de alquiler que vencieron durante la pandemia no han sido renovados y en su lugar se ha apostado por reubicar a las plantillas en centros de coworking; pero hay que tener en cuenta que no siempre responde a estrategias de decrecimiento de plantilla, sino que muchas empresas que crecen en empleados también apuestan por este tipo de oficina gracias a la flexibilidad en la adaptación del espacio, su ubicación (normalmente en zonas estratégicas), además de que se trata de centros en los que se pueden generar sinergias que en una sede única no se lograrían.
Los complejos han desaparecido y si antes los centros de negocios – coworkings– eran un lugar de tránsito y una solución a corto plazo, ahora se convierten en “una solución definitiva de real estate y una alternativa que completa las estrategias de workplace de compañías de todos los tamaños”, explica David Vega, CEO de Lexington. “Durante muchos años, sobre todo en España, había reticencia a decir que se estaba en un centro de negocios. Para el español, compartir espacio –o secretaria o recepcionista– era imagen de precariedad; pero esa sensación ha desaparecido por completo”, asegura Vega. En términos de coste, de hecho, ser cliente de una de estas nuevas oficinas flex tiene de precario poco o nada y muchas empresas mejoran incluso su estatus o caché incorporando esta oferta a sus empleados. “Proporcionalmente, el coste no se reduce en relación a la reducción de espacio, pero la empresa adapta la oficina a la realidad”. De hecho, en términos de precio por metro cuadrado, la renta media por metro cuadrado puede duplicarse según la ubicación, el espacio y servicios contratados respecto al coste medio por metro cuadrado en una oficina tradicional. “No se trata de reducir espacio, sino de actualizarlo y redimensionarlo”, puntualiza Vega. Tanto en cuestión de dimensión, como en tiempo, “pues permite pasar de una solución de alquiler convencional a largo plazo a un contrato flexible de arrendamiento por servicios. Todavía hay propietarios que piden mínimo cinco años de alquiler; otros han flexibilizado sus tiempos de obligado cumplimiento. Mientras, en las oficinas flexibles, el cliente corporativo suele firmar por dos años, aunque también hay clientes que contra
En EEUU, el 80% de las firmas de servicios profesionales apuesta por estos espacios
tan a doce meses”, explica el ejecutivo al frente de Lexington, firma con más de 16.000 metros cuadrados de espacio flexible en Madrid y Barcelona y que crece un 43% gracias al cliente corporativo.
Siendo las principales preocupaciones de las corporaciones cuando dan el paso a un espacio flex contar con requerimientos avanzados de seguridad IT, la posible falta de disponibilidad para determinadas configuraciones y el miedo a que el sentimiento de grupo y la cultura corporativa se vea diluido en un entorno de trabajo poco personalizado, los operadores como Lexington, We Work, Utopicus, Loom o Spaces (por citar solo algunos) están creciendo en espacios exclusivos cien por cien dedicados a la empresa tanto en identidad de marca como en tecnología, “espacios o plantas exclusivas de carácter privativo para cada compañía, con sus amenities personalizadas y a medida, decoración corporativa y acorde con la cultura de marca, incluso con entradas independientes, cada vez más demandadas y mediante las que acceden a su mundo corporativo”, según apunta Vega, pero con acceso a las zonas comunes de este tipo de inmuebles como el alquiler de salas de reuniones por horas, auditorios o servicios de cátering.
Se trata en definitiva de “la externalización de los servicios de oficinas” y de “ofrecer una experiencia a los trabajadores”, concluye Vega.