Expansión Galicia - Casas y Estilo

Amables” “Hay que diseñar ciudades

De arquitecto municipal a proyectar urbes desde su estudio, que firma el nuevo espacio Mahou-Calderón, un desarrollo que trazó tras escuchar a los vecinos

- Isabel Vilches. Madrid

Sin temario con el que prepararse las oposicione­s a arquitecto municipal del Ayuntamien­to de Madrid, Enrique Bardají (Badajoz, 1952) redactó su propio programa preguntand­o a los funcionari­os en activo: “Fui tan insistente que me contrataro­n antes de que aprobara [que aprobó]. Entré en el departamen­to de Licencias y terminé siendo gerente de Urbanismo del Ayuntamien­to de Madrid con Enrique Tierno Galván, de 1982 a 1987”. Durante ese tiempo, detalla el arquitecto, “entre otras cosas, realojamos a 50.000 familias que vivían en chabolas en el Pozo del Tío Raimundo, Palomeras Sureste, Camino Alto de San Isidro... Un hecho histórico al que se le ha dado muy poca dimensión”. Tras abandonar un cargo “muy técnico” para ejercer su profesión, ahora, desde el estudio E. Bardají y Asociados que fundó en 1999, sigue diseñando ciudades, que, además, edifica, tanto con obra nueva como con rehabilita­ciones.

–El trabajo completo.

Es una de nuestras caracterís­ticas diferencia­doras. Nos aproximamo­s al estudio de una urbe conociendo cómo es la construcci­ón de los edificios y los diseñamos sabiendo cómo es la normativa de la localidad. Un planeamien­to que hacemos siempre se debe poder ejecutar. No presenta

mos entelequia­s, que el papel lo aguanta todo. Cuando un cliente nos encarga una obra sabemos que es fundamenta­l poder encajarla en su territorio. La ciudad en su paisaje se conforma por el conjunto de inmuebles que la crean y la normativa urbanístic­a es tan complicada que si no te la conoces bien es muy difícil hacer arquitectu­ra rápida y eficaz. En el estudio [que emplea hoy a 33 profesiona­les] tenemos dos grandes departamen­tos, el de planeamien­to, que hace gestión urbanístic­a, y el de edificació­n.

–Para la mayoría, la Administra­ción habla en otro idioma.

Ahora todo está muy reglado, hay tantas normas, demasiadas, que es muy difícil acceder a ellas. Muy pocas personas, muy técnicas, las conocen en profundida­d y esto hace que cada uno las interprete de una manera, que puede derivar en corrupción.

–Y luego las normas cambian...

Como la Operación Mahou Calderón, con un desarrollo urbanístic­o aprobado el Ayuntamien­to de Madrid para construir una torre, anulado luego por el Tribunal Supremo, porque, básicament­e, los vecinos no estaban de acuerdo. Habían planteado 2.500 alegacione­s al plan. Se sacó entonces el proyecto a concurso y lo ganamos. Planteamos la ordenación de la antigua fábrica de Mahou y lo que era el Vicente Calderón de nuevo y explicamos a los residentes de la zona todo el proyecto.

Atendimos sus sugerencia­s, como extender el parque hasta el colegio de la zona en vez de que los niños salieran a una calle. La M30, a su paso por este punto, está cubierta en vez de soterrada, con un mirador, en voladizo, al río. Hacerla subterráne­a le hubiese costado al consistori­o y en parte a los propietari­os unos 150 millones en vez de los 50 que han pagado. Ahora se están levantando las viviendas.

–¿Cómo cree que debe ser la ciudad del futuro?

En nuestra cultura occidental, la europea. No la norteameri­cana de grandes extensione­s, como Los Án

geles, ni de grandes dimensione­s, como São Paulo, Nueva Delhi o Tokio. Nuestras urbes tienen que tener un tamaño medio, estar estructura­das alrededor de la convivenci­a de las personas, lo que Ortega y Gasset llamaba el espacio cívico, con cascos históricos y ensanches... No tenemos que inventar nada, pero, adicionalm­ente tienen que tener la tecnología de la smart city.

–Pero, ¿existen?

Hay ejemplos de ciudad contemporá­nea que tienen esta pinta, como el Parque de las Naciones de Lisboa, un barrio que resultó de la Exposición Universal de 1998. El objetivo final del urbanista es hacer ciudades amables, que se puedan pasear, con edificacio­nes cómodas, eficientes, sostenible­s..., pero de verdad. La ribera del puerto de Hamburgo también es un buen ejemplo.

–¿También lo será Madrid Nuevo Norte?

Sí. Un proyecto encallado desde hace 27 años. Hay tanta burocracia, que aunque pretende velar por los intereses de los ciudadanos en su conjunto, también retrasa extraordin­ariamente y hace ineficaces los proyectos. En mi opinión, tiene demasiada edificabil­idad, pero ojalá salga bien.

 ?? ?? Desde Madrid. El estudio de Enrique Bardají cuenta con sedes en Chile, México y Perú.
Con una superficie de casi 200.000 metros cuadrados, la nueva ordenación de ‘MahouCalde­rón’, diseño de E. Bardají & Asociados, cuenta con más espacios verdes y más equipamien­tos públicos.
Desde Madrid. El estudio de Enrique Bardají cuenta con sedes en Chile, México y Perú. Con una superficie de casi 200.000 metros cuadrados, la nueva ordenación de ‘MahouCalde­rón’, diseño de E. Bardají & Asociados, cuenta con más espacios verdes y más equipamien­tos públicos.

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