CIC Arquitectura y Construcción
Exlabesa / Sede de I+D+I de Exlabesa Internacional (Valga, Pontevedra)
Con una dilatada y exitosa trayectoria en el desarrollo de perfilería de aluminio, exlabesa decidió impulsar su ya existente división de ventanas y cerramientos, surgiendo con ello la necesidad de construir un nuevo edificio que, aunque vinculado a la fábrica, mantuviera cierta independencia con respecto a ésta. Configurada como un espacio en el que, además de zona de oficinas, se recibe a arquitectos, fabricantes y otros colaboradores, esta construcción finalizaba en 2017 de la mano de Ansede Quintáns Arquitectos, que acaban de recibir por este trabajo el Premio Gran de Área 2018 del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia.
Desde el momento del encargo, la primera fase de la propuesta la tuvieron clara en Ansede Quintáns Arquitectos: el edificio sería la propia exposición. Según explican los responsables del proyecto, Alberto Quintáns y Cristina Ansede, el reto de construir un edificio con las carpinterías que pretendían mostrar, además de revestimientos interiores con los materiales que salían directamente de la fábrica, “era algo realmente lógico y sugerente”. De ahí que, salvo la estructura, que por un requerimiento de resistencia al fuego se construyó con hormigón prefabricado, el resto de este edificio, que es la sede de I+D+I de la firma a nivel internacional, se ha construido con productos de exlabesa.
El contraste entre la dureza de la estructura de hormigón y la delicadeza del muro cortina que exlabesa fabrica resultaba algo muy estimulante para el estudio de arquitectura: “La precariedad de los acabados del grueso de la industria en polígonos industriales de toda Galicia es un tema de reflexión en este edificio. Construido con la misma estructura que la mayor parte de estas edificaciones, hemos querido vestir un chasis convencional de gala, para ver hasta qué punto podíamos dotarlo de rasgos acogedores y amables, e incluso monumentales con la construcción de un gran atrio de entrada”.
El programa fue la construcción de un área de despachos de trabajo, un showroom y una sala de formación. Se asumió el encargo como tal, dividiendo en tres dicho programa, pero añadiendo un cuarto elemento que aglutinase todo y le diese cierto sentido de conjunto. Ese cuarto espacio es atrio de entrada, es exposición de producto -ya que está construido con el muro cortina de la propia compañía- y, a la vez, un elemento fundamental a nivel energético. Además de eso, es un espacio de intercambio pen-
sado para charlar antes de una formación, en donde compartir opiniones de lo expuesto en el showroom, o donde esperar antes de entrar a una reunión. “Es donde pasan todas las cosas que hacen que las otras tres zonas funcionen de verdad”, subrayan los arquitectos.
Espacio de trabajo “humanizado”
En opinión de Ansede Quintáns Arquitectos, el modelo tradicional de oficina de despachos independientes cerrados está cambiando: “El espacio de trabajo influye directamente en el comportamiento y las emociones de las personas que desarrollan cualquier actividad. Humanizar los espacios de trabajo, incluyendo zonas de descanso, promoviendo el contacto visual y la interacción, facilitando zonas para pausas, comidas, reuniones, y zonas al aire libre, mejora la calidad de vida del trabajador y, por tanto, el resultado del trabajo de los equipos.
Es por esto que la zona de oficinas es diáfana, y la sala de reuniones y actos accesible de forma inmediata, para promover el diálogo y la formación. El edificio se distribuye en dos plantas, ambas conectadas por este atrio de 10 m de altura. En planta baja se ubican el salón de actos, el showroom y una sala de reuniones. En planta alta se sitúan las oficinas y otras dos salas de reuniones. Completando estos usos, un núcleo opaco que aglutina todo y que contiene aseos, almacenes y ascensor. El atrio de entrada crea un gran efecto invernadero que se aprovecha para climatizar el edificio. El suelo interior y exterior construidos con granito, al mismo nivel, evidencian la delicadeza de un cerramiento que es capaz por sí solo de generar un microclima. Se ha diseñado un sistema de acondicionamiento higrotérmico que crea una cortina de ventilación que barre la fachada desde rejillas insertadas en el suelo y evacúa el aire caliente a través de las ventanas de cubierta en épocas cálidas. En épocas frías se aprovecha el efecto invernadero, acumulando calor en los cerramientos en contacto con las zonas de uso y reutilizando el aire no acumulado en la climatización mediante recuperadores de calor. Se completa el sistema con unos estores en la fachada Este que se despliegan en los picos de calor en los que no es suficiente con ventilación forzada. El pavimento interior y exterior, del mismo material y acabado, granito, en el mismo plano, quiere resaltar que solo el muro cortina separa interior y exterior.
Sistemas prefabricados
En cuanto a la construcción, el trabajo con sistemas prefabricados es lo que permitió diseñar una base muy regular para las carpinterías. “Como arquitectos, vivimos persiguiendo la adaptación de nuestros planos, precisos, con una geometría estricta, a una realidad que no lo es. Lo que en un plano es una línea fina y perfecta, en la realidad puede ser un manchón, una línea gruesa y torcida o una masa informe. El cemento se escurre entre las juntas de ladrillo, el hormigón contra el terreno es totalmente irregular, las piedras de un muro tradicional entran y salen varios centímetros. Y ese margen no se debe solo a los materiales. Quien los coloca puede ser nuevo en el oficio, o puede simplemente no tener un buen día. Así la obra se va adaptando y en eso consiste gran parte de nuestro trabajo, en conseguir esa adaptación para recuperar cierta sensación de orden”.
Dado que el objetivo era mostrar las carpinterías en todo su esplendor, los arquitectos querían usar el menor número de tapajuntas y cuñas posibles: “No podíamos jugar con los sistemas habituales de piezas pequeñas que descansan sobre la mano de obra su exactitud”, apuntan. De ahí que recurrieran a la prefabricación, que “supone no solo velocidad, sino también menos incertidumbre y menores costes, aunque esto último solo es así cuando el sistema es realmente popular”, añaden desde Ansede Quintáns Arquitectos. Éste es el caso de la estructura utilizada: “La mayor parte del panorama industrial gallego se construye con ella, miles y miles de metros cuadrados de naves industriales dispersos por nuestro territorio. Nos parecía algo atractivo el jugar con esa estructura convencional y poner en valor su geometría exacta, dejándola vista, y vistiéndola con elementos más delicados”, subrayan desde el equipo de arquitectura. En su opinión, el contraste pone en valor las carpinterías, que son las protagonistas de toda la obra: “Pieles finas y delicadas superpuestas a una estructura más bruta resaltan esa tecnología que hace posible crear un microclima con una piel de pocos centímetros”, concluyen.
En cuanto a la construcción, el trabajo con sistemas prefabricados es lo que permitió diseñar una base muy regular para las carpinterías”