CIC Arquitectura y Construcción
Onduline / Monasterio de Santa María de la Merced en Huete (Cuenca)
El histórico Monasterio de Santa María de la Merced en Huete (Cuenca) ha sido sometido a un proceso de rehabilitación que ha afectado a todos los elementos que formaban la cubierta, debido al mal estado que presentaban tanto estructura como soporte y teja. El Sistema Onduline Bajo Teja DRS ha sido la solución elegida para dotar al conjunto de un tejado con un acabado estético tradicional, pero con la mayor garantía y prestaciones en lo que a impermeabilización se refiere.
El Monasterio de Santa María de la Merced es un colosal edificio histórico, datado del siglo XVII, que abarca una superficie total de casi 5.000 m2. Se trata de un complejo emblemático en Huete, declarado Bien de Interés Cultural en 1992, y que actualmente ubica en su interior múltiples servicios, entre los que destaca el pro- pio ayuntamiento del municipio, la oficina de turismo y el Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente.
Las obras de rehabilitación de la cubierta del inmueble están incluidas dentro del Plan de Patrimonio de la Diputación, centrándose en la eliminación de filtraciones y humedades mediante la rehabilitación integral de la zona este del tejado, y el retejado del resto, así como otras mejoras y acondicionamientos que permitirán el posterior uso de diferentes espacios.
El conjunto del monasterio está configurado por una planta de estructura rectangular y, en general, predominante estilo barroco. Destacan su iglesia, construida en cruz latina, que ocupa la mitad norte del complejo; su fachada, que se divide en dos plantas balconadas y una de rejas; sus dos patios interiores, el claustro y una gran sala capitular.
El proyecto de rehabilitación de la colegiata ha afectado a todos los elementos que formaban la cubierta, debido al mal estado que presentaban tanto estructura como soporte y teja, tarea que ha sido ejecutada por la empresa constructora conquense Grupo Conca, especialista en rehabilitación de edificios, afectando a una superficie total de, aproximadamente, 800 m2 de cubierta.
Diferentes fases de trabajo
Como explican desde la multinacional Onduline, la rehabilitación de la cubierta ha constado de diferentes fases de trabajo. En una primera actuación, se retiró y recuperó la mayor parte posible de la teja cerámica curva original para su reutilización como tejas cobija. De igual modo se retiró la mayor parte del soporte como de la estructura de madera, saneando únicamente
aquellas tablas y palos estructurales que no presentaban un deterioro grave.
En segundo lugar, se instaló el nuevo entramado estructural para la formación de pendiente y se cubrió con tabla de madera tratada. “Este soporte sirvió de base para la colocación de un aislamiento compuesto por planchones de poliestireno extruido, dispuesto entre rastreles de madera, para la retención de los planchones y facilitar la fijación de la impermeabilización bajo teja”, apuntan fuentes de Onduline.
En una tercera fase, se instaló la impermeabilización del tejado con el Sistema Onduline Bajo Teja DRS. Las placas Onduline Bajo Teja DRS se instalan directamente sobre el soporte de cubierta, en este caso sobre la capa formada por planchón XPS y rastreles de madera perpendiculares a la pendiente. Su fijación se realiza siempre en seco, de forma mecánica, con la tornillería adecuada al tipo de soporte de cubierta. En este proyecto, al contar con un enrastrelado de madera, la fijación utilizada ha sido el clavo cabeza PVC Onduline. Los clavos se insertan siempre a través de la parte alta de las ondas de las placas Onduline Bajo Teja DRS, para garantizar así la total impermeabilización del tejado, aunque se produzcan filtraciones a través de las tejas.
En la zona del alero, el soporte de cubierta estaba formado por un tablero cerámico cubierto por una capa de compresión, por lo que la fijación del sistema de impermeabilización de tejados Onduline Bajo Teja DRS se ha realizado con el Clavo Nylon, una fijación específicamente diseñada para este tipo de soportes de cubierta. Su instalación se realiza en dos pasos: primero se realiza un taladro con una broca para cerámica, llegando hasta el soporte, y posteriormente se inserta la fijación a golpe de martillo expandiéndose gracias a la varilla central que la atraviesa.
Instalación rápida, segura y sencilla
El modelo de placa Onduline Bajo Teja DRS instalado ha sido el BT-50, un modelo de placa muy resistente a cargas y también con una alta resistencia al pisado, que garantiza una instalación segura y una alta ventilación del tejado. Además, las placas Onduline Bajo Teja DRS son muy ligeras y fáciles de manejar, por lo que su instalación en cubierta es muy rápida y sencilla. Finalmente, con la impermeabilización del tejado instalada, solo quedaba colocar la teja de cobertura y la ejecución de los remates y encuentros existentes. Debido al carácter histórico de este edificio, “se ha optado por un tejado de teja cerámica curva, recuperando la teja cerámica curva original, para su instalación como tejas cobija, consiguiendo así mantener la estética tradicional del tejado”.
Las tejas recuperadas, debido a su porosidad, fueron recibidas con mortero de cemento; en cambio, las tejas cerámicas curvas nuevas fueron pegadas entre sí con masilla de poliuretano; un compuesto que proporciona un pegado elástico muy resistente y duradero frente a cambios de temperatura.
El resultado final es el de un tejado con un acabado estético tradicional, pero con la mayor garantía y prestaciones en lo que a impermeabilización de tejados se refiere y es que Onduline garantiza su sistema de impermeabilización de tejados Bajo Teja DRS durante 30 años.
El proyecto de rehabilitación de la colegiata ha afectado a todos los elementos que formaban la cubierta, tarea que ha sido ejecutada por la empresa constructora conquense Grupo Conca y que ha afectado a una superficie total de, aproximadamente, 800 m2 de cubierta”