CIC Arquitectura y Construcción
2019. El sector de la edificación que viene
Llega un cambio de año y con él los tradicionales balances de lo vivido en los últimos 12 meses y de las perspectivas para el entrante. El sector está de acuerdo en que vivimos momentos de cambio y en que nada volverá a ser como antes. La irrupción de las nuevas tecnologías y los avances tecnológicos ha hecho que el sector de la edificación haya tenido que enfrentarse a un proceso de renovación y adaptación sin precedentes. En el caso de la Arquitectura Técnica, ha sido un proceso de “adaptarse o morir en el intento”, en el que no nos ha quedado más remedio que actualizar nuestros conocimientos y ponernos al día para seguir teniendo la competitividad que la sociedad nos exige. Tradicionalmente, nuestro sector, y no lo digo con orgullo, no ha sido especialmente propenso a los cambios y ha tenido la querencia de hacer las cosas a la antigua, de forma tradicional, “como siempre se ha hecho”. Los pasados años de parón (por no mencionar de nuevo la palabra crisis) nos han dado mucho tiempo para reflexionar sobre los errores cometidos en el pasado, para aprender nuevas formas de hacer las cosas, para mejorar nuestros planteamientos sobre la forma de edificar en España y para muchas cosas más.
Podría citar multitud de ejemplos pero al final el resumen es que nuestra mentalidad ha cambiado para hacer que la edificación se transforme hacia un nuevo paradigma mucho más enfocado hacia la habitabilidad y sostenibilidad de los edificios, que a la construcción desaforada de éstos. Este aprendizaje nos ha llevado también a no dar la espalda a todos estos avances tecnológicos que se traducen en tiempo dedicado a un mayor control de los procesos, aumentando su calidad, lo que redundará en una mejora en todos los aspectos. La Arquitectura Técnica (ya se vio en Contart, nuestra convención anual) no va a dar la espalda a estos avances del sector. Hablamos de BIM, de drones, de realidad virtual o aumentada, de IOT, e incluso de la posibilidad de la integración de la robótica dentro de los trabajos realizados en obra. Para muchos compañeros, estos avances ya forman parte de su trabajo diario, para otros son herramientas que influyen sobre los procesos de gestión de aspectos tan relevantes como la calidad, la seguridad y salud, mediciones y, en general, de todas las fases que conforman el proceso de edificación, desde el primer proyecto hasta el posterior mantenimiento. En cualquiera de los casos, son fundamentales para nosotros y, en definitiva, para todo el sector. Estos cambios abren la puerta a una nueva forma de construir utilizando todas las posibilidades que el mercado nos ofrece para ofertar calidad, seguridad, salubridad y confort en los edificios que construimos. Además, se convierten en un apoyo para aplicar las normas internacionales que influyen en el trabajo de los técnicos incrementando la calidad y seguridad de la edificación de la que son agentes activos.
Las nuevas tecnologías que han llegado para quedarse no nos aseguran la parte más esencial que existe en el mercado inmobiliario, la confianza del usuario en el producto que ofrecemos
No obstante, las nuevas tecnologías que han llegado para quedarse no nos aseguran la parte más esencial que existe en el mercado inmobiliario, la confianza del usuario en el producto que ofrecemos. Ya sea asesoría técnica, obras de rehabilitación, obra nueva, una pequeña reforma o una gran promoción, el agente central no cambia, los profesionales de la construcción. Las personas tenemos la mayor de las influencias sobre la edificación y su calidad, pero no hay que olvidar que también existen relaciones interpersonales tanto dentro del proceso con los múltiples equipos de trabajo con los que se está durante la construcción como con los agentes externos que están a la espera de la entrega del edificio, los usuarios. Ellos necesitan saber que aquel que tiene la responsabilidad de realizar el edificio donde van a vivir a lo largo de muchos años de su vida es un buen profesional, uno que se preocupa porque todo salga bien y procura que el producto final sea el mejor para el cliente, y este “mejor” no se refiere a construir un edificio con los materiales más avanzados del mercado o los más altos niveles de lujo, sino a aquel que satisface las necesidades del comprador. En definitiva, el cliente necesita confiar en un profesional que asegure una vivienda adaptada a él y ante esas necesidades nuestra posición está clara. Tecnologías, sí por supuesto, pero también profesionales, por encima de todo.