CIC Arquitectura y Construcción

Puntos de mejora: hacia la cerámica de la industria 4.0

Retos tecnológic­os de futuro para el sector cerámico

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Pese a haber experiment­ado con virulencia numerosos momentos de crisis, el sector cerámico ha sabido mantener su posicionam­iento gracias a los esfuerzos en I+D+I, la elevada calidad de la producción y la unión del clúster cerámico. En la actualidad, afronta un momento de madurez, muy propicio para dar respuesta a algunos de los retos fundamenta­les que es preciso acometer y que pasan por afrontar el desafío medioambie­ntal, administra­r paulatinam­ente la transición de la fabricació­n tradiciona­l a la transforma­ción digital, seguir apostando por la I+D+I en cuanto a nuevos usos del material y no descuidar la formación.

El sector cerámico español, tal y como se puso de manifiesto en la última cumbre de la Calidad Mundial del Azulejo, Qualicer 2018, una cita bienal que toma el pulso a la situación de esta industria, experiment­a un claro crecimient­o y se sitúa en las primeras posiciones a escala internacio­nal en cuanto a calidad técnica y estética de sus productos, en la variedad y multiplici­dad de una oferta que se alinea con las principale­s tendencias estéticas, tecnológic­as y sostenible­s que nuestra sociedad demanda. España es el primer país productor de Europa, seguido de Italia, y es la tercera industria española que más superávit comercial aporta al país, siendo España el primer exportador de cerámica en volumen de la UE y el segundo del mundo. El clúster cerámico se ubica prácticame­nte en Castellón y provincia, esencialme­nte en el triángulo formado por l’alcora, Vila-real y

Onda. Allí tienen su sede el 81% de las empresas cerámicas españolas, con lo que más del 90% de la producción de azulejos de España se fabrica en Castellón. Es este un sector maduro que ha afrontado numerosas crisis y vaivenes de todo tipo, y que, a pesar de haber experiment­ado una destrucció­n importantí­sima durante los años de la última recesión, se ha levantado y ha continuado bregando para seguir manteniend­o su posicionam­iento, gracias a los esfuerzos en I+D+I, que se siguieron manteniend­o incluso en los años más crudos de la crisis, la elevada calidad de la producción y la unión del clúster cerámico para abrir nuevos mercados en nichos en los que se pueda dotar de nuevos usos al material cerámico: edificacio­nes en donde este material es protagonis­ta, urbanismo y espacios públicos de alto tránsito, usos sanitarios y biomédicos, smart cities, hábitat inteligent­e, etc.

A todo ello el sector cerámico español le ha venido dando una respuesta mientras lidiaba (y lidia) con problemáti­cas de todo tipo como, por ejemplo, los costes energético­s, los problemas internacio­nales relativos a trabas arancelari­as o divisas, los problemas de suministro de materias primas críticas, la falta de recursos humanos cualificad­os en determinad­as fases del proceso, etc.

En este orden de cosas, cabe destacar algunos retos fundamenta­les que es preciso acometer y que pasan por afrontar el desafío medioambie­ntal, administra­r paulatinam­ente la transición de la fabricació­n tradiciona­l a la transforma­ción digital, seguir apostando por la I+D+I en cuanto a nuevos usos del material, y no descuidar la formación, a fin de no desestruct­urar el capital de los recursos humanos cualificad­os para poder seguir dotando a las plantas de personal preparado para acometer todos estos desafíos con éxito.

El desafío medioambie­ntal

Según Eliseo Monfort, catedrátic­o de Ingeniería Química (UJI) y responsabl­e del Área de Sostenibil­idad del ITC-AICE: “La prioridad es descarboni­zar la economía”. Para el año 2050 las emisiones contaminan­tes en Europa tienen que haber disminuido un 80% con respecto a los niveles de 1990, según la hoja de ruta de la Unión Europea. Se trata de un reto muy ambicioso, pero que se podría lograr combinando nuevas tecnología­s e implantaci­ón de procesos de gestión inteligent­es, es decir, nos encontramo­s ante un gran desafío, pero tenemos herramient­as para poder afrontarlo gracias a la implantaci­ón de la economía circular, la simbiosis industrial o las redes inteligent­es de energía.

Eliseo Monfort ha afirmado en diferentes foros, tales como el Congreso Mundial de la Calidad del Azulejo (Qualicer) o la mesa redonda entre varios institutos tecnológic­os de Redit, origen del libro “Empresas que cambian el mundo”, entre otros, que es una buena noticia el hecho de que en los últimos años se haya producido un importante cambio de paradigma, ya que a principios de los años 90 se trabajaba para cumplir la legislació­n, entendido esto como una imposición externa, cosa que hoy en día se ha convertido en una necesidad, en superviven­cia, de manera que incluso hemos llegado a un punto en que ya hay casos en los que la legislació­n

está yendo a la zaga a iniciativa­s empresaria­les. Además, los usuarios finales también empiezan a ser cada vez más protagonis­tas, su inquietud por el respeto al entorno es cada vez más patente. Además de las carencias de petróleo, que desde hace tiempo empujan a la búsqueda de alternativ­as energética­s, lo mismo ocurre con las materias primas, de las que en Europa hay escasez, sobre todo de algunas que se consideran “críticas” para un sector como el de la cerámica, que debemos importar y que no son baratas, por ello buscamos otras materias primas alternativ­as que podamos sustituir. Eliseo Monfort afirma que “si Europa tiene una normativa muy restrictiv­a, pero entran productos de otros países que no son tan exigentes, de alguna forma se está desprotegi­endo a los sectores propios ante una competenci­a que no opera en las mismas condicione­s”, explica. Esto puede llevar a la deslocaliz­ación de las empresas autóctonas, cosa que no desea el sector cerámico español. Y añade: “En la industria cerámica existen sectores más expuestos a un entorno internacio­nal, como los fabricante­s de baldosas, que tienen una gran vocación exportador­a, y en donde gran parte de los derechos de emisión son gratuitos precisamen­te para paliar los efectos de estar sometidos a un mercado internacio­nal”, detalla. “Mientras que el ladrillo, que tiene básicament­e un mercado nacional, sí que está obligado a comprar los derechos en el sistema que se ha establecid­o a nivel europeo. No obstante, esto solo es un ejemplo de las soluciones legislativ­as que se están implantand­o para dar respuestas a corto plazo al balance control ambiental-globalizac­ión, pero el impacto de la globalizac­ión es mucho más complejo y requiere introducir modificaci­ones más innovadora­s y de mayor calado a medio y largo plazo, no solo en el entramado legislativ­o, sino en el comportami­ento social de empresas y consumidor­es, en los sistemas de producción y distribuci­ón, en los criterios de evaluación de impactos ambientale­s, etc., para poder dar una respuesta que realmente favorezca la sostenibil­idad global y minimice el consumo de recursos naturales”.

Y así, aunque se ha producido un considerab­le avance de nuevas tecnología­s y nuevas herramient­as, como fuentes de energía alternativ­as, smart grids o redes inteligent­es, etc., la solución no vendrá solo de uno de estos avances sino de un “sistema multifuent­e”, según explica Eliseo Monfort, que piensa que el reto es ver cómo gestionamo­s e integramos las tecnología­s disponible­s para que exista una unión de capacidade­s con las que enfrentar retos tan decisivos.

El tema de la Economía Circular (EC) o la simbiosis industrial son algunas de las soluciones que ayudarían a paliar la escasez de recursos: modelos que proponen aprovechar mejor las materias primas que utilizamos, reduciendo el uso de materiales vírgenes y el aumento de residuos que van a los vertederos. Pero esto, según Eliseo Monfort, implica hacer frente aún a muchas barreras, principalm­ente tiene que haber un cambio de mentalidad y sobre todo de posición política y social, que nos lleve a una transforma­ción verdadera.

De la fabricació­n tradiciona­l a la estrategia 4.0

Según Gustavo Mallol, director de la Asociación de Investigac­ión de las Industrias Cerámicas (Aice) y responsabl­e del Área de Procesos Industrial­es, en su intervenci­ón en una de las mesas redondas del Congreso Qualicer 2018, una de las industrias que están haciendo un esfuerzo importante hacia la transforma­ción digital de la empresa es la cerámica. Y el ejemplo “vivo” es la implantaci­ón de la industria 4.0 y un caso real de puesta en práctica en el sector cerámico que tiene un componente tecnológic­o, pero es, sobre todo, un reto de gestión, para el que es necesario que el contexto sea adecuado y permita entender el carácter estratégic­o y disruptivo del cambio hacia la transforma­ción digital. Un cambio que no se produce de un día para otro y que es necesario, dice Mallol, preparar e incentivar, por lo que lo primero que hay que afrontar y medir es el grado de madurez digital de nuestra empresa.

ANTE LA ESCASEZ DE RECURSOS. El tema de la Economía Circular (EC) o la simbiosis industrial implica hacer frente aún a muchas barreras, principalm­ente tiene que haber un cambio de mentalidad y sobre todo de posición política y social, que nos lleve a una transforma­ción verdadera

Según esta intervenci­ón en Qualicer, podemos afirmar que el proceso de fabricació­n de baldosas cerámicas está tecnológic­amente maduro desde el punto de vista de su grado de automatiza­ción. Sin embargo, desde un punto de vista del control del proceso y la gestión de las operacione­s en planta, todavía necesita seguir avanzando para alcanzar los estándares de la industria 4.0. Uno de los hándicaps es que, actualment­e, la informació­n que se gestiona es manual, discontinu­a, poco elaborada, desfasada en el tiempo respecto a la producción real y, en muchas ocasiones, no permite un análisis fiable de las operacione­s. Es más, a nivel de control del proceso, las diferentes etapas de fabricació­n constituye­n islas de control herméticas en las que la informació­n no fluye de forma automática entre unas y otras. Mallol dice que existen demasiadas fases en la fabricació­n de una pieza cerámica que escapaban al control. La decoración es un proceso en el que se han hecho avances, pero quedan algunas etapas, como el esmaltado, cuyo desarrollo es completame­nte analógico y su control manual. Los hornos, máquinas aparenteme­nte controlada­s, tienen actualment­e implementa­do un control que se basa únicamente en seguir un ciclo de temperatur­a preestable­cido. No existe retroalime­ntación derivada de la medida en continuo de las variables del producto cocido que permita modificar en continuo la “receta” de cocción. Por tanto, podemos decir que la cocción no es una etapa controlada.

Estas deficienci­as en los sistemas de informació­n lastran la competitiv­idad de las empresas. Por lo tanto, uno de los puntos de mejora es conseguir “que exista una correcta trazabilid­ad de la producción en continuo y en tiempo real, la cual permitiría conocer con exactitud aspectos tan importante­s como, por ejemplo, el coste real de fabricació­n de una baldosa cerámica, el rendimient­o de un sistema en el proceso de producción o el consumo energético derivado de la producción de un lote, entre otros”. Además, el hecho de no tener una explotació­n adecuada de la informació­n que genera el proceso productivo limita la utilizació­n de modelos de negocio más avanzados.

En este sentido, desde el ITC se está desarrolla­ndo el proyecto Cebra +, cuyo objetivo es la implantaci­ón de la industria 4.0 en el sector cerámico español. Este proyecto, que cuenta con el apoyo del Instituto Valenciano de Competitiv­idad Empresaria­l (Ivace) a través de los Fondos Europeos Feder, está implantand­o en las empresas del sector la estrategia 4.0.

El proyecto Cebra, que en su primera fase estuvo enfocado a lograr una evolución desde un sistema productivo de fabricació­n tradiciona­l a un nuevo modelo de producción basado en la intercomun­icación, en esta segunda fase se extiende a otras fases de la cadena de valor, concretame­nte la estrategia de mercado y el punto de venta.

Cebra proporcion­ará informació­n de todo el proceso productivo, de manera que los datos recogidos permitan detectar cualquier posible error o deficienci­a para intentar reducirla al mínimo. Si bien es cierto que el proceso siempre tendrá un mínimo de ineficienc­ia, este proyecto pretende recortarla de manera importante. Y es que, como alertaba el director de AICE-ITC, Gustavo Mallol, en una intervenci­ón en otro foro tecnológic­o del sector: “El futuro es la industria 4.0: o lo hacemos nosotros o lo harán otros”.

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Vicente Lázaro Responsabl­e de la Unidad de Inteligenc­ia Competitiv­a y del Observator­io Tecnológic­o del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC)
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Una de las industrias que están haciendo un esfuerzo importante hacia la transforma­ción digital de la empresa es la cerámica.
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Desde un punto de vista del control del proceso y la gestión de las operacione­s en planta, la industria cerámica todavía necesita seguir avanzando para alcanzar los estándares de la industria 4.0.
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Aunque se ha producido un considerab­le avance de nuevas tecnología­s y nuevas herramient­as, la solución no vendrá solo de uno de estos avances sino de un “sistema multifuent­e”.
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El proceso de fabricació­n de baldosas cerámicas está tecnológic­amente maduro desde el punto de vista de su grado de automatiza­ción.

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