CIC Arquitectura y Construcción
Asociación de Promotores Constructores de España (Apce)
El sector inmobiliario y las industrias que lo conforman, como la promoción o la construcción, se encuentran sumergidos en un profundo proceso de transformación. Cómo afectará al sector la aprobación del Real Decreto Ley de medidas urgentes sobre la vivienda y el alquiler o qué repercusiones tendrá la Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario son cuestiones que solo el tiempo podrá determinar. No obstante, para los actores del sector, todas aquellas medidas que aboguen por la transparencia y que sean sostenibles y perdurables en el tiempo, huyendo de las tendencias cortoplacistas que tradicionalmente han caracterizado al mercado inmobiliario, siguen siendo elementos fundamentales para un favorable desarrollo del sector. El año 2018 dejó tras de sí un mercado de la vivienda caracterizado por un positivo incremento en cuanto al número de transacciones de compraventa y el número de hipotecas concedidas, además de con un incremento generalizado de precios, tanto de compra como de alquiler. Respecto a la promoción de vivienda de obra nueva, el año pasado se alcanzaron las 100.000 visados, lo que confirma la recuperación del sector de la promoción residencial tras cuatro años de crecimiento. Para 2019, desde el sector prevemos la continuidad de esta tendencia, bajo un moderado ciclo expansivo del sector. Y es justo en este ciclo de crecimiento y desarrollo, cuando esperamos que se produzca un reequilibrio de producto entre la vivienda de segunda mano y la vivienda de obra nueva, para que esta última consiga mayor cuota de mercado. Para ello, es necesario que las Administraciones Públicas favorezcan el natural desarrollo del mercado, al tiempo que proporcionen una seguridad jurídica real para
todos los actores implicados y medidas que faciliten la producción de viviendas e incentiven el alquiler y la compra.
Ante este escenario, con sustanciales novedades políticas y sectoriales, las empresas tienen en el horizonte muchos desafíos a los que hacer frente para situar al sector en su conjunto en la correcta posición desde la que ofrecer repuesta a las actuales necesidades de una sociedad tecnológica y comprometida con el medio ambiente. En este sentido, muchas compañías están incorporando y reforzando la sostenibilidad y la eficiencia energética como elementos básicos de su ADN, buscando aminorar el impacto de la industria en la sociedad del presente y del futuro con el conocimiento de avanzar en los retos de la economía circular tan importantes en nuestra actividad.
De forma paralela, otro de los grandes retos, y uno de los pilares fundamentales sobre los que pivotará la transformación del sector, es la digitalización de todos los ciclos productivos de las compañías. La industria se encuentra actualmente en una fuerte apuesta por la tecnología, yendo más allá y siendo más exigente en sus proyectos frente a otros sectores económicos. De esta manera, las promotoras implementan cada vez con más profusión la realidad virtual o el marketing experiencial en las relaciones con sus clientes.
La adaptación de los profesionales del sector a los nuevos procesos pautados por las actuales tendencias digitales se convierte también en un factor esencial. En este contexto, el capital humano de las empresas está enfocado a sumarse a las diferentes iniciativas que se desarrollan dentro de las compañías, como el Lean, LPS, IPD y el uso del BIM o los procesos de industrialización orientados a incorporar mejores soluciones en materia de construcción a través de tecnologías que permitan mejorar los costes, la calidad y los plazos de construcción de las viviendas. Desde el sector abogamos también por que las Administraciones Públicas se sitúen bajo el paraguas de la transformación digital. En este sentido, resulta clave para el futuro del sector la digitalización de la tramitación de licencias. Sin duda, situarse a la vanguardia digital, tanto por parte del sector inmobiliario como por parte de las Administraciones Públicas, repercutirá muy positivamente en la sociedad en su conjunto, permitiendo mejorar los periodos de concesión de licencias y, por tanto, el tiempo para acceder a la vivienda por parte de los consumidores. En definitiva, un conjunto de mejoras que repercutirán, en última instancia, en un mayor y mejor confort para el consumidor.
Las actuales empresas del sector se encuentran en una clara apuesta por reforzar el compromiso con sus valores y trabajan día a día por cumplirlos y mejorarlos con el fin último de que la actividad diaria de la industria repercuta en una mejora de la sociedad.