CIC Arquitectura y Construcción
Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (Anerr)
Si bien es cierto que el sector de la construcción ha tenido un espíritu innovador más centrado en materiales y sistemas constructivos, el papel cada vez más relevante de la tecnología ha hecho que sus gestores estén apostando por la innovación aplicada a su negocio: la inteligencia artificial y la robótica, la nanotecnología, Big Data, BIM (Building Information Modeling) y la impresión en 3D son, entre otras, tecnologías que las empresas del sector están explorando en sus proyectos de
I+D+I para mejorar sus procesos. La tecnología BIM ha supuesto un cambio de paradigma dentro del mundo de la construcción. Se trata de una tecnología para generar y gestionar los datos a lo largo del ciclo de vida de construcción de un edificio haciendo uso de software para la modelización de edificios en 3D en tiempo real, que se estima permite reducir gastos, un 20% los costes de producción y un 33% los de mantenimiento y explotación del inmueble, y también tiempo en el diseño y la construcción. En esta adaptación tecnológica ya se están sumando todas las partes implicadas en el sector de la construcción: fabricantes de productos y maquinarias, servicios profesionales, infraestructura, activos inmobiliarios y viviendas, entre otros. Además, requiere del apoyo político, regulatorio y financiero que permita el aprovechamiento de todo el potencial de las nuevas tecnologías.
Por otro lado, los objetivos del paquete de medidas hasta el año 2020, dada la situación en que nos encontramos, con un planeta que necesita urgentemente medidas contra el cambio climático, son solo un punto de partida, pues no debemos olvidar los objetivos europeos más ambiciosos para 2030 y 2050. En esa línea, se enmarca la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Y en el caso de nuestro sector, la contribución de la construcción, y especialmente de la
rehabilitación, resulta fundamental en la búsqueda de eficiencia energética. Los edificios necesariamente deben ser más eficientes porque absorben el 40% de la energía final que consumimos en Europa y son responsables del 36% de las emisiones de CO2.
La transformación del sector pasa por un cambio de paradigma que implica un cambio global en la forma de hacer cada fase del proceso constructivo, participación desde el inicio del proyecto de todos los agentes intervinientes, así como la incorporación o mayor peso de parámetros como la calidad, eficiencia energética, domotización del inmueble, minimización de plazos y de generación de residuos en obra, etc. La industrialización de la construcción será esencial para lograrlo, tanto en obra nueva como en rehabilitación/reforma. El usuario se convierte en un agente activo de todo el proceso, quien ha de hacer suya la cultura de la Rehabilitación Eficiente, para su consideración en cualquier intervención que pretenda acometer.
Desafío inmenso
El desafío es, por tanto, inmenso. Se necesita un pacto y el apoyo decidido de las diferentes administraciones y también de las entidades privadas para hacer posible este cambio. El sector de la reforma y rehabilitación tiene un gran potencial y atractivo para el sector privado, dado que España cuenta con 25 millones de viviendas y uno de los mayores parques de edificios obsoletos desde el punto de vista energético. Existen unos dos millones de viviendas en mal estado de conservación, y de los casi 11 millones de viviendas en edificios de cuatro o más plantas, cuatro millones aún no disponen de ascensor. Vivimos en un mundo globalizado en el que todo lo que sucede en el planeta tiene consecuencias en tu país y en tu sociedad. Afortunadamente, la conciencia medioambiental, la apuesta por la eficiencia energética y por una economía circular es algo que tiene en los Objetivos de Desarrollo Sostenible -también conocidos por sus siglas ODS- de Naciones Unidas, así como en la Unión Europea, una vocación de ir a la vanguardia de estas necesidades que son absolutamente urgentes.
Lógicamente, si descendemos hacia escalas más cercanas, cada país tiene responsabilidad en tratar de hacer un mundo más sostenible. En esa línea se puede enmarcar, por ejemplo, la apuesta por las energías renovables, que es imprescindible para la Unión Europea pero vital en el caso de España, una auténtica potencia, por ejemplo, en energía solar. En nuestro caso, cada comunidad autónoma y cada municipio deben velar por ello, impulsando planes de ayudas para actuaciones de eficiencia energética y accesibilidad, tanto en edificio como en interior de viviendas pero, sobre todo, se precisan campañas de comunicación para divulgar las bondades de la cultura de la rehabilitación eficiente, así como la creación de puntos de asesoramiento, presencial o virtual, como nuestro servicio gratuito SIRE (Servicio de Información de Rehabilitación Eficiente).
El sector lleva años caminando por el camino correcto, con una mejora en todos los procesos derivada de una normativa cada vez más exigente y del interés en la profesionalización del sector de la construcción. La formación es prioritaria para nuestro colectivo, se han de conocer los nuevos materiales y sistemas, las exigencias del CTE y otras normativas, así como evolucionar y optimizar nuestros procesos, no solo los constructivos, sino también los internos, relación con el cliente, etc.
Estos tiempos de cambio serán una gran oportunidad empresarial para aquellas empresas, grandes y pequeñas, que sean capaces de renovarse y posicionarse en el mercado. También los poderes públicos son conscientes de que no hay vuelta atrás y que la hoja de ruta ya está trazada. En ese sentido, cabe destacar las diferentes normativas y las leyes aprobadas que buscan favorecer la eficiencia energética. En esa línea se puede enmarcar la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, el Plan Integrado de Energía y Clima y la Estrategia de Transición Justa que dio a conocer hace unas semanas en el Congreso de los Diputados la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. También el Plan Estatal de Vivienda 20182021 que, entre otras medidas, contemplaba el fomento del parque de viviendas en alquiler, la mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad en las viviendas, el fomento de la conservación y de la accesibilidad en viviendas y el fomento de la regeneración y renovación urbana.
El sector de la reforma y rehabilitación tiene un gran potencial y atractivo para el sector privado, dado que España cuenta con 25 millones de viviendas y uno de los mayores parques de edificios obsoletos desde el punto de vista energético. Existen unos dos millones de viviendas en mal estado de conservación, y de los casi 11 millones de viviendas en edificios de cuatro o más plantas, cuatro millones aún no disponen de ascensor”