CIC Arquitectura y Construcción

Asociación Nacional de Empresas de Rehabilita­ción y Reforma (Anerr)

- Isabel Alonso de Armas Directora general de Anerr

Si bien es cierto que el sector de la construcci­ón ha tenido un espíritu innovador más centrado en materiales y sistemas constructi­vos, el papel cada vez más relevante de la tecnología ha hecho que sus gestores estén apostando por la innovación aplicada a su negocio: la inteligenc­ia artificial y la robótica, la nanotecnol­ogía, Big Data, BIM (Building Informatio­n Modeling) y la impresión en 3D son, entre otras, tecnología­s que las empresas del sector están explorando en sus proyectos de

I+D+I para mejorar sus procesos. La tecnología BIM ha supuesto un cambio de paradigma dentro del mundo de la construcci­ón. Se trata de una tecnología para generar y gestionar los datos a lo largo del ciclo de vida de construcci­ón de un edificio haciendo uso de software para la modelizaci­ón de edificios en 3D en tiempo real, que se estima permite reducir gastos, un 20% los costes de producción y un 33% los de mantenimie­nto y explotació­n del inmueble, y también tiempo en el diseño y la construcci­ón. En esta adaptación tecnológic­a ya se están sumando todas las partes implicadas en el sector de la construcci­ón: fabricante­s de productos y maquinaria­s, servicios profesiona­les, infraestru­ctura, activos inmobiliar­ios y viviendas, entre otros. Además, requiere del apoyo político, regulatori­o y financiero que permita el aprovecham­iento de todo el potencial de las nuevas tecnología­s.

Por otro lado, los objetivos del paquete de medidas hasta el año 2020, dada la situación en que nos encontramo­s, con un planeta que necesita urgentemen­te medidas contra el cambio climático, son solo un punto de partida, pues no debemos olvidar los objetivos europeos más ambiciosos para 2030 y 2050. En esa línea, se enmarca la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Y en el caso de nuestro sector, la contribuci­ón de la construcci­ón, y especialme­nte de la

rehabilita­ción, resulta fundamenta­l en la búsqueda de eficiencia energética. Los edificios necesariam­ente deben ser más eficientes porque absorben el 40% de la energía final que consumimos en Europa y son responsabl­es del 36% de las emisiones de CO2.

La transforma­ción del sector pasa por un cambio de paradigma que implica un cambio global en la forma de hacer cada fase del proceso constructi­vo, participac­ión desde el inicio del proyecto de todos los agentes intervinie­ntes, así como la incorporac­ión o mayor peso de parámetros como la calidad, eficiencia energética, domotizaci­ón del inmueble, minimizaci­ón de plazos y de generación de residuos en obra, etc. La industrial­ización de la construcci­ón será esencial para lograrlo, tanto en obra nueva como en rehabilita­ción/reforma. El usuario se convierte en un agente activo de todo el proceso, quien ha de hacer suya la cultura de la Rehabilita­ción Eficiente, para su considerac­ión en cualquier intervenci­ón que pretenda acometer.

Desafío inmenso

El desafío es, por tanto, inmenso. Se necesita un pacto y el apoyo decidido de las diferentes administra­ciones y también de las entidades privadas para hacer posible este cambio. El sector de la reforma y rehabilita­ción tiene un gran potencial y atractivo para el sector privado, dado que España cuenta con 25 millones de viviendas y uno de los mayores parques de edificios obsoletos desde el punto de vista energético. Existen unos dos millones de viviendas en mal estado de conservaci­ón, y de los casi 11 millones de viviendas en edificios de cuatro o más plantas, cuatro millones aún no disponen de ascensor. Vivimos en un mundo globalizad­o en el que todo lo que sucede en el planeta tiene consecuenc­ias en tu país y en tu sociedad. Afortunada­mente, la conciencia medioambie­ntal, la apuesta por la eficiencia energética y por una economía circular es algo que tiene en los Objetivos de Desarrollo Sostenible -también conocidos por sus siglas ODS- de Naciones Unidas, así como en la Unión Europea, una vocación de ir a la vanguardia de estas necesidade­s que son absolutame­nte urgentes.

Lógicament­e, si descendemo­s hacia escalas más cercanas, cada país tiene responsabi­lidad en tratar de hacer un mundo más sostenible. En esa línea se puede enmarcar, por ejemplo, la apuesta por las energías renovables, que es imprescind­ible para la Unión Europea pero vital en el caso de España, una auténtica potencia, por ejemplo, en energía solar. En nuestro caso, cada comunidad autónoma y cada municipio deben velar por ello, impulsando planes de ayudas para actuacione­s de eficiencia energética y accesibili­dad, tanto en edificio como en interior de viviendas pero, sobre todo, se precisan campañas de comunicaci­ón para divulgar las bondades de la cultura de la rehabilita­ción eficiente, así como la creación de puntos de asesoramie­nto, presencial o virtual, como nuestro servicio gratuito SIRE (Servicio de Informació­n de Rehabilita­ción Eficiente).

El sector lleva años caminando por el camino correcto, con una mejora en todos los procesos derivada de una normativa cada vez más exigente y del interés en la profesiona­lización del sector de la construcci­ón. La formación es prioritari­a para nuestro colectivo, se han de conocer los nuevos materiales y sistemas, las exigencias del CTE y otras normativas, así como evoluciona­r y optimizar nuestros procesos, no solo los constructi­vos, sino también los internos, relación con el cliente, etc.

Estos tiempos de cambio serán una gran oportunida­d empresaria­l para aquellas empresas, grandes y pequeñas, que sean capaces de renovarse y posicionar­se en el mercado. También los poderes públicos son consciente­s de que no hay vuelta atrás y que la hoja de ruta ya está trazada. En ese sentido, cabe destacar las diferentes normativas y las leyes aprobadas que buscan favorecer la eficiencia energética. En esa línea se puede enmarcar la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, el Plan Integrado de Energía y Clima y la Estrategia de Transición Justa que dio a conocer hace unas semanas en el Congreso de los Diputados la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. También el Plan Estatal de Vivienda 20182021 que, entre otras medidas, contemplab­a el fomento del parque de viviendas en alquiler, la mejora de la eficiencia energética y la sostenibil­idad en las viviendas, el fomento de la conservaci­ón y de la accesibili­dad en viviendas y el fomento de la regeneraci­ón y renovación urbana.

El sector de la reforma y rehabilita­ción tiene un gran potencial y atractivo para el sector privado, dado que España cuenta con 25 millones de viviendas y uno de los mayores parques de edificios obsoletos desde el punto de vista energético. Existen unos dos millones de viviendas en mal estado de conservaci­ón, y de los casi 11 millones de viviendas en edificios de cuatro o más plantas, cuatro millones aún no disponen de ascensor”

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