CIC Arquitectura y Construcción
Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat)
Se denomina Distrito de Energía Positiva (PED) aquel que tiene una entrada anual neta cero de energía, una emisión neta cero de CO2 y que camina hacia una producción anual de energía renovable de generación local. Desde la UE se
están impulsando los PED, en los que se pretende que el balance energético sea a favor de la energía producida frente a la energía consumida teniendo en cuenta las emisiones.
Los PED elevarán la calidad de vida en las ciudades europeas, contribuirán a alcanzar los objetivos de la COP21 (Acuerdos de la Cumbre de París) y mejorarán las capacidades y los conocimientos europeos para convertirse en un papel global modelo.
Lo relacionado con los PED se recoge en el SET-PLAN de la UE dentro de la Acción 3.2 del Plan de Implementación (IP) relativo a las “Ciudades y Comunidades Inteligentes”, en el cual se refiere a que Europa se convertirá en un modelo global en soluciones integradas e innovadoras para la planificación, implementación y replicación de los distritos de energía positiva.
Este IP, de junio de 2018, tiene como objetivo apoyar la planificación, el despliegue y su replicación para conseguir 100 PED para el año 2025 y así obtener distritos urbanos sostenibles. Para llegar a conseguir estos PED, deberán estar integrados en entornos urbanos con un alto nivel de eficiencia energética y cuya energía sea procedente, preferiblemente, de energía renovable; y se desarrollarán en un marco de innovación abierto, implicando a los diversos agentes en cooperación con la industria y los inversores, las organizaciones de investigación y ciudadanas. Para todo ello se hará un uso óptimo en los factores que usan la energía en las ciudades, como son la movilidad, todo lo relacionado con el transporte y, sobre todo, en los edificios, ya sean nuevos o rehabilitados.
Los edificios deben ser de energía cero o casi cero, entendiendo que son aquellos que reducen la demanda de energía a partir de su construcción y de sus instalaciones; éstas deben utilizar energía precedente de fuentes renovables, es decir, reduciendo y limitando el consumo de energía fósil.
En estos edificios de consumo cero o casi cero se deben considerar elementos tales como materiales avanzados, energías renovables locales y otras fuentes de energía bajas en carbono (como es la utilización del calor residual de la industria o del subsuelo), propiciando la implantación de las instalaciones oportunas.
Marco económico y legislativo adecuado
En este contexto, un PED se ve como un distrito con energía neta anual nula donde el comportamiento energético de los edificios ejerce una gran influencia. Para llegar a disponer de los PED en nuestras condiciones españolas se debe crear el marco económico y legislativo adecuado para la implantación de este tipo de medidas. Por lo tanto, en el desarrollo de los PED se debe considerar la interacción de los edificios (considerando la disminución de la demanda así como la integración de las tecnologías energéticas apropiadas), los usuarios, los diferentes sistemas de distribución de energía, la movilidad y las TIC, utilizadas éstas como herramientas necesarias para obtener estos objetivos, y considerando las perspectivas sociales, regulatorias, tanto financieras como legales, y las económicas.
Para todo ello se deben tener en cuenta unos compromisos donde el ciudadano es pieza importante ya que es el vecindario el que debe contribuir a los objetivos de la transición energética. Luego los desafíos y necesidades para implementar PED son muchos y España debe incorporarse a su consecución. Actualmente se están dando pasos para llegar a conseguir estos objetivos, como es el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2030, donde se marcan criterios como son: mejora de la eficiencia en envolventes y equipos, incorporación de energias renovables, educación y concienciación, formación y oportunidades de empleo.
Es importante y clave la edificación, donde se pretende obtener el mismo confort con el menor gasto posible de energía, o lo que es lo mismo, usar la energía que realmente se necesita y no desperdiciarla. No depender de combustibles fósiles y plantear una correcta transición energética donde la densidad urbana y la organización espacial de las ciudades sean elementos cruciales. El sector de la construcción española debe estar preparado para dar respuesta a estos retos antes y después del año 2020 según se recoge en la Ley 8/2013 sobre “Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbana” (3R) y así se permitirá avanzar sobre todo en la rehabilitación energética de edificios, actualmente tan necesaria.
Ahora bien, aunque se conocen los pilares para la transformación del sector, se debe intentar llevar adelante retos o nuevos horizontes en la I+D en edificación y en entornos urbanos, como son los relativos a las investigaciones siguiendo las recomendaciones del Paquete de Invierno de la UE:
Evolución y adaptación de componentes y fuentes de energía: trigeneración (obtener calor, frío y electricidad), uso de pilas de combustible de hidrógeno, geotermia.
Tendencia global de centralizar a nivel de barrio las instalaciones de energías renovables e implantación de redes de calor y frío.
Obtención de resultados de las evaluaciones energéticas para llegar a poder determinar las características térmicas de los edificios asociadas a las características constructivas de los mismos.
Establecer criterios de comparación entre los diferentes edificios.
Desarrollar metodologías para llegar al conocimiento dinámico de los edificios con vistas a predecir su comportamiento energético a lo largo de los años de vida del mismo.
Desarrollar sistemas de gestión energética para optimizar la generación con sistemas convencionales y renovables, así como los consumos, aportando nuevas funcionalidades y servicios en los Building Management System (Sistemas de Gestión Energética Integral de Edificios).
Mix energético donde cualquier aporte, por pequeño que sea, sirva para “hacer lo mismo o más con menos o igual energía”.
Desarrollar sistemas de almacenamiento y control de la energía que permitan hibridar la generación renovable y el máximo rendimiento.
Un horizonte donde las políticas españolas y europeas están dando pasos y donde los grupos de investigación, con todos los agentes implicados, deben propiciar el que los sectores de la edificación y los PED sean eficientes y accesibles para el usuario final. Como conclusión, Europa debe ser un modelo mundial en soluciones integradas e innovadoras para la planificación, implementación y replicación de los Distritos de Energía Positiva (PED).
Se deben tener en cuenta unos compromisos donde el ciudadano es pieza importante ya que es el vecindario el que debe contribuir a los objetivos de la transición energética. Luego los desafíos y necesidades para implementar PED son muchos y España debe incorporarse a su consecución”