CIC Arquitectura y Construcción
Confederación Española de Asociaciones de Fabricantes de Productos de Construcción (Cepco)
Como planteamiento inicial, decir que Cepco acertó en sus dos pronósticos para estas fechas: estaríamos cerca de los 100.000 visados de obra nueva y de los 25.000 millones de euros en exportación de materiales. Los dos pronósticos se verán cumplidos en 2019. A continuación, insistir en que, desde fuera del sector, nos venden una alegría desbordante que, dentro de nuestras empresas, no es tal, en la medida en la que se suceden crecimientos -es verdad-, pero como todo el mundo sabe, desde una caída vertiginosa que nunca se recuperará y que, hoy todavía, estamos lejos de una situación de sostenibilidad sectorial.
Hacia el futuro, persistimos en nuestras peticiones a las Administraciones Públicas:
Coordinación en el impulso estable y eficaz a reforma y rehabilitación.
Profundización en mercados exteriores todavía ampliables, así como en la implantación de empresas fuera de España.
Realismo a la hora de completar el mapa de infraestructuras que le hace falta a España y en su posterior mantenimiento.
Vigilancia de mercado real para que el uso de productos sea conforme a ley.
Esfuerzo real en los temas de eficiencia energética. Cumplimiento del CTE e implantación del seguro trienal. Desarrollo eficaz de la Ley de contratos del sector público.
Sobradamente preparado
El sector español de la construcción, contemplando a sus diferentes agentes en conjunto, está más que sobradamente preparado para dar respuesta al cambio de modelo que se nos demanda, y que dirige hacia innovación en procesos y productos, digitalización tanto de las empresas como implantación de BIM en el trabajo cotidiano de todos los agentes del proceso constructivo y sostenibilidad creciente de la obra construida, a través del uso de materiales con declaraciones ambientales de producto, el trabajo de instaladores cualificados, etc.
2020 sí prevemos que será un año de madurez en la nueva construcción española, al menos en cuanto a cantidad. Estaremos más cerca de cifras que otorguen cierta tranquilidad a las empresas que sobrevivieron. Necesitamos que eso vaya acompañado también de estabilidad política y de seguridad jurídica para el lanzamiento de nuevos planes e inversiones. En cambio, creemos que nos quedará todavía un importante margen de mejora en cuanto a ofrecerle al consumidor final, sea individual o colectivo, una mayor relación calidad-precio. Hay que hacer, de verdad:
Incorporación completa a BIM, tanto en proyecto como en calidades de los materiales como en trazabilidad de lo que cada uno hace en obra.
Uso de productos por calidad y respeto a medio ambiente y no por precio. Su relación coste-beneficio es increíblemente alta a pesar de lo que digan los que solo quieren comprar por precio.
Mejora en la formación y cualificación de todos los tipos de instaladores en obra, así como del resto de categorías profesionales.
Implantación progresiva del seguro trienal, que suponga una garantía para el comprador de vivienda nueva y una tranquilidad para el promotor-constructor.
Acertar con las medidas fiscales que hagan que cada ciudadano o comunidad de vecinos decida hacer una reforma o rehabilitación y que ésta no sea en economía sumergida.
Las Administraciones Públicas han de ser ejemplo en la búsqueda de prestaciones sostenibles para que los demás sigan el ejemplo.
El claro y único camino es calidad, calidad, calidad...