CIC Arquitectura y Construcción
Green Building Council España (GBCE)
Llega Construmat y, un año más, el sector se pone a hacer balance y propósitos como si de un 1 de enero se tratase. Las cifras de ocupación hechas públicas por Fira Barcelona nos confirman varias cosas: por una parte, el alto grado de presencia de la industria, nacional e internacional, en una de las ferias más importantes de nuestro país, es un claro indicador de que la industria va diciendo adiós a la crisis de años pasados; por la otra, la feria será un gran escaparate de nuevas soluciones, sistemas y productos innovadores.
Para un profesional, para cualquiera de nosotros, es difícil estar al día de un sector que se moderniza y avanza a pasos agigantados y que nos obliga a hacer un ejercicio de formación continuo para poder reciclarnos y dar respuesta a las nuevas necesidades del mercado.
BIM, drones, robótica, realidad virtual o aumentada, IOT son solo algunos ejemplos de las nuevas tecnologías que diariamente llegan al sector de la edificación. Un sector que ha tenido que “digitalizarse” completamente y olvidar de forma progresiva lo analógico. Desde GBCE estamos a favor, claro está, de estas nuevas tecnologías, pero no a cualquier precio. En primer lugar, creemos que deben primarse aquellas que ayudarán a tener un mercado más sostenible y eficiente energéticamente. Uno de los vectores más potentes que dirige la I+D+I de nuestro sector es la sostenibilidad y como tal requiere de nuevas tecnologías que le ayuden en sus retos y propósitos. No podemos concebir avances que no influyan sobre la calidad, la seguridad o la salud de los edificios o del proceso edificatorio. Además, creemos que estas nuevas tecnologías deben tener el foco puesto en las personas, en el usuario final que disfrutará de ellas a través de edificios más seguros, saludables y confortables.
Esta irrupción de las nuevas tecnologías está marcando las primeras décadas del siglo XXI con la mirada puesta, en nuestro sector, en 2020, un año señalado en muchas agendas como el fin y el principio de muchas cosas. 2020 marcará el inicio de una década clave en la lucha contra el cambio climático y supondrá el pistoletazo de salida de estrategias nacionales y europeas para erradicarlo.
Tenemos que tener en cuenta que en la lucha por el clima, lo que no hagamos ahora no lo vamos a poder hacer más tarde, ni con todos los recursos económicos del mundo. Es más, muchos expertos alertan de que incluso esta fecha puede ser ya demasiado tardía para actuar.
El informe ‘Setting the path towards 1,5 ºc’ concluye que es imperativo que los países más desarrollados reduzcan su nivel de emisiones en 15,2 gigatoneladas de CO2 con el objetivo de conseguir que la temperatura del planeta baje en torno a 2 ºc en relación a la temperatura actual. El problema es que si estos cambios no se hacen de forma inmediata, la reducción de los 2 ºc será imposible de conseguir.
Proceso de “descarbonización” hasta 2050
A partir de ese momento, y por eso son tan importantes las fechas, habría que iniciar un proceso de “descarbonización” relativamente rápido que termine sobre 2050. Dentro de una transición energética más amplia, necesaria para evitar que el cambio climático tenga unos efectos verdaderamente devastadores, la transición que tiene que tener la edificación, nuestro entorno construido, adquiere un papel central y, al menos en potencia, con una alta capacidad de transformación social.
Nuestro país cuenta con un parque edificado obsoleto que padece una gran falta de mantenimiento, baja eficiencia energética que agrava el frío doméstico de los más vulnerables, problemas de accesibilidad y retroalimentación del fenómeno de la segregación urbana. Y, pese a todo, la rehabilitación integral de edificios que incorpora criterios de eficiencia energética y sostenibilidad no despega.
Para llevar a cabo este proceso, qué duda cabe, es imprescindible que el sector de la edificación participe activamente y no sea un mero espectador y, nuevamente, las tecnologías capaces de asegurar la reducción de emisiones contaminantes serán clave. ¿Nuevas tecnologías? Por supuesto, pero humanas, eficientes y que faciliten los objetivos y los retos del sector.