La recuperación, al alcance... si entre todos nos lo proponemos

La pérdida de producción del sector europeo de la construcción en 2020, a consecuencia de la crisis derivada de la pandemia Covid-19, se sitúa en el -11,5% y se ha cifrado en 438.000 millones de euros, una cuantía nada desdeñable, equivalente al PIB de un país mediano-pequeño como puede ser Austria, según nos explicó el pasado 18 de junio Francisco Diéguez, director general del ITEC, durante la presentación del informe Euroconstruct Verano 2020. La buena noticia es que, tras este retroceso, se prevé un rebote que empezará a notarse en 2021 (+6%) y que continuará en 2022 (+3,5%). “Un recorrido muy parecido al que se espera para la economía en su conjunto, con una salvedad: mientras que el PIB tiene previsto acabar en 2022 a niveles de 2019, en el caso del sector construcción aún quedaría un 3% por debajo”, afirmó Diéguez.

La afectación económica será desigual entre países, entre otros motivos porque cada país se encontraba en un punto diferente del ciclo inmobiliario cuando el coronavirus irrumpió como un ciclón en escena, y aunque se prevea que el conjunto de los 19 países de la red Euroconstruct no alcanzará la llamada “recuperación en V”, siete de ellos sí lo conseguirán individualmente, algunos de una manera bastante holgada según las previsiones, mientras que otros cuatro se quedarán cortos por un margen muy pequeño, alrededor del 1%, entre los cuales se encuentran Francia y Alemania: “Si sumamos las cuotas de mercado de los dos grupos, obtenemos que en 2022 un 67% del mercado europeo estará de nuevo produciendo a niveles muy próximos a los de 2019, o incluso superiores”, señaló Josep R. Fontana, jefe del Departamento de Mercados del ITEC y autor del informe de España para el grupo.

Por lo que respecta al sector español de la construcción, cabe destacar que la caída de la producción para 2020 (-15%) se espera que sea superior a la media, “en parte porque nuestras limitaciones en las obras también han sido superiores a las de bastantes otros países europeos”, pero se confía en que parte de la obra no ejecutada en 2020 se acabará ejecutando en 2021, por lo que el rebote de la producción (+6%) sí será comparable al del resto de países. La diferencia radica básicamente en que, tras haber agotado ese paquete de proyectos atrasados, la proyección para 2022 en España se vuelve mucho más moderada (+2,5%) y, en consecuencia, la producción al cierre de 2022 todavía será un 7,6% inferior a la de 2019. “En definitiva, recuperar los niveles de 2019 sigue siendo un objetivo al alcance, pero necesitará un plazo más largo de tiempo”, según remarcó Fontana.

Si le ponemos cifras concretas a la ‘factura’ de la crisis del Covid-19 para 2020-2022 en nuestro sector, ésta asciende a 57.000 millones de euros, según el informe, y un dato preocupante que queremos destacar es que, por subsectores, la rehabilitación se lleva, según la previsión, una parte importante del impacto: 21.000 millones de la producción perdida en el periodo analizado serían imputables a este segmento, en tanto que 18.000 millones corresponderían a vivienda, 10.000 millones a no residencial y los 8.000 millones restantes a ingeniería civil. En este sentido, Fontana afirmó que “vemos a la rehabilitación más vulnerable en España que en Europa” y remarcó que “nos fuimos al confinamiento con la necesidad de potenciar una rehabilitación necesitada de ayudas y es lo que nos hemos encontrado al salir; no hay que inventar la rueda. Estaba claro antes y sigue claro ahora”... La verdad que cristalino.

En un intento por transmitir el clima percibido durante el transcurso de la reunión Euroconstruct, el representante del ITEC señaló que, pese al jarro de agua fría que ha supuesto para todos los países la actual pandemia y sus consecuencias, tampoco había una sensación de auténtica alarma por la situación del sector: “Se entiende más bien como un escollo que se ha planteado, pero con la confianza de que, como ha sucedido en ocasiones anteriores, éste también se superará”. Y con este mensaje queremos quedarnos: entre todos podemos hacer que la rueda siga girando, y cada vez con más fuerza, o que la rueda se pare. Es momento de ejercitar la cautela y la prudencia, pero también de abordar el futuro con emprendimiento, valentía y decisión. Solo así logramos salir en el pasado y volveremos a hacerlo ahora.