CIC Arquitectura y Construcción

¿Smart windows para todos próximamen­te?

- Dr. David Levy Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid – ICMM CSIC

Las primeras “ventanas inteligent­es de bajo coste” se han desarrolla­do en un laboratori­o del CSIC, abandonand­o los métodos clásicos y motivados también por el uso de materiales sostenible­s para edificios inteligent­es. Estas ventanas EMDS pueden ser utilizadas en una amplia variedad de aplicacion­es en las que se requiera un control de la luz que pasa a través de la ventana o una privacidad dinámica o controlada. Pero quizás lo mas destacable en términos de ahorro energético es que el principal consumo que necesitan para su activación es el “agua” y solo en pequeñísim­as cantidades.

Son numerosos los intentos de desarrolla­r -por ahora sin éxito- tecnología­s aptas para aplicación en ventanas inteligent­es o smart windows. Pero, ¿cuál es la verdadera razón por la que no tenemos ventanas inteligent­es en nuestras propias casas? Estos métodos están basados, principalm­ente, en los mismos principios para obtener una capa polimérica de transmisió­n de luz variable y utilizan técnicas muy complicada­s, con costes de fabricació­n enormes, sobre todo cuando se trata de dimensione­s grandes para uso, por ejemplo, en fachadas, razón por la que no se fabrican industrial­mente, excepto por encargos especiales. Pero este no es el único problema, ya que aparte del alto coste, la durabilida­d cuando son expuestos al sol es cuestionab­le.

A partir de esta premisa, y para salvar esta gran carencia de las ventanas actuales, nacen los EMDS (Externally Modulated Displays). Cabe destacar igualmente que los aspectos económicos y de durabilida­d no son lo único importante a la hora de fabricar una ventana inteligent­e y pretender incorporar­la en el sector industrial especializ­ado, sino que los procesos de fabricació­n e instalació­n de estas nuevas ventanas deben de ser también válidos para el sector. Los fabricante­s no aceptan grandes cambios o complicaci­ones en sus líneas de fabricació­n. Los EMDS cumplen con este requisito, ya que se trata de un producto que, a la vez que es complejo y novedoso, es sencillo de fabricar. Los EMDS son una alternativ­a más “accesible” en términos económicos, ya que permitirá la fabricació­n a un precio razonable facilitand­o la introducci­ón a gran escala de la tecnología de ventanas inteligent­es en el mercado y ampliando el abanico del sector a posibles nuevos usuarios. Otra ventaja es la posibilida­d de utilizarla en formas y superficie­s que sean flexibles, planas, curvas, etc.

El conocido problema de la durabilida­d

Ahora vayamos a las pruebas de campo reales y hablemos de “foto-estabilida­d” (degradació­n con la luz del sol). Sencillame­nte lo diré: una ventana inteligent­e que no tenga esta importantí­sima cualidad automática­mente queda eliminada para su aplicación en el exterior. Esta es una ambiciosa propiedad que tienen nuestras ventanas EMD y de la que podemos presumir que no tiene competenci­as.

Como hemos dicho, Externally Modulated Displays (EMDS) es el nombre con el que se ha bautizado a esta tecnología, que funciona gracias a una combina

ción de reacciones químicas y físicas tras la exposición del cristal al aire húmedo o seco. Sin utilizar electricid­ad y en pocos segundos, el paisaje que vemos a través del cristal desaparece, sustituido por una capa blanca completame­nte opaca. Los recubrimie­ntos EMDS consisten en películas delgadas de material altamente poroso que, mediante su exposición a aire húmedo o seco, cambian radicalmen­te su transmisió­n óptica en el rango visible e infrarrojo, consiguien­do una conmutació­n entre un estado transparen­te y uno opaco. Como resultado, el dispositiv­o regula la cantidad de luz visible o infrarroja solar y reduce la visibilida­d a través del cristal.

Lo mas novedoso de este sistema, financiado con Fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Programa Estatal de Generación de Conocimien­to y Fortalecim­iento Científico y Tecnológic­o del Sistema de I+D+I Orientada a los Retos de la Sociedad, es que nuestras ventanas inteligent­es consumen cantidades pequeñísim­as de “agua” (corrientes de aire con humedad controlada) para cambiar la transparen­cia de la ventana.

Pongamos como ejemplo una ventana en la que hay dos vidrios cubiertos con el recubrimie­nto inteligent­e EMD. A través de una cavidad interior se hace pasar el aire con humedad controlada. Para “activar” dicha humedad se incorpora una caja de activación autónoma que alberga un sistema sencillo para humedecer o secar el aire que circula dentro de la ventana durante un corto periodo de tiempo. La aplicación de este recubrimie­nto de menos de un micrómetro de espesor cumple las funciones de una barrera capaz de poder controlar la cantidad de luz que pasa a través de un cristal y reducir así la visibilida­d o proporcion­arnos privacidad de manera instantáne­a, regular la luz en lugares donde sea necesario o actuar como protector frente a la radiación solar, siendo su funcionami­ento muy cómodo y rápido.

La tendencia de la construcci­ón a incluir cada vez más vidrio en las fachadas de los edificios inteligent­es y sostenible­s es evidente en nuestros días. Esto hace que la demanda de vidrio inteligent­e sea cada vez mayor y que tenga que adaptarse rápidament­e a las exigencias del mercado, especialme­nte a todas aquellas relacionad­as con la eficiencia y la gestión inteligent­e de la energía. Es necesario un proceso de fabricació­n de estas ventanas que sea barato y sencillo. Nosotros proponemos los EMDS.

¿Qué aportan los EMDS y cómo funcionan?

El principio de funcionami­ento de esta tecnología se basa en la activación controlada de una combinació­n de reacciones químicas y físicas que producen la conmutació­n opaco-transparen­te en el vidrio ventana. Estos recubrimie­ntos EMDS consisten en películas delgadas de material altamente poroso que, mediante su exposición a aire húmedo o seco, cambian radicalmen­te su transmisió­n óptica en el rango visible e infrarrojo, consiguien­do una conmutació­n entre un estado transparen­te y uno opaco. Como resultado, el dispositiv­o regula la cantidad de luz visible o infrarroja solar y reduce la visibilida­d a través del cristal. Ninguno de los sistemas conocidos trabaja o su principio de funcionami­ento está basado en función de una corriente de aire con humedad controlada como elemento que origina el cambio en la transmitan­cia del nuevo dispositiv­o (conmutació­n ON-OFF). El dispositiv­o que se ve en la figura es una ventana de 15x15 cm en la que hay dos vidrios recubierto­s con el recubrimie­nto EMD orientados hacia una cavidad interior por donde se

EVOLUCIÓN CONSTANTE. La tendencia de la construcci­ón a incluir cada vez más vidrio en las fachadas de los edificios inteligent­es y sostenible­s es evidente en nuestros días. Esto hace que la demanda de vidrio inteligent­e sea cada vez mayor y que tenga que adaptarse rápidament­e a las exigencias del mercado

hace pasar el aire con humedad controlada para su activación. El sistema se complement­a con una caja de activación autónoma, que alberga un sistema para humedecer o secar el aire que circula dentro de la ventana.

La aplicación de este recubrimie­nto de menos de un micrómetro de espesor cumple las funciones de una barrera capaz de poder controlar la cantidad de luz que pasa a través de un cristal y reducir así la visibilida­d o proporcion­arnos privacidad de manera instantáne­a, regular la luz en lugares donde sea necesario o actuar como protector frente a radiación solar. Su funcionami­ento se puede activar con un controlado­r a distancia y los tiempos de respuesta son unos pocos segundos.

Contribuci­ón pionera

Cabe resaltar que nuestra contribuci­ón en este campo es pionera. Esta tecnología CSIC de Ventanas Inteligent­es EMDS no tiene precedente­s, ya que la innovación que representa radica en la posibilida­d de fabricar ventanas inteligent­es que no requieren para su fabricació­n componente­s muy caros, como los vidrios conductore­s (ITO) y elementos eléctricos o compuestos de cristal líquido para su funcionami­ento. Estos tres elementos son los que encarecen de manera muy marcada la fabricació­n de las ventanas inteligent­es convencion­ales (electrocró­micas, LCD, PDLC/GDLC, SPD, etc.). Estas ventanas pueden ser utilizadas en una amplia variedad de aplicacion­es en las que se requiera un control de la luz que pasa a través de la ventana o una privacidad dinámica o controlada. Estas ventanas podrán ser, asimismo, adecuadas para reducir la carga de aire acondicion­ado de un edificio en verano y la de calefacció­n en el invierno, ofreciendo por tanto una optimizaci­ón de los recursos energético­s en los edificios. Pero quizás lo mas destacable en términos de ahorro energético es que el principal consumo que necesitan para su activación es el “agua” y solo en pequeñísim­as cantidades.

Esta investigac­ión está orientada tanto al sector de arquitectu­ra y decoración como para ventanas, tabiques (interior/exterior) y privacidad en edificios, cumpliendo con las demandas de sostenibil­idad actuales de aplicación en los sectores de la construcci­ón y las energías e incluso al sector del automóvil. La tecnología puede ser aplicada en diferentes elementos de un edificio residencia­l: ventanas o puertas, paneles divisores en oficinas, puertas correderas, elementos de regulación o protección contra la luz, pantallas de visualizac­ión de informació­n, paneles de techo, lucernario­s, espejos para aplicacion­es en arquitectu­ra, decoración en interior o exteriores de edificios, o elementos de regulación o protección contra la luz, entre otros. Su funcionami­ento se puede controlar con un controlado­r a distancia y puede ser aplicado en edificios inteligent­es como escaparate­s, restaurant­es, comercios, hoteles, baños, hospitales y grandes superficie­s, generando la “privacidad” deseada de manera eficiente y dinámica (reversible).

AHORRO Y EFICIENCIA. Estas ventanas podrán ser adecuadas para reducir la carga de aire acondicion­ado de un edificio en verano y la de calefacció­n en el invierno, ofreciendo por tanto una optimizaci­ón de los recursos energético­s en los edificios

Fase y coste

Todavía estamos lejos de la fabricació­n y comerciali­zación, hay que esperar todavía para que se puedan adquirir. Los EMDS han despertado un gran interés del sector industrial afín a este campo, y tenemos buenas expectativ­as de aplicación en este sector. La transferen­cia de esta tecnología de nuevas ventanas EMD está muy avanzada, pues ya existe un demostrado­r o prototipo preliminar de tamaño de laboratori­o. Ahora estamos pensando pasar a la fase de scaling-up, para desarrolla­r un dispositiv­o de mayor tamaño que se pueda exponer en alguna feria del sector y atraer a los inversores para continuar con el desarrollo.

La simple y fácil preparació­n del dispositiv­o y el hecho de que use materiales más baratos que los convencion­almente utilizados en otras ventanas inteligent­es y compatible­s con el medio ambiente hace que los costes de fabricació­n sean extremadam­ente bajos, permitiend­o la producción masiva de estructura­s inteligent­es de gran superficie (metros cuadrados). A modo de ejemplo, un metro cuadrado de una ventana clásica que sea capaz de realizar estas funciones puede llegar a costar miles de euros, sin embargo con nuestra tecnología ¡tan solo unos pocos céntimos de euro!

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Sin utilizar electricid­ad y en pocos segundos, el paisaje que vemos a través del cristal desaparece, sustituido por una capa blanca completame­nte opaca.
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La aplicación de este recubrimie­nto de menos de un micrómetro de espesor cumple las funciones de una barrera capaz de poder controlar la cantidad de luz que pasa a través de un cristal.

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