Precisión a toda prueba
Tras su presentación el pasado verano en la localidad helvética de Aigle, en la que Sergio Palomar nos informaba de primera mano acerca de su intachable funcionamiento, nos quedamos con las ganas de exprimir durante una buena temporada al hermano pequeño
Para comprobar si todos los piropos y agasajos al grupo electrónico superventas de Shimano eran ciertos, decidimos torturarlo durante 5.000 kilómetros. Para tal fin, Macario, importador oficial de la marca nipona en España, nos cedió un grupo Ultegra Di2 instalado en una llamativa bicicleta decorada en blanco y
azul pitufo. La prueba ha constado de largas rutas de pretemporada, duros entrenamientos y carreras Master de la zona centro. Y aunque nos ha acompañado el frío y el termómetro marcaba por debajo de cero, no ha llovido todo lo que hubiésemos deseado para comprobar si los cambios siguen funcionando perfectamente bajo el agua. Pero tanto en las presentaciones del Dura-ace y Ultegra Di2, la lluvia (real o simulada) fue protagonista de la misma para dejar claro que los grupos Shimano electrónicos no fallan con la humedad. O que pregunten a los corredores que disputan la Copa del Mundo de Ciclocross, que con el Di2 no conocen lo que es errar un cambio en un barrizal o bajo un aguacero. En nuestro caso, y durante los 5.000 kilómetros del test, el número de fallos ha sido de... cero, ninguno, nada. Ha funcionado en todo momento como un reloj de precisión; aunque llevásemos la cadena cruzada, con bajas cadencias de pedaleo y apretando fuerte las bielas, con las manos heladas o mojadas, tanto en la parte superior de las manetas como en la inferior al esprintar... ¡siempre perfecto! Durante la prueba hemos diferenciado dos fases. En la primera nos dedicamos a probar a cambiar platos y coronas utilizando combinaciones
no recomendadas o bajo situaciones difíciles, para comprobar con sorpresa cómo ni siquiera se quejaba y cambiaba perfectamente. Y en la segunda, sin darnos cuenta, nos olvidamos completamente de él, sólo nos dedicamos a dar pedales y acumular kilómetros sin que un solo cambio errado nos devolviese a la cruda realidad y nos acordásemos del material que lleva la bici. Aunque las preguntas (ver recuadro) con las que nos acribillaron los que veían algo diferente en la máquina que llevábamos nos hacían recordar que llevábamos un Di2. En una bicicleta los cambios han de cumplir la función para la que fueron diseñados, conseguir una cadencia de pedaleo adecuada a la orografía de la carretera, y con el Di2 se cumple a la perfección al lograr cambios rápidos, intuitivos, precisos, fiables y sin esfuerzo, para que sólo tengamos que ocuparnos de pedalear y disfrutar, en vez de pelearnos y maldecir una corona que salta o un desviador que no sube por no tener ya fuerza en las manos. ¡Larga vida al Di2! Más información en el sitio web:
http://cycle.shimano-eu.com