Ha nacido una estrella
La Omloop Het Nieuwsblad abrió el telón de la campaña flamenca. El primer duelo en los muros y el pavés se lo llevó el joven Vanmarcke, batiendo con todas las de la ley a Boonen y Flecha.
Gante, el corazón del oeste de Flandes. Cada año a finales de febrero un terremoto sacude la ciudad. Es la celebración de la Het Nieuwsblad, antigua Het Volk, la primera de las grandes clásicas en la sesión continua que durante un mes largo sume a toda una región en el delirio deportivo. Porque eso es lo que se vive en Flandes, un crescendo con apoteosis final en De Ronde Van Vlaanderen. 200,3 kilómetros y en el camino, la primera cita con esas cuestas míticas y esos tramos de adoquinado que cada temporada deparan gestas, ataques y desfallecimientos. Donde los tocados por la varita meten gas y dejan en evidencia a los que se creían fuertes pero no lo estaban tanto. Diez muros y nueve tramos de pavés. 19 hitos que hacen grande el escenario donde Juan Antonio Flecha consiguió hace dos años la que hasta ahora es su gesta más bella. Un pódium del que no se ha bajado en las últimas seis ediciones con la única excepción de 2008. En esta ocasión sirvió para destapar una estrella en ciernes: Sep Vanmarcke. Fue él quien protagonizó la mayoría de los demarrajes para ser capaz después de batir en la llegada a los dos veteranos consagrados que le aguantaron: Flecha y Tom Boonen.
ATAQUE EN EL TAAIENBERG
El primer movimiento lo protagonizaron Vandousselaere, Van Groen, Westra, Boucher, Vachon y Ricci Bitti, a los que dejaron alcanzar hasta una docena de minutos, insuficientes ante el ritmo que Omega Pharma y BMC imprimieron en cuanto empezó el encadenamiento de muros. En el Kruisberg se vivieron los primeros movimientos de los favoritos, a partir de ahí cundió el nerviosismo y algunos como Boom, Leukemans o el vencedor del año pasado, Langeveld, dieron con sus huesos en tierra y vieron esfumarse sus aspiraciones. Sería en el Taaienberg donde los más fuertes harían la selección. A 59 km de meta, Boonen arrancó y se llevó con él a Vanmarcke, Flecha, Hayman, Breschel, Hushovd y Devenyns. El gran damnificado era Gilbert, cortado por una sucesión de caídas y un posterior pinchazo que fue la puntilla para él. Por delante todavía aguantaban Vandousselaere y Westra, a los que