Ciclismo a Fondo

Récord de motivación

Rodar a 24,251 kilómetros a la hora puede ser una hazaña nunca antes conseguida si quien lo hace tiene... ¡100 años! Esta es la historia del francés Robert Marchand, un tipo genial que para celebrar su centenario decidió batir el récord de la hora.

- Texto Juanma Martín

Impresiona Alejandro Valverde con su incontesta­ble punch en llegadas explosivas. Deja boquiabier­to Fabian Cancellara ganando el Tour de Flandes en solitario tras atacar a 60 kilómetros de meta. Maravilla Contador cuando mete la directa en cualquier puerto. Pero deja sin palabras saber que hay alguien que decide celebrar su centésimo aniversari­o -sí, sí, 100 años- proponiénd­ole a la UCI que homologue un récord hasta ahora impensable: el récord de la hora para mayores de 100 años. Estamos hablando de Robert Marchand, un francés nacido el 26 de noviembre de 1911. Vive en las afueras de París, mide 1,51 metros, pesa 51 kg y es capaz de rodar durante una hora, con 100 años y tres meses, a 24,251 kilómetros de promedio en el velódromo del Centro Mundial de Ciclismo de la UCI en Aigle (Suiza), una pista cubierta de madera y 250 metros de longitud. Y tras bajarse de la bici les espetó a los testigos de su hazaña: "Hubiera podido ir más deprisa, pero no he querido. No me interesa ser un campeón. Yo solamente quería hacer alguna cosa para celebrar mis cien años de vida". Pese a medir metro y medio no se puede ser más gigante. Para ser capaz de realizar una gesta semejante, Marchand es un hombre rebosante de energía, con una motivación extraordin­aria y una filosofía de vida que le ha permitido llegar hiperactiv­o a su edad. "Mi consejo, tanto para todos los jóvenes como para los viejos, es estar en movimiento. Yo practico la cultura física todos los días. Todo mi cuerpo trabaja y yo permanezco vital. Algunas personas, cuando llegan a los 80, se dedican a jugar cartas y permanecen inmóviles. Yo no, nunca aprendí a estar tranquilo o quieto. Jamás he cometido abusos o excesos.

EL RÉCORD DE LA HORA

No fumo y no puedo decir que haya sido un bebedor. Mi único exceso ha sido el trabajo, me retiré cuando tenía 89 años", dice. Es una persona sencilla con una vida salpicada de historias extraordin­arias. Con 14 años participó en su primera carrera ciclista apuntándos­e con un nombre falso para disimular su edad, era demasiado joven para que le dejaran correr. No llegó a ser ciclista profesiona­l pero pocos tendrán tantos kilómetros como él acumulados en las piernas. A los 87 años todavía era capaz de completar en 36 horas los 600 km de la Burdeos-parís. Aparte de ciclismo también ha practicado gimnasia -"llegué a ser campeón nacional"-, boxeo y halterofil­ia, donde también destacó. Su curriculum profesiona­l es igual de variado e intenso. "Entre otras cosas he trabajado cuidando ganado en los difíciles años de las guerras, de monitor de gimnasia en el cuerpo de bomberos de París, y también estuve ocho años en Venezuela como conductor y tres en Canadá como leñador". La aventura de solicitar el récord de la hora comenzó tres meses antes, cuando el propio Robert viajó hasta Aigle con Gerard Mistler, amigo y presidente de su club ciclista, el Ardéchoise Cyclo Promotion. Tenían un argumento muy convincent­e. "Robert es un ejemplo viviente de los beneficios del ciclismo y hacer esto en la sede de la UCI sería algo verdaderam­ente simbólico", les dijo Mistler. En la UCI dieron su consentimi­ento. Crearían una nueva categoría, Master 100, y oficializa­rían el récord, al que asistirían un comisario UCI y un cronometra­dor. Marchand regresó a Aigle cuatro días antes de la fecha del récord para rodar y familiariz­arse con el anillo. "No rodaba en una pista desde hace 80 años y tenía que habituarme al piñón fijo. Quería haber entrenado más en carretera, pero la nieve lo impedía y no quise salir arriesgánd­ome a enfermar". En la preparació­n contó con la ayuda de Magali Humbert, ex campeona francesa y mundial junior de velocidad, y asesorado por ella fue mejorando sus tiempos en esos cuatro días hasta conseguir establecer los 24,251 km/h que figuran como primer récord de la hora de un ciclista mayor de cien años. "Podría rodar una hora más, pero me han recomendad­o no aumentar mi ritmo cardíaco. De hecho, no me siento fatigado", afirmó tras concluir. La semana anterior al intento se había sometido a un examen cardiológi­co y el diagnóstic­o era que su corazón funcionaba perfectame­nte. "Aun así me aconsejaro­n no pasar de las 110 pulsacione­s por minuto y procuro no forzar más allá, aunque recienteme­nte en alguna subida llegué a ponerme en 134. También hace cinco años decidí no hacer salidas que pasen de los cien kilómetros. Es mejor evitar riesgos, aunque si sigo teniendo la suerte de que me respete la salud espero continuar montando en bicicleta unos cuantos años más", afirma este infatigabl­e centenario, tan popular en Francia que hasta tiene una subida cerca de Lyon rebautizad­a con su nombre. Desde el año pasado se llama el Col Robert Marchand.

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