Motivación a prueba de accidentes
74 años tiene Manuel Martínez Calvo, seguramente el ciclista que más kilómetros lleva acumulados en las piernas de toda Lliria. La pasión que siente por la bicicleta es sin duda digna de aparecer en esta sección.
Su mujer dice que cuando se hicieron novios a los 13 años ya llevaba el ciclismo en la sangre. "Trabajaba en Valencia en la obra y desde los 17 años, hasta los 27, todos los días iba en bici desde Lliria hasta Valencia. Casi todos hacían lo mismo y convertíamos el trayecto en una carrera. Yo competía como aficionado, pero no era de los que ganaba, alguna de pueblo y poco más, hasta que a los 30 dije se acabó y desde entonces me dedico al cicloturismo. Voy a las marchas, salgo con los amigos los fines de semana y en solitario entre semana, porque es raro el día que no haya hecho 50, 80 o 100 kilómetros". No contento con no perdonar la salida diaria, Manuel le metió el gusanillo a sus hijos. "Cuatro chicos y una chica, todos han corrido en categorías inferiores y el segundo, Miguel, era muy bueno y llegó hasta aficionados". También a sus dos sobrinos, a los que regaló dos bicicletas de segunda mano que sacó de la Peña Ciclista Pedal de Lliria, "el club más antiguo de la Comunidad Valenciana, con el que llevo colaborando toda la vida. En su momento fui directivo y ahora echo una mano en lo que puedo, guiando un coche de árbitro en las carreras, lo que sea". Un accidente que le dejó la cara como un cromo y una fractura de clavícula le tienen en el dique seco. Manuel no ve la hora de que le den el alta para volver a subirse a su inseparable compañera. "Me salvó el casco. Ya en 1987 tuve un accidente muy gordo. Me daban por muerto y tras operarme de urgencia el médico le decía a mi familia que me iba a quedar paralítico. Me comentaron que gracias al deporte pude salir adelante. Estuve seis meses acudiendo a rehabilitación. Le pedí al que me atendía que me dejara cambiar la sesión por media hora de bicicleta. Me decía que estaba loco, pero al final fue lo que hice. Ahora me ocurre lo mismo. Lo estoy pasando fatal porque el día que no salgo en bicicleta siento que me falta algo. En cuanto me den el alta volveré a hacer lo mismo que llevo haciendo desde niño y que me acerca a la felicidad".