Ibai Salas
El bilbaíno del Burgos BH nos respondió tras cerrar su campaña de neoprofesional.
Tu primera reacción cuando te confirmaron que serías profesional. De felicidad pura y dura tras la incertidumbre. Julio no me lo confirmó hasta diciembre, cuando ya no creía que fuera a llegar.
De niño siempre quisiste ser... Lo que mis hermanos, que eran mis héroes. Uno jugaba al fútbol y otro era ciclista. Probé las dos cosas y me decidí por la bici.
¿Qué te llevarías a una isla desierta? familia, a mi novia y una bicicleta.
¿Cuál es tu mejor cualidad como persona? Soy generoso, me gusta ayudar a los demás.
Una canción que nunca te cansarías de escuchar.
Una anécdota inolvidable. Cuando entrenamos solemos parar en un bar a tomar algo. Hubo un día que se nos fue la mano y acabamos pidiendo de todo: platos de jamón, surtido de ibéricos... nos dieron las 5 de la tarde y seguíamos comiendo. Volvimos a casa en bici de chiripa y con una pereza enorme.
¿De qué actuación te sientes especialmente orgulloso? De la Vuelta a Burgos. Fue mi punto de inflexión y empecé a ver que podía estar un poco más delante, haciendo alguna cosilla.
Tus metas para 2015. Por encima de todo, seguir con mi carácter combativo. Dejarme ver en las fugas y pelear por alguna victoria si se pone a tiro.
¿Qué recomiendas de Bilbao? Visitar el Museo Guggenheim e ir de pintxos y potes por el casco viejo.
El titular que te gustaría leer en Ciclismo a Fondo. Me voy a tatuar una frase, dream, así que este cuadraría perfecto: consigue el triplete en lasArdenas.
Confiésanos una manía incurable. Soy muy maniático con el orden. Tengo que saber siempre donde está todo.