El mismo chiquillo

"La spavalderia". En italiano significa engreimiento. Eso es lo que dice Nibali que ha perdido con los años. Los ataques locos y lejanos del niño que nunca se propuso nada pero lo soñó todo. Y todo es lo que ha logrado: Giro, Vuelta, Tour. ¿Qué hay después de ganar las tres grandes? "¡Volverlas a ganar!", se ríe pero la propuesta es más firme que osada, pues sigue siendo "aquel mocoso" que tanto soñaba.

Hacia el mediodía ya no queda apenas nadie por la recepción del Hotel Diamante. La televisión francesa está recogiendo el trípode, los micrófonos y los cables. Se apagan los focos. Ya tienen lo que quieren, las declaraciones del último ganador del Tour de Francia, afilados dientes de tiburón, jurando que nunca ha tenido relación con el doctor Ferrari y que para él, esa mañana es el comienzo de un día cualquiera, a pesar de que la noche anterior el champagne regaba las gargantas de los gritos ensordecedores de los miembros del Astaná nada más recibir la bendición de la UCI para seguir siendo equipo WorldTour. Un día igual que otro, dice Nibali. Y cuando se marcha a entrenar, los periodistas que habían ido hasta Calpe para hacer esas dos preguntas regresan a sus casas. Ya no queda nadie cuando los ciclistas vuelven de entrenar. Hambrientos, se sientan a comer. Entonces el Escualo del Estrecho guarda los dientes y Enzo comienza a hablar.

IN CRESCENDO

Desde Calpe (Alicante)

Un poco más de estrés y atención. Ahora la gente me reconoce más. Cuando he ido con los amigos a tomar una pizza en Messina casi no puedo comerla porque me piden fotos continuamente. Este año me fui unos días de vacaciones con mi mujer lejos del mundo. Nadie nos conocía... bueno no, ¡un kazajo me paró! Estábamos en Dubái y me reconoció. Lo había visto ya una vez en Kazajistán y en Dubái me pidió otra foto. Es pequeño el mundo. Lo que más ha cambiado es que me piden asistir a actos más grandes. Lo bueno es que ya tenía experiencia y eso ha jugado a mi favor. No me he encontrado de ayer a hoy con haber ganado un Tour. En mi carrera he conseguido victorias muy bonitas antes y la atención sobre mí ha ido in crescendo. Eso me ayuda a llevarlo mejor.

La serenidad llega de las personas que tienes alrededor y también de la experiencia. Así se vive mejor. En mi casa no ha cambiado nada, sigo con mis bromas, me río igual que antes y hago las mismas cosas de siempre.