PROBLEMAS PARA SUBIR LAS PULSACIONES
-¿Has salido esta mañana? -Sí, he hecho dos horitas y cuarto. ¿Y tú? -No, he tenido que hacer rodillo. Una hora y cuarto... Ahora te preguntamos a ti: ¿quién ha entrenado más de los dos? Aparentemente el que ha salido más tiempo, pero eso no implica entrenar. Da la casualidad que quien ha hecho dos horas y cuarto, ha tenido que hacer quince minutos de zona urbana tanto para entrar como para salir de la ciudad -prácticamente tiempo perdido si hay mucho tráfico, semáforos, rotondas y demás-, con lo que el entrenamiento se queda en apenas una hora y cuarenta y cinco minutos. En ese tiempo que resta, te va a tocar descontar todo lo que tengas que dejar de dar pedales en alguna bajada, frenar en alguna que otra rotonda, el paso por alguna localidad y no digamos si sales con más gente y en algún momento circulas a rueda. En este último caso apenas vas trabajando, salvo que su ritmo sea muy fuerte. Por lo tanto, una salida de dos horas y cuarto ha podido quedar en un entrenamiento aprovechable de una hora y media. Sólo quince minutos más que el que se ha quedado en casa pedaleando en el rodillo. El tiempo que estás en el rodillo se podría decir que es todo magro porque no hay nada ni nadie que interrumpa la sesión... salvo que se presente el vecino a quejarse del ruido. ¿PUEDO DIVIDIR EL ENTRENAMIENTO ENTRE LA MAÑANA Y LA TARDE? Muchos no son capaces de estar una hora seguida en un rodillo, o les resulta más cómodo hacer cuarenta y cinco minutos por la mañana y otros cuarenta y cinco minutos por la tarde. Desde el punto de vista cardiovascular, y aprovechable con el fin de conseguir adaptaciones fisiológicas, es mucho más efectivo realizar una sesión completa sin divisiones. Tranquilo, que puedes ir al baño a mitad de una sesión de rodillo sin que te cargues el entrenamiento. Aquí sí que podríamos decir aquello de Houston tenemos un problema. Si eres alguien que dispone de una buena adaptación cardiovascular, al no existir el rozamiento propio del asfalto, y principalmente el viento generado cuando te desplazas al aire libre, en definitiva, no tienes resistencia natural que debas vencer, es complicado que te suban las pulsaciones. En estos casos das el perfil ideal para hacerte con un rodillo que te ofrezca la posibilidad de variar la resistencia. Es muy posible que en tu ímpetu por alcanzar determinada frecuencia cardiaca te líes a dar pedaladas sin talento, y sin embargo, con menos cadencia y un mínimo de resistencia en el rodillo, obtengas los vatios necesarios para estar entrenando de forma adecuada. Si no cuentas con la posibilidad de aumentar la resistencia del rodillo, intenta quitar presión a las ruedas para que ofrezcan un mayor rozamiento, pero que no te impida llevar una cadencia adecuada. Si eres de los que en el rodillo alcanzas la frecuencia cardiaca con facilidad, es indicativo de que te toca realizar una base a conciencia.
TIPOS DE RODILLOS
¿Sirve una bicicleta de spinning, cicloindoor o bici estática? Cualquier bicicleta que se adapte a tus medidas es válida, ya que lo que interesa es que realices el gesto deportivo propio del deporte que practicas y para el que entrenas. Es sin duda la mejor forma de trabajar los mismos músculos que posteriormente vas a utilizar con tu propia bicicleta. A la hora de adquirir un rodillo es más interesante que disponga de regulador de intensidad, para poder aplicarla en caso de tener que realizar trabajos de calidad, y en especial de fuerza. Si cuentas con los dos tipos de rodillo, el de tres rulos puede ser una buena forma de adquirir técnica.