"Los máster no son el enemigo"

En ocasiones, desde las categorías inferiores se mira con reserva al ciclismo "popular" practicado en marchas cicloturistas o carreras máster, cuyo auge ha coincidido con el declive de la base. "La disyuntiva es que organizar una carrera máster supone ingresar, mientras una carrera juvenil es gastar -tercia Íñigo Larrucea-, pero no son el enemigo, ni mucho menos". "Puede quitar patrocinadores o carreras, e incluso podemos argumentar que algún máster si no compitiera tendría un equipo cadete para matar el gusanillo -comenta Momparler-; sin embargo, no es un fenómeno negativo. En la Comunidad Valenciana, sus tasas sirven a la federación para organizar carreras de categorías inferiores. Además, un padre aficionado a la bicicleta no deja de ser un ejemplo para sus hijos". Como Momparler, otras voces también ven en el ciclismo popular una salida ante la crisis de carreras. "No es cuestión de pedir dinero a los organizadores de marchas o pruebas máster, sino de apelar a su sentido común y solicitarles un esfuerzo para cuidar la base", opina Zabala. "Se les podría incentivar, por ejemplo, reduciendo sus tasas si a cambio montan una carrera de chavales", lanza Matxin. Fermín Trueba, organizador de la Vuelta a Cantabria Máster, vería factible realizarlas incluso el mismo día. "El único inconveniente son los permisos de Tráfico, que no autoriza a cortar carreteras así como así toda una mañana. No obstante, yo he compatibilizado en alguna ocasión carreras máster y de escuelas... Así que se puede". explica Jon Odriozola, responsable del nuevo equipo Continental vasco Murias Taldea. “Ahora el director es clave como gestor y organizador del trabajo, pero precisa buenos técnicos a su lado para que la labor de formación tenga éxito. Necesitamos expertos: preparadores físicos, nutricionistas, psicólogos, biomecánicos... Y la falta de recursos no es excusa para cruzarse de brazos. Hay opciones válidas y baratas. Por ejemplo, lograr que las facultades de Ciencias del Deporte presten futuros graduados en prácticas a los equipos”. Momparler abunda en esta última idea. “De las universidades salen cada año un montón de personas muy preparadas que no están siendo aprovechadas por la sociedad en general y el deporte en particular. Articular programas de prácticas y convenios de colaboración entre universidades, federaciones y equipos daría un salto cualitativo a nuestras categorías inferiores”. Zabala, que compagina su cargo en Movistar con el de profesor en la Maestría de Ciclismo de la Facultad de INEF de la Universidad de Granada, aporta un ejemplo de esto. “Dos de mis alumnos están haciendo sus prácticas en la Academia, el equipo cadete de Luis Ángel Maté”. Y concluye: “No es cuestión de que los técnicos releguen a los directores, sino de que los complementen y apoyen para que desempeñen su tarea lo mejor posible”.

UN PRECIPICIO, UN EMBUDO

Más allá del rendimiento, ¿cuál es el principal problema del ciclismo base en España? Los ciclistas jóvenes lo tienen claro. “No contamos con referentes ni con salidas profesionales”, nos comenta Axel Costa, corredor de Mutua Levante que el año que viene saltará al pelotón UCI con el Continental paraguayo Start. “Conforme subes de categoría es más difícil encontrar equipo”, añade Cristian Rodríguez, de Caja Rural; “el embudo es demasiado estrecho”. El vasco Eneko Lizarralde, neoprofesional en 2015 con Murias Taldea, analiza: “Pasamos varios años compitiendo en el mismo nivel, las mismas carreras, con los mismos rivales, sin posibilidad de dar el salto... Eso termina por desmotivar y estancar la progresión. Te formas desde escuelas con una ilusión en la cabeza; paso a paso recorres el camino y al final encuentras un precipicio. Si no tienes suerte de pasar o un proyecto de vida alternativo, te despeñas”. Del lado de los responsables de equipos de formación, la prioridad es distinta. “Faltan carreras -afirma Rafa Díaz Justo, director de Specialized, el equipo de categoría sub23 de la Fundación Contador-. Sólo queda un buen calendario de competición en Cantabria, Euskadi y el Levante. En el resto de zonas apenas hay citas puntuales. Los equipos tienen que desplazarse para correr y eso encarece mucho su actividad”. El director de Burgos BH, Diego Gallego, lamenta: “Hemos perdido un gran número de carreras de nivel .2, como Lleida, Navarra o Circuito Montañés, que son claves para la formación de los corredores amateur antes de saltar a la élite. Cada día es más difícil montar una carrera, y encima no ha habido un relevo generacional entre los organizadores”.

LAS PATAS DE LA MESA

Luis Román Mendoza, jefe de prensa de la RFEC, ofrece su punto de vista. “Necesitamos generar nuevas fórmulas. En lo referente al calendario, me gusta el modelo de Murcia: si no hay organizadores, ellos organizan y cubren las carencias que puede presentar el