La generosidad de Manolo y la OP

"Manolo ha sido mi mejor amigo desde la infancia, hemos tenido vidas paralelas. Destacaría el cariño que puso por la gente joven cuando disponía de un equipo grande y todos los medios. Es un hombre que se desvivía tanto por sus ciclistas como se descuidaba de él mismo. Siempre nos inculcó que había que preocuparse mucho de la persona. Lo del equipo amateur le costó entender y reconocer, pero luego puso mucho más de lo que le pedimos. Comprendió que el equipo aficionado podía ser el futuro del profesional. Hay que decir que antes de nuestro proyecto cualquier formación amateur que tenía problemas y llamó a la puerta de Manolo, creo que nadie puede decir que no les ayudó. La parte final de nuestra relación ha sido un poco decepcionante, pero eso no significa que no nos tengamos una cierta simpatía. Los dos últimos años de Cueva El Soplao dejaron mucho que desear en nuestro trato", concede. Para Juan, Manolo revolucionó el ciclismo profesional. "Desde el principio no fue bien visto y costó admitirle. Era un técnico que no había sido corredor profesional y venía de la universidad. Manolo fue un estorbo para mucha gente y llegó un momento que el estorbo fue tan grande que lo eliminaron. En la Operación Puerto se venía haciendo desde hace bastante tiempo una buena labor policial que hubiese beneficiado al deporte. Pero en esta historia un día apareció Manolo en un lugar y todo se vino abajo porque alguien levantó el teléfono y sugirió: Es la ocasión de pillar a éste. Y por cazar a Manolo se fastidió toda la operación. Han empleado años en buscar la manera de enjuiciarle y demostrar que estaba metido en la mierda. No han encontrado nada y encima han estropeado una buena labor en favor del deporte si no hubieran escondido todo lo que han escondido. Sólo han perjudicado al ciclismo y al atletismo", sentencia.