Iván Gutiérrez se gradúa
El 19 de diciembre Iván Gutiérrez se graduaba en la universidad del ciclismo. Tras 15 años cursando esta carrera profesional, mi amigo decidía que era el momento de poner en práctica nuevos proyectos profesionales y sueños de futuro, aplicando lo aprendido estos años. Y es que Iván está de sobra preparado para conseguir lo que se proponga. Durante este tiempo ha cursado estudios en las mejores universidades, ha hecho prácticas por todo el mundo y en todo tipo de condiciones, no siempre las más favorables. Aun así ha sacado adelante cada curso de manera magistral. No le gustaba aprobar con un cinco raspado y cada año se esforzaba al máximo. No dudaba en ayudar a sus compañeros, donando su experiencia y apuntes cuando los necesitaban. La cena de graduación fue intensa. A ella acudieron decanos como José Miguel Echavarri, ex profesores como Manolo Saiz o actuales como Arrieta y Chente, antes también alumnos. Muchos compañeros de clase no faltaron a la especial cita: Ventoso, Intxausti, Sanz, Castroviejo, Erviti, Antón, Lastras... Otros, por ser alumnos Erasmus o estar preparando tesis, no pudieron acudir en persona, pero sí felicitar virtualmente a Iván por haber terminado la carrera con tan buenos resultados académicos y excelsas referencias por parte de todos. Valverde, los hermanos Quintana, Herrada e Izagirre, Beloki, Xabi Zandio, Pereiro, Delgado o profesionales que conocen muy bien esta licenciatura que termina Iván -Ares, Alix, Chema del Olmo, LópezEgea...-y otros que aun cursando en otras facultades no se lo quisieron perder como David López o Cobo. También quiso estar un alumno que terminó con matrícula de honor la misma carrera que nuestro protagonista, el gran Óscar Freire. Pero sobre todo había familiares y amigos, muchísimos: su novia Jessica, Adri, Fermín, Mónica Marchante, Tato, Millán, Hoyos, Laura, De Santos, Rocío... incluso apareció un personaje muy querido capaz de sacarnos una sonrisa en cualquier circunstancia, el gran Maximus. Me dejo a muchos asistentes a los que pido disculpas y a los que agradezco estar ahí, no sólo el día de la cena sino cada día. Creo que Iván ya sabía la gran cantidad de personas que le queremos y que confiamos en que seguirá estudiando para sus próximos retos, que son muchos, pero no habíamos tenido la suerte de estar todos juntos en un salón y con una sonrisa en la cara. Fue una fiesta de graduación en la que no faltó el humor, los regalos, los recuerdos, la música... Una fiesta para celebrar un comienzo, no un final.
Desde Suances (Cantabria)
Luis Pasamontes