Igualdad manifiesta en Igorre
Hacía tiempo que no se veía un desenlace al sprint en una prueba nacional de ciclocross y menos aún en Igorre, uno de los circuitos más selectivos. La ausencia total de barro tuvo algo que ver, pero también la igualdad manifiesta que reina esta temporada entre los élite y sub23 españoles. Las seis primeras puntuables de la Copa de España en la categoría élite y sub23 se las habían repartido a partes iguales Aitor Hernández, vencedor en las tres primeras -Llodio, Muskiz y Amezaga- y el sub23 Felipe Orts, que desde Elorrio había pasado a dominar el panorama y se impuso también en Les Franqueses y Alcobendas. La racha del alicantino de Villajoyosa se había frenado el día anterior con el triunfo de Aitor Hernández en Asteasu, lo que unido a que el de Ermua se había impuesto en la Katedral en las tres ediciones posteriores a su salida de la Copa del Mundo, a partir de 2012, hacía que los dos partieran como favoritos. Pero existía un tercero en discordia, Kevin Suárez, que no se había prodigado en las puntuables previas de la Copa pero que en sus actuaciones en el extranjero exhibió un salto de calidad impresionante, y acabó llevándose el gato al agua.
COSA DE CINCO
Felipe Orts intentó imponer el fuerte ritmo de salida al que nos tiene acostumbrados y rápidamente cobró una ligera ventaja, pero esta vez llegaron hasta su rueda. Y no sólo Aitor, sino también Kevin Suárez, que venía de ganar en casa el Ciclocross Race de Los Corrales de Buelna, y el siempre correoso Javier Ruiz de Larrinaga, quien intentó marcharse en solitario sin conseguirlo poco antes de que el cuarteto se convirtiera en quinteto con la inclusión de otro que ha perdido definitivamente los complejos, Ismael Esteban. Ninguno las tenía todas consigo y se fueron cediendo la iniciativa mientras las vueltas iban pasando. Los espectadores, que una vez más llenaban el circuito de 2.650 metros, disfrutaron en esta ocasión no sólo con la calidad de los protagonistas, sino también con los ataques que se sucedieron, sin que ninguno diera su brazo a torcer. El futuro ganador fue quien más empeño puso en distanciarse con un ataque mediada la prueba que le dejó con veinte segundos de ventaja, pero enseguida reaccionó Felipe Orts, que se emparejó con el corraliego en menos de una vuelta. Poco después llegaban Larri, Aitor y un Esteban que, aunque haciendo la goma, siempre acababa entrando.