Además de al patrocinador de tu equipo tendríamos que llamarte a ti La Titánica. Tienes más ilusión que muchas con 18. No sé si es porque empecé muy tarde, pero disfruto mucho con lo que hago. Si hay un apasionado del ciclismo es mi padre; él y mi hermano, que ahora es mi preparador, lo llevan en la sangre y me lo contagiaron.

¿Qué es más duro, competir en bicicleta o aguantar a los alumnos? Físicamente más la bici, pero cuando ellos tienen un mal día también son duros de pelar. No me quejo, estos dos últimos cursos han salido tranquilos y no me dan mucha guerra.

Una canción que nunca te cansarías de escuchar. No tengo favoritas. Escucho la radio y cualquier tipo de música me vale.

¿Qué haces cuando no montas en bici? Pocas cosas, por falta de tiempo. Me gusta ir al gimnasio, he dado alguna clase de zumba, también el cine y compartir ratos con familia y amigas.

Tres medidas que nos ayudarían a elevar el nivel del ciclismo femenino. Más carreras, mayor inversión en los equipos y que se haga lo mismo que con el ciclismo masculino.

¿Cuál es tu mejor cualidad? La capacidad de esfuerzo, nunca me doy por vencida.

El titular que te gustaría ver publicado en CAF contigo de protagonista. Lorena Ordiñana sube al podio en la Copa de España.

Una anécdota inolvidable. El año de Bizkaia, el director del equipo, Jon Elorriaga, se acercó en una de las primeras carreras y me dijo: "¿Qué pasa, que no te gusta el roce?" Se refería a que me costaba ir en el pelotón, pero en ese instante no lo entendí y me quedé a cuadros.

¿Te pones fecha de caducidad ciclista? Compitiendo me doy un año más, aunque no es la primera vez que lo digo. Quiero ser madre y algún día se tiene que acabar. Montar en bici por placer, toda la vida.

Acaba confesando tu manía incurable. Soy muy maniática del orden y la limpieza. Tengo que seguir la preparación al pie de la letra, el freno estar como yo quiero y las medidas que no me las toquen.