Nacido en Cosenza (Calabria) hace 48 años, este italiano se hizo popular en España por sus actuaciones en la Vuelta de 1993 y sobre todo 1994, destacando como atacante nato y eterno escapado. "Era mi modo de interpretar el ciclismo. No hacía cálculos, en cuanto notaba buenas piernas me lanzaba al ataque. Siempre me encontré bien en España. Los recorridos se adaptaban a mis características y la afición es muy entendida". Después de esa primera etapa de "poca táctica y mucho corazón" con el modesto Navigare de Reverberi, recaló en equipos de mayor fuste como MG, Asics y Mercatone, cerrando su trayectoria en 2001 en las filas del Panaria. "Me sentí a gusto con todos. En los primeros años con Navigare aprendí mucho del oficio, aunque formar parte del MG del maestro Ferretti, con campeones del calibre de Bugno, Bartoli o Richard, fue un privilegio". Como mejor día sobre la bici cita su triunfo en el Mont Faron en el Tour del Mediterráneo y el más triste, "la desilusión por una gran ocasión perdida: el tercer puesto en la Milán-San Remo 1996". En Mercatone Uno, "en el que no logré rendir a mi nivel", compartió equipo con el mismísimo Pantani, "Marco... un chico majo, al tiempo que un talento increíble", y en el pelotón disfrutó con la presencia de Indurain, "del que siempre fui rendido admirador". Cuando dejó de competir no tardó en reciclarse como director deportivo. "La transición fue rápida, siempre trabajando con jóvenes en categorías inferiores. También viví una experiencia como político, en la que durante varios años ejercí como asesor de organismos oficiales de mi región". Padre de un chico, Andrea, 20 años, y de una fémina, Arianna de 13, continúa pedaleando "por salud", aunque echa de menos "el agonismo de la competición". Apenas se acerca a carreras profesionales, no así de juveniles, sigue en contacto con ex compañeros como "Fontanelli, Cassani o Conti, que viven cerca, y de vez en cuando hablo con Bartoli, mi gran capitano". Le pedimos que compare su época con la actual y duda antes de responder. "Son muy distintas, difícil buscar equivalencias. Sí apuntaría que no estoy de acuerdo con el ciclismo de serie A y serie B que existe hoy en día a causa del World Tour. Hay demasiada confusión". Le pedimos que señale un Coppolillo en el pelotón de 2016 y cita a "Pirazzi, del Bardiani... no en vano él también corre a las órdenes de Reverberi", y menciona a "Contador, Nibali y Aru" como sus favoritos entre los profesionales contemporáneos. Cerramos la charla con este jornalero de la gloria de los 90 preguntándole si repetiría oficio de volver atrás en el tiempo y se muestra contundente: "Seguro. El ciclismo es una maravillosa escuela de vida".