Soy de los que piensan que hay que aprovechar cada oportunidad. Los primeros días tienes que vigilar más de cerca a Froome porque suele empezar muy fuerte. Eso no significa ni mucho menos que dejes de lado a Quintana, aunque le cueste más arrancar. Después tienes que ver cómo evolucionas físicamente. Pero la prioridad es tener confianza en uno mismo y cómo vas recuperando día a día.
INTIMIDACIÓN Y CICLISMO SIN CONTADOR
(Ríe) No lo sé, depende de la gente que esté a mi alrededor. Yo me dedico a hacer mi trabajo lo mejor que puedo, intento dar el máximo y estoy concentrado todo el tiempo en carrera. No cuento muchos chistes porque sé de la importancia de ir atento en todo momento. Ha habido grandes vueltas que he dado golpes de autoridad en momentos en los que quizá había rivales que no tenían la misma concentración que yo. Puede que por responsabilidad o porque es mi forma de hacer las cosas, especialmente en la bici.
Es algo que tienen que decir los rivales.
A mí Armstrong sí que... no era intimidación, era admiración. Hacia Armstrong, Ullrich y Pantani. Cuando empecé en profesionales los vi y me sentí impresionado. Y también con algunos actuales que son capaces de lograr cosas que otros no, como Tony
Martin cuando gana él solo contra un pelotón tirando en llano. O lo que hace Peter (Sagan). Son ciclistas que hacen cosas diferentes.
Es una persona hiperactiva, vas entrenando y está siempre hablando, chillando o dando saltos. Es el ciclista que más cuadros puede romper al año (ríe). ¡Hay veces que el dolor de cabeza puede ser grande al estar cerca de él!
¡Muy bueno también! (sonríe) Ya llegará cualquier otro corredor. Para mis amigos y familia será diferente, algunos verán las carreras más tranquilos... (mira a su hermano Fran), pero seguro que no con la misma emoción.