subiendo el Monte Igueldo en su camino hacia el bello paraje de Dantxarinea, en Urdax. La etapa más larga de la Vuelta -y única que supera los doscientos kilómetros- discurrirá por el hermoso paisaje del norte de Navarra, con Zugarramurdi y sus brujas, el Irati y su hayedo de fondo. Y de ahí, sin respiro ni descanso, a la etapa reina, la que llevará al pelotón hasta la cima del Aubisque por Gourette. 195 kilómetros con tres puertos, el Inharpu, la Pierre Saint-Martin, donde Froome asestó su golpe de gracia al Tour de 2015, y el Marie Blanque previos a la subida definitiva al Aubisque, en la que se establecerán las primeras diferencias de entidad de cara a la lucha por la clasificación general. A quien le queden aún fuerzas, apenas un día después tendrá la subida a Formigal desde Sabiñánigo para desquitarse, en una jornada muy propicia para las fugas y el descanso de los contendientes al rojo.

CRONO Y AITANA

El punto más al sur de esta Vuelta será la Comunidad Valenciana. Para la tercera semana se reserva la gran sorpresa, la llegada a Llucena (Castellón). En 2015, todas las llegadas en alto fueron inéditas. Esta edición, sólo una. El descubrimiento de Unipublic se llama Mas de la Costa. Cuatro kilómetros de ascensión con rampas que superan el 21% de desnivel y una pendiente media del 12,9%. Dos días después se librará la batalla final. 39 kilómetros de contrarreloj entre Xàbia y Calpe para ir dilucidando el orden del pódium en esa 19ã etapa y, con la intención de conservar la emoción hasta el final, la subida hasta el Alto de Aitana. 22 kilómetros de esfuerzo hasta el escuadrón del Ejército del Aire, antes del único traslado que precede al paseo triunfal por Madrid. En total, diez finales en alto y 68 km contrarreloj, con muchos menos traslados, ª para que los corredores no se asusten y venganº , les invita Guillén a una Vuelta a España con un recorrido ª que lleva mucho de lo que somosº. Identidad propia.

Javier Guillén, director general de la Vuelta, recibió a las autoridades junto al mapa de la prueba.