PICCOLO GRANDE AMORE
El pelotón está habitado por una clase media que, aunque invisible, existe y se materializa ante las cámaras para los quince minutos de fama que decía Warhol. Unas veces les toca gloria y otras, pena. A Gianluca Brambilla (1987, Bellano) le salió la cruz de la moneda en la Vuelta a España de hace dos años. Sus puñetazos televisados con el ruso Ivan Rovny le dieron una celebridad indeseable. De repente, la imagen de escalador ligero crecido en Colnago con los Reverberi y asentado como hombre de equipo en la estructura Omega Pharma de Lefevere fue reemplazada por otra de italiano chulo y marrullero. Por fortuna, el tiempo pone a cada uno en su sitio. En el seno de Etixx adoran a Brambilla por ser el más pequeñito del equipo, por su capacidad de sacrificio y por no ser consciente de su motor. "Siempre que tiene libertad se precipita atacando", cuenta un técnico de la formación belga, para después relatar varios ejemplos de carreras donde era uno de los más fuertes y se desgastó con demarrajes a destiempo. En Andratx su desempeño se hizo, por fin, victoria. Había sido una jornada loca, con una fuga numerosa y potente que aprovechó el terreno accidentado y la confusión táctica para poner tierra de por medio. Sólo más adelante unos cuantos elementos del pelotón, los más fuertes, lograron empalmar desde atrás; entre ellos, un Brambilla que a 20 kilómetros de meta atacó buscando una escaramuza que rentabilizara la superioridad táctica de Etixx. Se marchó en solitario. Sus piernas y el desacuerdo de sus perseguidores le permitieron triunfar por delante de Kwiatkowski y Stybar, "dos grandes campeones y a la vez dos grandes amigos" para él. Como buen modesto, aprovechó sus minutos de gloria para recordar a toda su familia: a su novia Cristina, a la hija que tendrán juntos en mayo, e incluso a su suegro recién fallecido, "un ángel que me acompañó en los últimos kilómetros". ¿Te servirá este triunfo para ganar estatus dentro del equipo? "No. Quiero seguir en esta línea, ayudando en todo lo que pueda y aprovechando la ocasión cuando surja". Por eso hay un amor tan grande hacia un ciclista tan pequeñito.