El Imbatible
Alejandro Valverde consiguió su cuarto reinado en la prueba andaluza gracias a una ascensión antológica a Peñas Blancas.
Cuando pasa el tiempo, las buenas anécdotas se convierten en leyendas. Dicen que, desde los 11 a los 14 años, un marmolillo rápido y algo fondón ganó cincuenta carrera consecutivas. Fueron tres años sin perder que le granjearon el apodo de `El Imbatido', que le acompañó hasta que pasó a profesionales con Kelme y se impuso otro, `Bala'. Parece mentira, pero han discurrido ya 14 años desde la primera vez que Alejandro Valverde (1980, Las Lumbreras-Murcia) deslumbró en televisión. 14 años en los que ya ha sido batido pero, según sus rivales, sigue siendo ª imbatibleº.
CARRERAS
En Jimera del Líbar, avituallamiento de la última etapa de la Ruta del Sol, vestido con una camiseta de camuflaje y sosteniendo una colilla en los labios al estilo Lucky Luke, Antonio observa el paso de los ciclistas. ª Últimamente aquí hay un montón de carrerasº , comenta casual. ªAlgunas son a pie y otras en bicicleta, pero casi todos los fines de
semana tenemos carrera en el monte y las casas rurales llenasº. Mirando alrededor es fácil entenderlo. El interior de Málaga es precioso, verde, escarpado; ideal para perderse y jugar a las carreras como hicieron los ciclistas el penúltimo domingo de febrero. Salieron 4.000 metros de desnivel en 170 kilómetros merced a cinco puertos puntuables, siendo los dos últimos Peñas Blancas: primero la insidiosa vertiente norte, después la interminable vertiente sur que parte de Estepona y fue mostrada al mundo por la Vuelta a España hace tres años. El pelotón tenía ganas de guerra: las tres jornadas iniciales y la incómoda crono de Alhaurín de la Torre habían dejado empate técnico en la general, con hasta 22 ciclistas en el mismo minuto que el líder provisional, Tejay Van Garderen (BMC). La etapa estuvo a punto de ser convencional, ya que al principio se marchó una fuga de control donde los equipos más fuertes sólo colocaron a sus velocistas. Sin embargo, aparecieron
los rusos de Gazprom, que no habían metido a nadie en ella, como factor de distorsión. Se vaciaron tirando para evitar que la escapada hiciera camino y acabaron neutralizándola. Cuando se retiraron de cabeza de grupo, reventados, el pelotón se había quedado en la mitad. Muchos se bajaron en el avituallamiento mientras Tim Wellens (Lotto-Soudal), Simon Geschke (Giant-Alpecin) y un Rubén Fernández (Movistar Team) activo pese a un golpe en la tercera etapa protagonizaban una ofensiva que obligó a BMC a tirar.
ARRANCADA
Geschke y Fernández fueron eliminados por una caída; Wellens cayó por su
propio peso. BMC ya estaba mermado y Sky apareció para darle el golpe de gracia con una aproximación brutal al Peñas Blancas definitivo. ª Nos dejaron en cuadroº , estimó a posteriori Van Garderen, ª y se quedaron en cuadro ellos también. Gracias a eso, Alejandro Valverde pudo hacer lo que hizoº. ¿Y qué hizo? Atacar y marcharse a 7 kilómetros de meta, solo contra la subida y contra el viento, con una decena de rivales afilando el cuchillo a su espalda. ª Fue un movimiento muy valiente y tuvo éxito gracias al coraje que aplicó. Me quito el sombrero ante élº. ª Veía que los demás iban un poco justos y que, si quería ganar la general, tenía que arrancar de lejosº , explicó el `Bala'.
ª Yo sabía que estaba bien, pero no tan bienº. Esa arrancada fue el inicio de una exhibición tremenda, la habitual que cada temporada realiza este murciano en enero o febrero para demostrar que es perenne. Abrió una herida de un minuto que Van Garderen y compañía no pudieron suturar. Con ello anotó un triunfo parcial que no celebró (ª no me fiaba de las referencias y decidí ir a tope hasta el finalº ) y uno absoluto que sí, de forma absolutamente extática, abrazando a su entrenador Mikel Zabala y a su masajista Juan Carlos Escámez mientras los aficionados coreaban ª Valverde, Valverde, Valverdeº en un gesto de absoluta adulación inusual en nuestro deporte. Era su cuarto título de campeón de la Ruta del Sol, récord de la carrera, sumado a los que consiguió entre 2012 y 2014; ª el más emocionanteº , según él mismo. Tras el podio, Luis Ángel Maté dijo de él que ª cuando está bien, es imbatibleº. Ya no es El Imbatido porque ha sido derrotado en muchas ocasiones, pero sigue teniendo ese aura de campeón y esa clase irrefutable que le distinguen como uno de los mejores de la historia. Parte de la madurez consiste en admitir que es posible perder, y eso ayuda a disfrutar de las victorias.