Ongi etorri,Dani

Dani Díaz sólo puso dos condiciones a su fichaje por el DelkoMarseille KTM: "Que me dejaran volver a Argentina al menos dos veces en toda la temporada y vivir en el País Vasco". No tuvo ninguna duda de su elección. Estuvo tres años residiendo en Euskadi y le dejó huella. Por eso, en su regreso a Europa escogió rápido dónde quería vivir: en Durango. Cuando corrió con el Cafés Baqué se alojó en el caserío del equipo, "lejos de la civilización -recuerda-. Era amateur y argentino y estaba ahí, en medio de la nada. De repente, me llamaban Amets Txurruka, Markel Irizar o Haimar Zubeldia preguntándome dónde estaba, que me estaban esperando. ¡No me lo podía creer! Esas cosas son muy lindas". Por eso ha vuelto. "Pero esta vez viviré en el centro del pueblo". Primero solo, "y en abril regresaré a Argentina para traerme a mi mujer". Así la adaptación será más fácil, cosa que le faltó en 2011 cuando corrió en la misma formación, entonces denominada La Pomme Marseille. "Mi vida se reducía a entrenar, volver a casa y estar todo el día con el ordenador. Necesitaba desconectar, pensar en otra cosa, y no podía". Acabó retornando a Argentina, "aunque nunca perdí la esperanza de volver a Europa". Y esta vez lo hará estableciéndose en Euskadi. "De los vascos me gusta el fanatismo por el ciclismo que tienen y el tipo de vida que llevan, el tomarse el café tranquilos y ver la vida con más calma que los franceses". Dani ya cuenta además con hueco fijo en la grupeta de Markel Irizar, Haimar y Txurruka, donde también entrena su compañero de equipo Mikel Aristi -en la imagen rodeando a Dani junto al gallego Delio Fernández-, "que ya me ha dicho que están preguntando por mí". Del francés dice haberse dado cuenta de que "me acordaba más de lo que creía. Me compré un libro hace tres meses, pero no lo he leído. En cuanto hablé con los franceses del equipo acá en San Luis, no sé de dónde, pero me salió". Otra cosa ya es el euskera. "Nunca llegué a aprenderlo, sólo tres o cuatro palabras como eskerrik asko, txirrindulari...". Y una nueva: Ongi etorri. Bienvenido, Dani.