Adriano Malori da el susto
Estaba siendo una etapa tranquila y se preveía así hasta el final, sin sobresaltos camino de Juana Koslay, donde se esperaba el sprint para resolver la quinta jornada, previa a la decisiva batalla en Comechingones un día después. La fuga marchaba con apenas un minuto de ventaja en los últimos treinta kilómetros, mientras en el pelotón los equipos se preparaban para la neutralización y la llegada masiva. De repente, en la parte delantera, un ciclista del Movistar cae al suelo y arrastra con él casi a la mitad del grupo. Los que aún quedan en pie, entre el pánico y el susto, frenan la carrera y la escapada consigue llegar a meta con el argentino Tivani como vencedor. Es lo de menos, pues la atención se centra en la montonera, que a cada minuto que pasa se toma conciencia de su gravedad. En la meta reinaba la confusión. Los primeros ciclistas, a falta de imágenes y datos, se convierten en la fuente de información más fiable. "Iba delante y no lo he visto, pero después me lo ha contado Nibali", narra Ventoso, con el rostro casi pálido por el horror vivido -en la foto que ilustra este suelto, su compañero Marc Soler con las huellas que le dejó el incidente-. "Malori ha pillado una zanja y se ha caído". Con él, el resto. Pero el italiano es el más grave. Cuando llega el coche de Movistar Team, la atención se centra en José Luis Jaimerena. "He salido corriendo y al principio estaba inconsciente, pero le hablaba y me respondía con gestos", relataba el director navarro. Al subir a la ambulancia, camino del hospital de San Luis, lograron reanimarlo. Ya en el centro, a Malori le meten en coma inducido. Dos días después, Dayer Quintana le brinda el triunfo y esa misma tarde sus compañeros le visitan en el hospital. Pero cuando todos regresamos a casa, Adriano tuvo que quedarse. Trasladado en un avión medicalizado, el italiano proseguiría su recuperación en Buenos Aires. ¡Te esperamos pronto en las carreras!