Éxito asegurado
Hay muchos ingredientes que hacen que una marcha cicloturista cale entre los aficionados a la bicicleta. Sin embargo, los podemos resumir en uno: hacer que el participante se sienta mimado. Precisamente esto era lo que alababan quienes acudieron a la primera edición de la Marcha Sotosalbos-Sotosalbos, un pequeño pueblo segoviano al pie de la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama, con la que se trataba de rendir homenaje a Nico Abad, un enamorado del ciclismo y miembro del club de este pueblo fallecido a causa del maldito cáncer el pasado año. El recorrido, clásico en su primera parte, comenzaba fuerte con la ascensión al puerto de Navacerrada por las conocidas Siete Revueltas. Ritmo alto de salida que colocó a cada uno en su sitio antes de descender al valle del Lozoya a toda velocidad en aproximación al puerto de Navafría que, sin ser un puerto de gran dureza, hizo mella entre quienes no habían regulado sus fuerzas. De vuelta a la provincia de Segovia aún quedaba un indigesto postre en forma de terreno rompepiernas por el entorno del río Cega, lo que sin duda hizo que la paella final que esperaba a los participantes en la llegada supiera a gloria tras los 132 kilómetros y más de 2.000 metros de desnivel acumulado que hubo que superar. Una marcha que nace con vocación de permanencia y que, apenas tres semanas antes de la Perico Delgado, la gran marcha segoviana, se postula para muchos como el test perfecto para afrontarla.
Desde Sotosalbos (Segovia)
Sergio Palomar
Juan Carlos Alvaré