Óscar de Jesús Vargas
"Si naciera de nuevo volvería a ser ciclista. Todo lo que soy se lo debo a este deporte", dice Óscar de Jesús, uno de los pioneros del ciclismo colombiano en los años 80. Más completo de lo que solían ser sus paisanos, "me defendía en la escalada y también hice algunas cronos buenas", aterrizó en Kelme, donde militó entre 1985 y 1987 antes de pasar al Postobón (88-91), equipo con el que fue tercero y vencedor de la montaña y de la combinada en la Vuelta a España’89, "mi mejor año, sin duda". Amaya (92) y Lotería de Medellín (93-95) fueron sus restantes destinos. "Para nuestra generación fue una época muy difícil. Nos costaba demasiado adaptarnos, no por la forma ni el ritmo de competencia, sino por la ausencia de la familia. No había Internet, Skype ni redes sociales". Él ya era esposo y padre. "Me casé hace 28 años con Nancy Stella Madrid y tenemos dos hijos: Juliana de 27 y Óscar Andrés de 22". Kelme significó "mi entrada al profesionalismo europeo. Al Amaya fui con gran ilusión, ya más veterano y con notables resultados en La Vuelta, pero aunque gané una etapa no se me dieron bien las cosas". De todas sus victorias destaca "una en la Vuelta a Antioquia, mi presentación en sociedad con 19 años ganando a las figuras de la época, y la Subida a Urkiola, la primera como profesional". Vargas sufrió un dramático final de carrera deportiva. "Me habría gustado correr muchos más años, pero mi padre fue asesinado en un intento de secuestro y posteriormente fui amenazado, lo cual me obligó a pasar al anonimato para proteger a mi familia, incluso nos marchamos diez años a vivir a Barcelona. Llevamos a España en el corazón y somos ciudadanos españoles para todos los efectos. Me dediqué al mundo del transporte y el agro -agricultura-, pero también me saqué el título de director deportivo nivel III de la RFEC. Ya de regreso a Colombia, además de seguir con el agro me vinculé de nuevo al ciclismo". Desde 2015 ejerce como director técnico del Manzana Postobón y responsable de su programa de jóvenes talentos. "Entre la gran crisis social y de violencia que se vivía en Colombia, la retirada de las grandes estrellas y que la cantera no se cuidó, hubo un bache generacional. En los 90 el boom se apagó. Afortunadamente las cosas han cambiado y disfrutamos de una explosión de nuevos talentos. En Postobón tenemos un equipo cantera con corredores de gran futuro que esperamos formar poco a poco para que sean las próximas figuras". Ya no monta en bici, "pero practico atletismo con asiduidad". Admirador de Herrera e Hinault y en la actualidad de Nairo Quintana y Tom Dumoulin, asegura que respecto a su época el ciclismo "ha cambiado por completo: las distancias, los días de competencia, los sistemas de entrenamiento, la preparación por vatios, los picos de forma, los materiales, los desarrollos... todo".