Enésimo regreso

En la meta del Col d’Aubisque, abrazos de los LottoNL-Jumbo. Al equipo que parecía peleado con el karma, que había perdido un Giro en la penúltima etapa decisiva y en esta Vuelta se quedó a las primeras de cambio sin su líder -Steven Kruijswijk- por culpa de un bolardo lamentable, le sonrió por fin el ciclismo con una fuga victoriosa en la etapa reina de la gran ronda española. Pocos corredores mejores para gozar de este giro de la fortuna que Robert Gesink (1986, Varsseveld-Países Bajos), uno que lleva formando parte de la estructura desde hace más de una década y que nunca ha logrado hacer realidad su potencial de escalador de campanillas por culpa de la desgracia. Ésta le abate cada dos por tres, pero no le tumba: pase lo que pase, el neerlandés siempre regresa. "Nunca he conocido un tío más profesional y con menos suerte", dice de él en la cima del Aubisque tras soltarle de un intenso abrazo George Bennett, vueltómano neozelandés que ese día hizo de gregario para El Ganso. Refiere un largo historial que incluye intensos problemas urinarios, arritmias cardíacas y un parto problemático que hace dos años estuvo a punto de dejarle sin su mujer y sin su primer hijo en plena Vuelta a España. La última desgracia de la lista sucedió este mes de junio en la Vuelta a Suiza: en plena preparación para asaltar el Tour de Francia sufrió una escalofriante caída que le provocó una durísima conmoción cerebral y le mantuvo sin poder tocar la bicicleta tres días seguidos hasta mediados de agosto. Completó el Tour de l’Ain y vino a la Vuelta a España "a competir", sin más, con la vista puesta en construir su forma física de cara a 2017. La Vuelta de Gesink cambió drásticamente con la caída de Kruijswijk. De repente pasó de ejercer como doméstico a ser un atacante más en el marco de una carrera en la que el pelotón fue muy permisivo con las fugas. "Es una de las primeras veces que lo hace porque normalmente se centra en la general -analizaba su director Addy Engels-, pero le irá bien". Ya en Lagos de Covadonga ofreció un excelente nivel: sólo Nairo Quintana le apartó de la victoria que sí alcanzó en Aubisque con una exhibición de cualidades deportivas e incluso humanas, destacando esa generosidad que, dicen, le caracteriza. "Ha sido muy especial ganar después de los muchos altibajos que he sufrido durante mi carrera deportiva", explicó emocionado en rueda de prensa. Culminado su enésimo regreso, el reto es convertirse en el aspirante a ganar grandes vueltas que siempre prometió ser.

Fran Reyes

Foto Graham Watson