Tejay en la sombra

¿Para qué vino Tejay Van Garderen a la Vuelta? "Para buscarse a sí mismo", responde Max Sciandri, director de BMC. El estadounidense apareció en la gran ronda española como una sombra, sin preparación ni ambiciones según sus propias declaraciones. Venía de llevarse una nueva decepción en el Tour de Francia, en el cual se desvaneció en la tercera semana como ya lo había hecho en la anterior edición. ¿Por qué? "Estoy intentando averiguarlo. Es lo único que puedo decir", contaba con una sonrisa tímida y un deje de tristeza. En los mentideros se alude a su mentalidad frágil. Los técnicos de BMC hablan de una "situación delicada" para quien fuera dos veces quinto clasificado en el Tour de Francia. "Necesita empezar desde cero", dicen. Van Garderen realizó en esta Vuelta tareas de equipo. Ejerció de gregario cuando Darwin Atapuma se colocó líder, y de atacante cuando tocaba buscar victorias desde la fuga. Son labores que, según su coequipier Samuel Sánchez, le servirán para obtener "la madurez que en algunas ocasiones le ha faltado". El interesado se mostraba contento con su trabajo, "divertido y satisfactorio", pero negaba que su carrera se pudiera orientar en este sentido más allá de la Vuelta. "Quiero seguir disputando grandes vueltas", decía él. "En este equipo le pagamos como un líder y lo seguirá siendo al menos el próximo año", refrendaba Sciandri. Se retiró de la Vuelta el día después de la segunda jornada de descanso, descolgado en el puerto inicial, sin pena ni gloria y entre signos de interrogación.