Hombre orquesta
Lástima de espacio. La charla con Kiko hubiera dado para muchas páginas. Etapas cubiertas y otras por descubrir. Aquel chico selección al que la salud no le respondió es hoy, gracias a su pasión por este deporte, una de las personas con mayor experiencia
Nuestro protagonista es trabajador, consciente de su rol, pero sobre todo un verdadero apasionado de las dos ruedas que no duda a la hora de coger cada tren que satisfaga su ilusión.
DENTRO DE LA VUELTA
Sí. Empecé con Unipublic en 2000 con una pequeña colaboración, ocupándome de los medios de comunicación en la línea de meta. Que no les faltara de nada, la colocación de los fotógrafos y las ruedas de prensa con los líderes y ganadores de etapa. Estuve hasta 2012, cuando por cuestiones de trabajo no pude venir. En 2016 he comenzado una colaboración con ellos durante todo el año, a nivel de ser la conexión con los equipos, informarles de la logística, recorridos, traslados... También hago la radio vuelta, con lo que estoy bastante entretenido.
No des ideas... Te cuento. Cuando dejé de correr en el 98 me llevé una decepción enorme, imagino que como todos cuando termina un ciclo tan bonito. Sufrí lesiones bastante importantes en las arterias y tenía la esperanza de seguir algún año rindiendo a un nivel decente. No pudo ser y para pasar página me busqué un trabajo que no tenía nada que ver con el ciclismo, donde llevaba a diario traje y corbata. Me encerraba en una oficina desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde. A los 6 meses comprendí que aquello no podía ser. Mi vida se había convertido Joseba Beloki Rafa Gómez
en una continuidad de días grises. Di un paso valiente porque quería y necesitaba estar ligado al mundo del deporte. En 2000 comencé con Unipublic y me surgió la posibilidad, a través de nuestro amigo Neil Stephens, que arrancaba un nuevo proyecto -Linda McCartney-, de coger su silla en Oakley. Desde entonces estoy con la marca.
Nunca fui un superdotado en los estudios ni en el deporte. Todo lo que he conseguido ha sido a fuerza de trabajo, de horas, sacrificio... Y en el ciclismo, igual. Es cierto que en categorías inferiores, incluso como amateur, conseguí cosas importantes, pero el paso al profesionalismo es otra cosa y la adaptación al mismo, muy complicada. Lo fundamental es darte cuenta lo más rápido posible de para lo que vales. No todos sirven para ganar y mucha gente pasa demasiado tiempo buscando su hueco. Bien por las lesiones que padecí, bien porque en el equipo ONCE había gente de mucho nivel, asumí que partía de cero y mi papel era otro. Ese camino curte y te enseña que nada es fácil y lo que deseas sólo se puede lograr con esfuerzo, olvidándote de ilusiones personales.
Sí, lo recuerdo con mucha emoción. Fui olímpico en Barcelona y allí, después de los Juegos, Manolo -Saiz- me dio la oportunidad de terminar con ellos a prueba aquel año para pasar en 1993. Me llamó para acudir a la concentración del