Ciclismo a Fondo

Soñar despierto

- Patxi Vila Entrenador del equipo Bora-Hansgrohe

Parece que fue ayer cuando estábamos en San Luis (Argentina) afrontando 2016 llenos de ilusión, miedos e incógnitas. Pues hoy estamos en Melbourne (Australia) a miles de kilómetros, distinto paisaje, cultura e idioma, pero misma ilusión y determinac­ión, aunque más experienci­a y responsabi­lidad. Perdón, no me he presentado. Soy Patxi Vila y trabajo alrededor de las bicis y de los ciclistas, lo que de crío soñé que quería hacer toda mi vida.

Antes de nada quisiera agradecer a la gente de Ciclismo a Fondo que me dé la oportunida­d de expresarme, de ser mi altavoz. No sé ni de qué voy a escribir, pero tengo cosas que contar... Que mis dedos decidan: #nofilter.

Esto va deprisa, muy deprisa. Rememoro ahora cuando en el taller de Enrique Irazoki en Bera, mi pueblo, escuchaba historias del Tour, Sanremo, Tarangu, Momeñe, Hinault, Tourmalet, Lieja, Campagnolo, Gitane, etc. O cuando en la penúltima curva de Ibardin, 'mi puerto', tuve que bajarme de la bici ante la imposibili­dad de subir con 6 años aquel coloso y aceptar la primera de los millones de derrotas que me han hecho lo que soy. Parece que fue ayer cuando crucé primero una línea de meta en un pequeño pueblo al norte de Navarra que para mí era los Campos Elíseos, viviendo esa incomparab­le sensación: la victoria. O cuando vi claro que quería dedicarme a esto y soñaba despierto con ser ciclista, o el día que en Velilla del Río Carrión batí al más duro de los rivales, yo mismo, y gané mi primera carrera de aficionado. Parece que fue ayer cuando recibí la llamada de José Miguel y Eusebio haciendo mi sueño realidad.

Fue ayer cuando nos dejó el Chava. Me sigo acordando mucho de él, como de Rufino y José Martín, gente que el ciclismo me dio y me quitó. Cuando juntó al Penkas, Zandio, Eladio, Navas, Mancebo o Koldo y nos recorrimos media Europa juntos, creciendo, soñando, riendo, sufriendo y forjando esos lazos indestruct­ibles de bajo consumo, de los buenos, que piden poco y sujetan mucho. Luego agarré la maleta y con

mil dudas me fui a Italia a conocer un país, una lengua, una cultura. Ayer al medio día estuve en St. Etienne en mi viaje desde París hasta Niza, donde, igual que en Velilla del Río Carrión, me volví a ganar a mí mismo. Por la tarde estuve en Milán, en la Castellana y en los Campos Elíseos, con mi bici, y en las tres se me puso la piel de gallina. Por la noche me fui a cenar con amigos que la bici me ha dado de todo el mundo, gente que es el mayor trofeo que me llevaré para el que no hace falta vitrina, pero eso sí, trofeo que hay que limpiar más que cualquier otro.

He pasado muy mala noche por un control positivo que me apartó de mi mundo 18 meses. Me he levantado cansado, no tengo ganas de andar en bici o no tan deprisa como hasta ahora, por eso he decidido ir a Morgan Hill, California, y trabajar para Specialize­d. ¡Increíblem­ente enriqueced­or! Encontré la respuesta a muchas cosas que sentía pero no podía medir. Un nuevo mundo se ha abierto, por eso a la hora de comer empecé a intentar ayudar a otras personas que, como yo hace años, buscan respuestas y el camino que les lleve a sentirse bien en el ciclismo de máximo nivel. A primera hora de la tarde, en San Luis nos hemos encontrado Peter, Rafa, Body, Pawel y los demás, llenos de ilusión y miedos, pero no es valiente el que no los tiene sino el que se enfrenta a ellos. Lo hemos hecho; hubo momentos difíciles y cabreos, tomamos riesgos porque las rutinas no te permiten avanzar y para llegar donde nadie ha ido hay que recorrer el camino por el que nadie ha pasado antes. Peter es cabezón, hemos discutido, nos hemos perdonado y lo celebramos en Oudenaarde. Rafa está sordo, no quiere escuchar, le he regalado una trompetill­a que me ha costado encontrar: la halle Río de Janeiro. Body es un sol de tío, medalla de cartón, esos seis segundos del bronce mundialist­a son injustos y a la vez el faro para seguir el mismo camino que le conduzca al podio.

Ahora estoy en Melbourne después de una decisión profesiona­l muy difícil. Formo parte de un equipo alemán, Bora-Hansgrohe, con el objetivo de crear algo grande. Intento mejorar nuestro deporte, entenderlo. Enamorado de lo que hago, sé que la agradable presión por igualar lo conseguido es grande. Trabajo con un fenómeno, Peter, que me pone a prueba cinco o seis veces todos los días, que me enseña y me hace mejorar. Empuja casi más que en bici y me quita sueño. Con Rafa en Mallorca, me necesita más que Peter: es un año muy importante para él. Los números los tiene, a ver si la trompetill­a de Río la mete siempre en la maleta. Tengo mucha fe en él, hagan sus apuestas. Con Body -Bodnar- centrado como nunca, con la mente en Noruega, en el Mundial CRI.

En esas ando, fundamenta­lmente haciendo lo mismo que en el taller de Enrique: soñar despierto, visualizar­me dónde y cómo quiero. Por cierto, también soñaba que escribía y compartía mi vida. "Lo consiguier­on porque nadie les dijo que era imposible".

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain