Pedaleo balanceado y eficiente
Bastantes de las dudas que repetidamente remitís a esta sección de consultas versan sobre los parámetros de tipo biomecánico, medidos a través de los potenciómetros instalados en las bicicletas. He querido resumir las preguntas y respuestas más frecuentes para que resulte de utilidad a todos aquellos que se van incorporando al entrenamiento por potencia y observan datos que no se interpretan con facilidad desde el punto de vista de un usuario novel.
Balance de piernas: Es el principal origen de vuestras dudas. Hemos de mencionar varias cuestiones a este respecto. Si bien es cierto que la evidencia acerca de la influencia en el rendimiento ciclista de la asimetría no está perfectamente evidenciada, sí que lo está en el caso de otros ejercicios físicos y en el potencial peligro para el desarrollo de lesiones en el ciclismo. La simetría parece un objetivo razonable, toda vez que la bicicleta es un artefacto simétrico que no permite muchas variaciones de postura una vez te encuentras en marcha sobre la misma, al ir enganchado literalmente a ella. No existe un límite a partir del cual digamos que la asimetría es mucha, poca o asumible, dado que depende de factores individuales de cada sujeto. Por ejemplo, hemos visto gente lesionada con un balance 49-51 y ciclistas asintomáticos con 46-54. Depende, entre otras cosas, del uso que se haga de esa asimetría. Sensor simple/doble: Sólo los medidores con dos galgas independientes son fiables a la hora de hablar de un disbalance, dado que los que lo hacen por cálculo o derivación pueden escondernos información valiosa. No es menos cierto que aquellos técnicos con mucha experiencia en análisis de pares de fuerza pueden llegar a interpretar torques de un par único y detectar problemas potenciales, pero lógicamente es información que no está al alcance del novel y, por lo tanto, en caso de duda en su uso recomiendo preguntar. Para la medición de potencia, los sensores que miden sólo una pierna arrojan datos muy similares a los dobles en esfuerzos de baja y media intensidad, por lo que podrían ser válidos para la mayoría de los ciclistas y cicloturistas que no realizan un programa de desarrollo pormenorizado. Eficiencia mecánica: La eficiencia mecánica es la capacidad que tenemos de generar fuerza útil en los pedales y, si bien es un parámetro que teóricamente cuyo aumento tendrá relación con el incremento del rendimiento -es parte del proceso de entrenamiento normal-, no se ha podido establecer relación clara sobre su influencia global en el mismo, con lo que los consejos que tiendan a aumentarlo cambiando los patrones mecánicos o la técnica de pedaleo pueden no ser tan beneficiosos como prometen. Suavizado de pedaleo: Al igual que sucede con la eficiencia, los intentos de asimilar el pedaleo más redondo o inercial con el suavizado -o smoothing- siempre han resultado infructuosos, hasta el punto de decir que es un parámetro en franco retroceso de uso. Balance fuerza generada/absorbida: Actualmente, y a través de avanzados softwares de análisis de pedaleo, podemos obtener resultados que son más objetivos que los anteriores sobre qué fuerza total hago y cuánta llega a la rueda como fuerza neta. Nuestra condición física y técnica determinarán hasta qué punto somos eficientes pedaleando, algo que depende asimismo de múltiples factores asociados a la práctica. En todo caso, es relativamente sencillo disponer de datos objetivos acerca de lo eficiente que un ciclista es pedaleando. El trabajo de optimizarlo, sin embargo, supone aún un caballo de batalla en el que trabajamos a diario con resultados esperanzadores, pero siendo conscientes de su complejidad.
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