"Lo bueno se hace esperar"

La palabra rendición no existe en el diccionario de Alberto Contador. Por muchas caídas, averías o contratiempos que le sucedan, aunque acumule todos los segundos puestos posibles, nada le hace bajar los brazos. La Vuelta al País Vasco supuso el punto final a la primera parte de la temporada del madrileño. Antes de iniciar el camino hacia el Tour de Francia, se marcha de vacaciones sin victorias pero satisfecho. "Me ha pasado de todo en esta carrera", comentaba antes de subir a recoger el premio al segundo clasificado en la general final. Empezó la Itzulia con una caída llegando a Sarriguren, pero el día más loco fue el cuarto. Primero se fue al suelo en el descenso camino del primer paso por Bilbao. Cambió su bici por la de repuesto, pero subiendo el Vivero se le salió la cadena, así que volvió a cambiarla, esta vez por la de su compañero Bernard, y en los últimos kilómetros pinchó. "Me golpeé todo el cuerpo, los codos los tenía bastante doloridos", explicaba. Por eso, "porque no iba demasiado cómodo para arriba con la cabra", decidió comenzar con una bicicleta tradicional y cambiarla en el alto de Elgueta durante la crono. Aunque no consiguió ganar a Valverde, valora el segundo puesto "por todas las cosas que me han pasado. No me ha acompañado la suerte, pero espero que lo haga en otra carrera", apuntaba en referencia al Tour de Francia. Haberme quedado tan cerca de ganar en todas, "lejos de quitarme la moral es una motivación extra. Me hará trabajar más duro. Lo bueno se hace esperar", asegura esperanzado el de Pinto.