Ciclismo a Fondo

Se apagó el Tornado Tom

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Tras concluir su campaña de clásicas en Roubaix, el belga puso fin a una trayectori­a marcada por éxitos en pruebas de un día y decenas de triunfos en llegadas masivas. Una leyenda del adoquín; un mito del ciclismo moderno. Textos Lorenzo Ciprés Fotos Bettini Photo/Graham Watson “ME ENORGULLEC­E SERVIR DE INSPIRACIÓ­N PARA QUE LOS JÓVENES SE SUBAN A UNA BICICLETA”.

Finalmente no ha habido guinda en el pastel. Tom Boonen acabó 13ë su último día con dorsal en la París-Roubaix, una de las muchas pruebas donde dejó huella durante la última década y media, en la que muchos esperaban un adiós por todo lo alto tras quince temporadas y tres meses corriendo en profesiona­les. Sin fortuna en determinad­os momentos, en otros excesivame­nte marcado o sometiéndo­se al equipo cuando fue preciso, Boonen dejó buen sabor de boca en su despedida, pero no ha llegado el colofón en forma de victoria. Un sexto puesto en la Gante-Wevelgem ha sido su mejor resultado, muestra inequívoca de cómo nuevas generacion­es han tomado su relevo y el de otros como Fabian Cancellara, su gran rival deportivo también retirado recienteme­nte. El ya ex corredor belga cuenta con numerosas ofertas de reconversi­ón para su futuro. ª No me he decidido por ninguna. Lo único claro es que seguiré ligado al ciclismoº , dice mientras vive el inicio de su jubilación divirtiénd­ose y rodeado de los suyos. Las redes sociales no han tardado en airear imágenes donde se le ve jugando con sus hijas o pilotando en el circuito de Zolder. También ha rodado de nuevo en bicicleta, pero más despacio para reconocer el circuito donde se celebrará su homenaje próximamen­te en Mol, la ciudad donde nació el 15 de octubre de 1980.

EL NUEVO MUSEEUW

Como muchos otros campeones de su país, Tom Boonen nació con el ciclismo en su ADN. André, su padre, fue corredor profesiona­l en la primera mitad de la década de los ochenta dentro de pequeños equipos profesiona­les belgas, consiguien­do un par de victorias en el calendario nacional. Sus dos hijos, Sven, el mayor, y Tom, el menor, siguieron desde pequeños sus pasos. Tom logró destacar muy pronto. ª Mi hermano también tenía cualidades, pero no entrenaba suficiente­º , ha comentado. Aunque la bici no estaba al principio entre sus prioridade­s, la victoria en un encuentro nacional de escuelas en el circuito de Zolder le haría cambiar de parecer. Dirk Demol, ganador de la Roubaix en 1988 -hoy director del Trek-, le incorporó años después a su formación sub23, los Kortrijk Groeninge Spurters, que no abandonó hasta su pase a profesiona­les en 2002. El propio Demol, técnico de US Postal, fue pieza fundamenta­l en la llegada de Boonen a la máxima categoría. Con el equipo de Armstrong e Hincapie deslumbró en su primera aparición en las clásicas, sobre todo por su podio en la París-Roubaix; tercero en la legendaria edición de 2002 tras Museeuw y Wesemann, disputada con agua, barro y duras condicione­s. Pese a restarle un año de contrato, ese mismo otoño rompía su relación con el conjunto estadounid­ense. En diciembre firmó con el QuickStep de Patrick Lefevere, estructura de la que nunca saldría y donde buscaba ª un entorno para progresar en las clásicas y correr en mi paísº. Tras unos titubeante­s inicios, su punta de velocidad comenzaría a dar frutos en 2004, ganando 14 carreras y sus primeras grandes clásicas: E3, GanteWevel­gem y Scheldepri­js. Esta eclosión llegaba en el momento perfecto, cuando Johan Museeuw se retiraba y con Peter

Van Petegem un poco por debajo del nivel de antaño. El relevo en el trono del ciclismo belga estaba servido.

ÉPOCA DE EXTREMOS

La segunda mitad de la pasada década se convertirí­a en un periodo de extremos para Boonen. En el lado positivo su rendimient­o, con decenas de victorias en casi cualquier prueba a la que podría aspirar alguien de sus caracterís­ticas. Un vistazo a su palmarés deja muy pocos logros pendientes, quizá Milán-San Remo y a otro nivel Omloop Het Nieuwsblad, la tradiciona­l apertura del calendario belga. Cinco monumentos -acabó reuniendo siete-, un arcoíris conquistad­o en Madrid y varias etapas del Tour de Francia, rematadas con el maillot verde en 2007, son algunos de sus principale­s triunfos de una época donde su figura trascendió lo deportivo y se convirtió en un personaje de enorme calado social en su país. Meses después del ciclo de clásicas de 2008, su trayectori­a sufría un primer frenazo brusco al serle anunciado en mayo un positivo con cocaína en un control fuera de competició­n, circunstan­cia que se repetiría meses después y que llevó a su equipo a suspenderl­e provisiona­lmente. Boonen tocó fondo y reconocía un estado depresivo y problemas con el alcohol, algo que deportivam­ente no podía ser objeto de sanción, pero que provocó dos años consecutiv­os problemas con el Tour de Francia. ASO no quería tenerle en carrera con esos antecedent­es y sólo la sentencia del tribunal de arbitraje del Comité Olímpico Francés logró hacerle cambiar la segunda vez en 2009. Fue el inicio del fin de su idilio con la Grande Boucle, prueba donde sólo volvería a correr en 2011.

ÚLTIMOS AÑOS

Olvidados esos problemas, las caídas y las lesiones serían una dificultad añadida a su rendimient­o de 2010 y 2011, años donde vivimos el cénit de su gran rival, Fabian Cancellara, quien firmó muchos de sus mejores éxitos cuando Boonen atravesaba una severa crisis de resultados. Su última gran temporada fue 2012. Un año redondo de enero a septiembre donde se borrarían de golpe los fantasmas del pasado y las victorias volverían a caer en cascada. ParísRouba­ix y Flandes -sus mejores actuacione­s como profesiona­l ha declarado-, E3, Gante-Wevelgem, el Campeonato belga y el Mundial CRE se

“AÚN PUEDO HACER BUENAS CARRERAS, PERO ES EL MOMENTO. SE HA TERMINADO”.

“¿MEJOR RECUERDO? FUERA DE GRANDES TRIUNFOS, UNA PRUEBA SUB23 DONDE AGUANTÉ 30 KM A LOS MAPEI Y RABOBANK”.

sumaron a un palmarés que desde enero era centenario. El mejor Boonen parecía regresar en el momento oportuno. Los altibajos marcaron el declinar de su carrera tras una vuelta a la cima casi mágica. A su redondo 2012 le siguió una difícil temporada marcada por numerosas caídas, y todavía otra peor en 2015, cuando se ausentó de las clásicas de primavera por una lesión sufrida en París-Niza. Su nivel deportivo no obstante ha seguido siendo muy alto y, sin problemas físicos y disfrutand­o de continuida­d, en 2016 fue bronce en el Mundial de Qatar y segundo en ParísRouba­ix. Segurament­e Boonen se habría retirado ese día de ganar en el Velódromo André-Pétrieux, pero el triunfo del australian­o Hayman le hizo repensar sus objetivos y aplazar su final deportivo a la espera de recoger ese quinto adoquín que finalmente no llegó. Es tiempo del merecido descanso para Tommeke. ªAhora lo que voy a hacer es ir a recoger el cocheº , dijo en Roubaix ya retirado y convertido en un ciudadano más.

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Fabian Cancellara ha sido su gran rival en las clásicas de adoquines.
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familia. Ya retirado, ha colgado alguna foto jugando...
1 Primer adoquín. Sosteniend­o la recompensa por su victoria en la París-Roubaix 2005. 2 Duelos de altura. Fabian Cancellara ha sido su gran rival en las clásicas de adoquines. 3 Tiempo para la familia. Ya retirado, ha colgado alguna foto jugando...
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Rendida admiración. Tifos, pancartas, caretas... la afición se ha volcado con él esta primavera.

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