Aprobar en septiembre
Recuerdo haber leído hace muchos años a uno de los grandes de nuestro ciclismo, José Miguel Echavarri, decir que los buenos estudiantes nunca aprueban en septiembre. Si tienes que salvar tu temporada en el noveno mes del año, sea en La Vuelta o en el Campeonato del Mundo, mal vas.
2017 ha sido un año de cambios para BORAHansgrohe: ascenso al World Tour, llegada de muchos corredores y personal, el campeón del mundo en el equipo... Enorme ilusión y grandes objetivos, metas nunca antes planteadas en esta estructura.
Las clásicas fueron el primer objetivo que no conseguimos. El segundo puesto en Sanremo con Sagan supo a poco, especialmente viendo el estado de forma que atravesaba. En el Tour, sabor agridulce por la polémica expulsión del campeón mundial y la caída de Rafal Majka en una ronda gala que era una oportunidad de oro para subirse al cajón en París. Aun con todo, dos etapas que sabían a poco para el potencial que teníamos. La victoria de Maciej Bodnar en la crono de Marsella fue lo más bonito del año, el premio al trabajo de un chico con un corazón de oro.
Pero lo dicho, julio y los deberes sin hacer. Ha habido grandes sorpresas como el triunfo y primera maglia rosa de Lukas Pöstlberger en el Giro, el gran Dauphiné y Tour de Francia que protagonizó Emu Buchmann o la consolidación como hombre rápido de Sam Bennett.
Septiembre, La Vuelta. Rafal, recuperado de la caída del Tour, llega ambicioso. Tercera etapa, con meta en Andorra, un virus estomacal le hace perder 2’30’’; el principio del fin. Los días sucesivos cede más tiempo y la opción
de la general se esfuma. Se repone y consigue ganar la etapa en La Pandera. Bien, pero otra vez poco... A estas alturas de la temporada la sensación de mala suerte invade al equipo. Por h o por b, ese componente aleatorio incontrolable que es la suerte no ha estado de nuestro lado.
Campeonatos del Mundo, Bergen, septiembre. En la crono sigo a Bodnar. Hemos hecho un trabajo de varios meses, contamos con una cabra ligera para no tener que cambiar de bici y Body ha entrenado en subidas duras con ella para adaptarse al esfuerzo. Está en forma y muy motivado: objetivo medalla. El tiempo que estimo para él en esta crono con el viento y las condiciones que se prevén es de 45’10’’. Salimos con calma y en la primera curva se va al suelo: se duele de una rodilla y un tobillo. Continúa, pero sin poder aplicarse; desastre.
Llega el domingo 24 de septiembre y la prueba de ruta en línea élite masculina. Peter Sagan puede hacer historia convirtiéndose en el único hombre que gana tres mundiales seguidos. La noria que es esta carrera cada vez va más deprisa. Entramos en la última vuelta y no le veo entre los primeros, espero que esté jugando al gato y al ratón. A 5 km de meta sigo sin verle. Por fin, faltando 3, consigo distinguir algo azul que se parece a él. Cruzo los dedos, en el último kilómetro ya se ha situado sexto. "Lo tiene", pienso. Sabíamos que saliendo más atrás del tercer puesto en la última curva, sería complicado ganar. En la penúltima curva, tercero a rueda de Kristoff; perfecto. Sprint, se abre y empieza a remontar. Lo tiene: gana el tercer Mundial seguido... y aprueba la temporada en septiembre. Salva un año mediocre de altibajos y lo convierte en uno bueno.
Para mí también ha sido un buen año. Me he integrado en un estructura nueva y he aprendido otra manera de enfocar el trabajo, mucho más estructurada de lo que estamos acostumbrados en la cuenca mediterránea. He ayudado a crecer un poco a los corredores a los que entreno y ellos me han hecho crecer. Un honor trabajar con todos ellos. Mmm... en un próximo número quizás comparta algunos datos de esa evolución...