La rehabilitación de un deportista
un golpe, reposo, unos días en cama y ya está. Quería irme a casa. Estás en Alemania, en un hospital, lejos y ya que no voy a correr el Tour, pues mejor a casa. Cuando viene la enfermera y te dice lo que tienes y dónde, una vértebra, se te cae un poco el mundo encima. Pero toca afrontarlo con fuerza, no hundirte, saber que de esta también te levantas. En mi mente estaba Malori. No era ni mucho menos la misma lesión, pero la fortaleza que demostró en su recuperación me ha servido como guía.
Sí. La familia, ¡cómo no va a pasar la familia! Todo el trabajo que has hecho para llegar ahí, el Tour, el equipo, si volveré o no a ser el de antes, cómo será mi primera operación además con lo compleja que es la espalda... Muchos miedos e incógnitas por no saber cómo va a salir todo. De lo que estaba convencido es de que iba a volver. Tener mentalidad positiva en el trabajo de recuperación es clave, saber hasta dónde debes llegar.
A Ion Izagirre su primera lesión seria le ha pillado con 28 años. Quisimos saber si un deportista profesional cuenta con ventajas a la hora de recuperarse. "Físicamente estás bien para afrontar lo que venga. No es lo mismo si pasas de treinta años, tienes sobrepeso y llevas una vida poco saludable. Además, el deporte en general, en este caso el ciclismo, te da unos valores para la vida. Trabajo duro, caerte y levantarte, eso te ayuda en el día a día. Joseba, tú lo sabes muy bien porque lo has vivido igual que yo. He visto en rehabilitación gente que no disponía de esa voluntad. Nosotros sabemos lo que es trabajar con buen y mal tiempo. Te molesta un tendón o te duele una muela y hay que seguir un programa específico de entreno", apunta con acierto. El ciclista del Bahrain-Merida acudía a la rehabilitación en Vitoria con Itxaso Sánchez, fisio, tres días a la semana. "Pero en casa también hacía trabajo. Es una tarea constante, no sólo de tres horas tres días a la semana. Hay que insistir para recuperarte lo mejor posible dando el 100%. Poco a poco los especialistas ven que mejoras, te animan, haces cosas que antes no podías y te vas marcando objetivos". momentos de debilidad y bajón son cosas que vienen a la cabeza. Me propuse no darle muchas vueltas porque no ayuda. Llorar, lamentarte y preguntarte por qué a mí es lo peor que puedes hacer. confianza-; mi pareja y mis padres también vinieron. Por lo menos nunca me sentí solo. Estás lejos, a más de 2.000 km, pero tienes allí a los de casa contigo. Cuando salí del quirófano y me comunicaron que todo había salido bien, respiré. Comencé a quitarme losas de encima poco a poco y a ganar tiempo.