SKODA GF SAN SEBASTIÁN TREK
Asistimos al nacimiento de un evento con gran proyección.
La Skoda Gran Fondo San Sebastián Trek nace colgando el cartel de no hay dorsales y dejando el sabor propio de una gran marcha en el recuerdo de todos los que disfrutaron de su primera edición. Y no nos sorprende, pues contaba con dos avales que hacían presagiar el éxito: es
hermana de una de las grandes citas del calendario cicloturista, como es la Polar Gran Fondo La Mussara, y su recorrido transcurre por algunos de los rincones más bellos de Guipúzcoa y Navarra, regiones que profesan una pasión como pocas por este deporte.
AZUL CONTRA EL FRÍO
Entre las 8 y las 8:30 de la mañana del domingo 8, un total de dos mil cicloturistas, enfundados en el precioso maillot azul a dos tonos elaborado por Santini que ponía a disposición de los participantes la organización, plantaron cara al frío con el que amaneció San Sebastián para enfrascarse en la aventura de completar uno de los dos recorridos de los que constaba la marcha. Aquellos con mayor resistencia disponían de un
trazado de 180 kilómetros y 2.860 metros de desnivel acumulado en la opción Gran Fondo, que no era mucho más exigente que la Medio Fondo, que en sus 126 km comprimía 2.460 m de desnivel. Para nosotros, que llegábamos desde Madrid, donde el verano no termina de decirnos adiós, la principal preocupación en los compases iniciales fue comenzar a tomar sensaciones. A pesar de haber desempolvado del armario manguitos, perneras y camisetas térmicas de interior, la niebla y la humedad que acompañaban a las sombrías carreteras por las que circulamos nada más abandonar San Sebastián hacían difícil coger temperatura. Paciencia, las cortas ascensiones que nos brindaba la GI-3410 y la aparición de los primeros rayos de sol fueron enterrando esa desapacible sensación de frío para dar lugar al disfrute sin obstáculos. Encuadrados en una grupeta maja que avanzaba con agilidad, fuimos degustando una calzada estrecha, envuelta en una frondosa arboleda y que transcurría acompañada por el tranquilo
curso del río Urumea, que completaba una estampa idílica de ciclismo. La entrada en Navarra trajo consigo la primera gran dificultad, el puerto de Basakabi, que cuenta en 15 kilómetros de ascensión con dos zonas muy diferenciadas. La primera, repleta de toboganes y falsos llanos, da paso a unos últimos 7 km muy bonitos y revirados, salpicados por los caseríos típicos de la zona, en los que la pendiente se mantiene constante entre el 5 y el 7% hasta alcanzar la cima. En lo alto de Basakabi, además de comenzar a desprendernos de algo de ropa de abrigo, se dividían los trazados de la Gran Fondo y Medio Fondo. Los participantes del trazado corto se embarcaron en una larga y rápida bajada hasta Tolosa, donde sólo las pequeñas subidas que proponían la llegada a Artaleku y Berastegui interrumpieron la tendencia descendente de la carretera. Precisamente estas dos localidades eran las primeras en las que ambas opciones volvían a compartir ruta después de que los cicloturistas de la edición Gran Fondo
completarán un bucle de 60 kilómetros hacia el interior de Navarra. Nosotros, poco acostumbramos en los últimos tiempos a salidas muy largas, nos decantamos por la Medio Fondo para poder apretar y disfrutar hasta el último metro de la misma. Los puertos de Alkiza y Andazarrate eran los dos grandes retos del sector final de ambas opciones. Dos subidas que oscilaban entre 4 y 6 kilómetros, con pendientes entre el 5 y el 8%, que ponían la guinda a un gran recorrido que, además de mostrarnos rincones de enorme valor paisajístico y natural, nos brindó la posibilidad de disfrutar de esta tierra con tanta tradición ciclista, que no requiere de grandes colosos para ofrecer un día inolvidable de bicicleta. Su terreno siempre exigente, rompepiernas, plagado de ascensiones cortas y atractivas nos dejó un formidable regusto, que concluimos fue mayoritario por las conversaciones mantenidas en la aproximación a la meta, situada en el Velódromo Antonio Elorza, con los miembros de nuestra grupeta, así como en la posterior comida que ofrecía la organización a los participantes. Una marcha, esta GF San Sebastián, absolutamente recomendable si la climatología respeta al ciclista, como sucedió en esta ocasión, y que cuenta con argumentos sobrados para tomar un papel preponderante entre todas las que se celebran en la zona norte en los próximos años. Repetiremos, seguro, en ediciones venideras.