ION IZAGIRRE
El vasco mantuvo una emotiva charla sobre su recuperación con J. Beloki.
Ya son unos cuantos los invitados con los que he tenido la gran fortuna de charlar y compartir una larga conversación que verá la luz en Ciclismo a Fondo. Pero este caso es especial. Se trata de alguien a quien conozco desde hace muchos años, tanto a él como a su familia. Un ciclista al que admiro y con el que me siento muy identificado. He seguido desde fuera su proceso de rehabilitación tras la grave caída sufrida en la etapa inaugural del Tour de Francia 2017. Sincero, emocionado, Ion se ha abierto por completo durante la elaboración de este reportaje, algo que agradezco infinitamente. Desde hoy es aún más grande para mí.
EL GOLPE Joseba Beloki: ¿Estás recuperado? Ion Izagirre: Sí. Hemos hecho un muy buen trabajo de rehabilitación. Fue un gran golpe y la verdad es que psicológicamente lo he llevado bastante bien. Desde casa me han apoyado mucho. La rehabilitación era clave y he estado rodeado de excelentes profesionales. Hasta ahora ha ido todo muy bien. ¿Qué te fracturaste exactamente?
Dos vértebras. L1 y L2. Sólo que la L2 era una rotura estable y no era necesario operar, al contrario que la L1. La rotura inestable estaba cerca de la médula y había peligro. No me podían trasladar a ningún otro sitio y decidimos operarme en Düsseldorf. Hay grandes profesionales allí. Me trataron de maravilla y estoy muy, muy contento de cómo salió todo. Tengo 4 tornillos, 2 en la 12 y 2 en la L2, juntados por una varilla, que hacen de puente. En lo que consiste es en quitarle presión a la L1. ¿Qué pasó?
No lo sé. ¿Qué recuerdas de aquellos momentos?
La caída, el golpe. Como pasa todo tan rápido no sabes tampoco cómo fue. Son segundos, milésimas. Analizando luego, decían que antes se había caído una moto. Se fue al suelo Valverde, cuatro corredores después yo y luego Durbridge. La carretera no se encontraba en buen estado. Además, la lluvia, estar dentro de la ciudad, aceite... Se me fue de delante a la entrada de la curva. Vi el vídeo de Valverde y yo me caigo un poco antes. ¿Sabíais que era una curva complicada?
De hecho no era muy complicada. Entrenando no lo parecía. A Valverde le vi entrar confiado y muy rápido, por lo que aparentemente no debía ser una curva donde saltaran las alarmas. Era una curva ancha, se cogía bien, de esas que te permiten entrar con confianza y rápido. Vi al gendarme que avisaba de la presencia de un corredor en el suelo para que fuese más despacio. ¿Quizás la reacción fue frenar? No tengo todos los pasos en mente, lo que sé es que me metí buen golpe. Te pegas contra la valla.
Iba de culo, parecido a Valverde. Contra la valla pegué con los pies y fue rotura por compresión. No me di con la espalda. Fue por la velocidad que llevaba y al impactar me rompí. Ya en el momento supe que se había acabado todo. No me podía ni mover, con un dolor insoportable en la espalda. Sólo gritaba: ª My back, my backº (Mi espalda, mi espalda), lo recuerdo perfectamente. Ya llegaron los directores, mecánicos, médicos de carrera y al hospital. ¿Y ese proceso?
A mí se me hizo muy largo. ¿Qué pasa hasta el diagnóstico?
Tenía la esperanza de que no fuese nada. Esa es la esperanza a la que nos agarramos todos de inicio. Que sea sólo